𝟎𝟐

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@ssofiaparedes vía instastories

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SOFIA

Mis primeras dos semanas en París se sintieron como una recarga de energía absoluta. No hay nada mejor que disfrutar del día a día con mis sobrinos, con mi cuñada, y especialmente con mi hermano.
Leandro y yo tenemos una relación tan especial, tan bonita. Nos conecta algo que es difícil de explicar, es la mejor persona que podría tener en mi vida.

Al no tener un padre tan presente, la figura de Leandro fue siempre esencial. Todos mis proyectos, mis logros, mis aciertos; fueron, son y serán para el, porque fue quien creyó en mi y en mi talento cuando nadie más lo hizo.

Vivir del arte es un sueño tan difícil que hasta los artistas mismos creemos que es imposible, pero teniendo el respaldo de una familia que te apoya en cada paso se vuelve tan solo cuestión de tiempo entender que con esfuerzo y dedicación las oportunidades comienzan a llegar solas.
Mi primera novela fue un éxito, y a pesar de haber lanzado la segunda hace tan solo un mes las ventas en las librerías vuelan; el sueño se hace cada vez más real.

Al principio no todo fue tan fácil, muchos medios adjudicaron el éxito de mis novelas a mi apellido, y eso no hizo más que desalentarme en mi carrera.
Cuando tu hermano es uno de los futbolistas más famosos del país, se torna un tanto difícil que el resto de la sociedad crea que tus logros no son a costa de el.

Fue un camino largo de mucho sufrimiento, pero al fin y al cabo logré obtener la mejor de las recompensas; un grupo de lectoras que asisten a mis firmas, que compran mis novelas, y que siguen el día a día de mi vida.

Por supuesto que mi apellido no sólo tiene cosas malas, he conseguido contactos que a la larga me ofrecieron realizar fotos para distintas marcas, ser embajadora de alguna línea de cosméticos e incluso modelar en alguna que otra ocasión.
Todo aquel ambiente, a pesar de que me encante, no es más que un pasatiempo en comparación a la escritura.

𝐋𝐎𝐕𝐄𝐑 | 𝐋𝐈𝐒𝐀𝐍𝐃𝐑𝐎 𝐌𝐀𝐑𝐓𝐈́𝐍𝐄𝐙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora