El laboratorio estaba impregnado con un ambiente opresivo, donde el susurro de las máquinas y los tubos conectados se mezclaba con el zumbido intermitente de las luces fluorescentes. El Doctor Galaway, con sus ojos brillando de anticipación, se sentó en una silla desgastada, su mirada fija en la criatura encerrada tras un grueso cristal. La agente Ágatha Conway, alguna vez un símbolo de orden y lealtad, yacía ahora como una sombra de su antigua humanidad
El silencio se rompió por la risa burlona del doctor - "Ágatha, mi obra maestra" - murmuró para sí mismo, sus dedos acariciando la superficie fría del cristal. La transformación de la agente en un "colérico" fue una victoria para él, un paso audaz hacia el control total de la compañía
El doctor se levantó y caminó hacia el panel de control, sus dedos hábiles danzaron sobre los interruptores mientras ajustaba la intensidad de las luces UV que daban a la criatura su breve momento de serenidad
"Las luces UV serán nuestra herramienta, nuestro látigo para domar a estas bestias"- dijo el doctor, sus palabras resonando en el laboratorio - "Pero, por supuesto, deben sentir el dolor antes de la calma"
Las luces UV parpadearon, inundando la cámara con una luminiscencia mortecina. Ágatha, como si fuera un animal acorralado, frenó su frenesí momentáneamente. Sus ojos perdieron parte de su furia, pero el dolor reflejado en ellos era palpable
El doctor observó su creación, deleitándose en el control que ahora ejercía sobre ella - "Te hice mejor, Ágatha. Te liberé de las cadenas de la humanidad débil y te convertí en la herramienta definitiva" - declaró con una sonrisa de satisfacción
Ágatha gruñó debilitadamente, su mirada perdida en el dolor
En la penumbra del laboratorio, el Doctor Galaway se encontraba absorto en la contemplación de sus creaciones deformes cuando la entrada de un hombre de traje impecable interrumpió la escena con un suspiro de desaprobación.
"¿De nuevo, Galaway?" - bufó el hombre - "¿No te cansas de observar estas abominaciones?"
Galaway, sin apartar la vista de las criaturas grotescas, giró lentamente hacia el recién llegado, su expresión mezcla de desdén y diversión
"Oh, solo estoy evaluando si han alcanzado la perfección" - respondió con sarcasmo impregnado en su voz
El hombre soltó un bufido escéptico
"¿Perfección? Aquí dentro estás jugando a ser Dios, Galaway"
Un breve silencio envolvió el laboratorio, solo roto por el susurro constante de los experimentos vivos. El hombre rompió la pausa con una pregunta directa
"Entonces, ¿Cuándo comenzarás con la producción masiva de estos 'coléricos'?"
Galaway, con una mirada desafiante, respondió con parsimonia
"Empezaré cuando la compañía me indique que es el momento adecuado. No me apresuran las trivialidades"
El hombre resopló, claramente frustrado con la actitud desafiante del doctor
"Esto no puede durar para siempre, Galaway. La compañía espera resultados"
"Los resultados llegarán cuando la ciencia lo permita, no cuando ustedes lo demanden" - sonrió Galaway con malicia.
La tensión en la habitación se volvió palpable. Las criaturas, encerradas en sus jaulas de cristal, parecían agitarse ante la atmósfera tensa. El hombre, sin decir más, se dio la vuelta para abandonar el laboratorio. La risa sutil de Galaway resonó en la penumbra.
"Tu ego será tu perdición, Galaway" - resopló el hombre
Con la salida del hombre, el laboratorio recuperó su tranquilidad, aunque la intranquilidad persistía. Galaway, nuevamente solo con sus creaciones, se sumió en la contemplación. El silencio se prolongó, solo interrumpido por el zumbido constante de las máquinas
