Siempre Te Ame ─ Salvis

consecuencias

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¿Las consecuencias algún día llegarían?, sí. ¿Travis estaba seguro?, sí. ¿Se arrepentía de ésto?, era más qué obvio. ¿Lo volvería a hacer?, quién sabe. Su propia respuesta de su mente decía que sí, pero en su corazón decía que no. Realmente no quería lastimarlo, ¿porque lo condenan de está forma?

Después de ésto, algunos estudiantes según Travis chismosos llamaron al Director de la escuela secundaria, metiendo en muchos problemas a Travis sabiendo qué no era la primera vez qué hacía estas locuras, o más bién estupideces.

-Travis, tú historial de estos casos es muy serio, además de qué éste chico está en la enfermería está herido, ¿éstas consciente de qué lo qué hacés está mál?- dijo el director enojado por la mala reputación, pero orgulloso de qué su hijo dejé en su lugar a los comepijas. -lamentablemente serás expulsado una semana Travis, y tendrás que hacer el doble de los trabajos del hogar, me siento orgulloso de tí, sabes con quién juntarte.-

Travis no pudo negarse o retractarse, sólo asintió con la cabeza baja, ligeramente asintió con la cabeza -Está bién... Papá.-

No eran las mejores consecuencias, pero tampoco las peores, pero para el Moreno probablemente sí. Hiba a ser un problema hacer el doble de tareas del hogar, hacer el doble de tiempo las oraciones y las horas qué las hacé, probablemente más golpes por su padre, estar más tiempo encerrado, incluso tener qué ir a la iglesia más tiempo, sería un infierno en cierta forma, pero del todo no.

Se enteró qué el chico pálido estába en el hospital por los golpes, se sintió patético por no poder ir al hospital, a verlo, a sentirlo y preguntarle cómo estába
-te maldigo padre...- susurró un voz baja para sí mismo, tratando de pensar cómo escapar después de casa, pero el intentó fué inútil.

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El llegar a casa estába tratando de escapar, pues su madre estába cocinando, el no se comunicaba tanto con su madre del todo, pero para pasar el rato prefirió ayudar a su madre a cocinar y a lavar, claro su padre era de mente cerrada y hablaba mál de la mujeres y qué los hombres eran mejores, a veces el Moreno dudaba sí su padre era heterosexual...

Una vez qué ayudó a su madre a limpiar y un poco a cocinar, también le ayudó a poner la mesa, su madre se acercó y lo abrazó fuertemente

-mi niño bién comportado, gracias por ayudarme cariño, tú padre no tarda en llegar, siéntate a esperarlo para comer.- la madre expresó las palabras con su cálido tono de voz. El moreno pensaba muchas veces qué su madre era un hermoso Ángel, y no merecía a su padre

-Gracias mamá, pero me encerrare en mi habitación- expresó el moreno aceptando el abrazó, incluso no quiso soltarse, pero pronto lo hizó, y tuvo que esperar a su padre.

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Pasaron unos 20 minutos aproximadamente, llegó el padre del moreno, sentándose en la mesa cómo siempre, a veces ni siquiera saludaba debidamente, sólo le daba órdenes a su esposa, no tenía tanta educación desde el hogar y quería qué su hijo sí, pendejo.

-Y oye Travis, ¿qué tal la escuela?- preguntó el padre, comiendo su homida dirigiéndose a su hijo, el moreno volteó la mirada tratando de hacer qué no escuchó la pregunta.
-¡Travis Phelps te estoy hablando!- expresó de manera hiriente, golpeando la mesa, el moreno miro a su padre y trató de dar explicaciones.

Está vez actuó de manera más dulce, o éso pensó el moreno

Al final respondió su pregunta y el ambiente estuvo tensó desde Entonces.