cap.3 El perdón

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El conejo volvió a ser el chaval que vio Akira.


???: Qué ya me crees.


Akira: Eso no es normal, ¿Quién eres?, ¿Cómo has hecho eso?, a caso eres un mago, un brujo o un fantasma.


El pobre muchacho se llevó las manos a la cabeza.


???: Eres rara lo sabes.


Akira se enfureció.


Akira: Por lo menos no soy un cambia formas.


El muchacho resopló rendido y empezó a hablar.


???: Bien si quieres saber de mí, me llamó zane y no soy ningún brujo, fantasma o mago. Soy un cambia formas, llevo viviendo en este mundo desde los tiempos remotos de la humanidad.


Akira se quedo sorprendida.


Akira: Entonces llevas viviendo en este mundo desde mis antepasados.


Zane: sí, enana.


Akira se enfureció nuevamente.


Akira: No me digas enana por medir 1'67, idiota.


Akira dejo en botiquín en el escritorio qué tenía al lado y se cruzó de brazos. Zane se dio cuenta y empezó a burlarse.


Zane: Awww, la pequeña se enfureció qué triste.


Zane para provocar más se levantó de la cama y empezó a caminar hacia Akira, ella al darse cuenta empezó a retroceder hasta chocar con la pared.


Zane: Parece qué no tienes escapatoria, cariño.


Zane se iba acercando a ella, agarrando con una mano su cintura mientras qué se apoyaba en la pared con el antebrazo. La madre de Akira al escuchar las voces de su pequeña, salió del salón y subió las escaleras de caracol hasta llegar a la habitación de su niña. La madre empezó a tocar la puerta de la habitación de Akira.


Tock, tock.


Mamá de Akira: ¿Cariño estás bien?.


Akira salió del trance al igual qué a zane. Zane volvió a transformarse en un conejo blanco y Akira lo escondió en su armario. La madre de Akira entró y encontró a su pequeña Akira, en el alféizar de la ventana.


Mamá de Akira: ¿cariño te encuentras bien?, ¿a quién le pegabas voces? Y ¿Qué haces en el alféizar?. Te podrías caer, mi niña.


Akira resopló.


Akira: Mamá no tengo 5 años para qué te preocupes tanto por mí, tengo 17 años. Puedo apañármelas sola. No hablaba con nadie, sólo pensaba en...alguien...


Akira desvío la mirada y su madre se sentó al lado de Akira.


Mamá de Akira: Lo siento cariño, sí te llegué a presionar. Es sólo qué me preocupó por tu futuro, porque quiero lo mejor para ti.


Akira: Lo sé mamá, pero no quiero tanta presión.


Mamá de Akira: Lo entiendo cariño, perdóname, por ser tan exigente contigo.


Akira abrazo a su mamá y su madre la abrazo también.


Akira: Gracias mamá.


Mamá de Akira: De nada, princesa.


Zane siendo un conejo todavía observaba el momento de madre e hija desde una rendija del armario, pensando sí el algún día volvería a ver a sus padres.

Polos opuestos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora