Albert.

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Citando las palabras de un gran hombre, conocido como Albert Einstein...

"Solo dos cosas son infinitas, el universo y la estupidez humana. Y no estoy seguro acerca del primero."

Albert.

Jamás llegues a pensar que el segundo puede llegar a tenerlo igualmente.

Mi mañana no había tenido ningún cambio. Todo transcurrió como cualquier otro día asistiendo al colegio. Cosas simples, sin importancia alguna, rutinarias. Hechos de cualquier ser humano.

Pero ahora tenia que soportar unos dramáticos gritos a mi lado,que me hacían simplemente percatarme de la realidad de cada palabra de esa frase.

"¡¿Formar equipo con este papanatas?!"

Una.

"¡¿Yo?! ¿¡Tutorias?!"

Y otra.

"Una idiotez. Esto es una idiotez. Naruto Uzumaki se niega a juntarse con... con... este... ¡niño emo empollón!"

Y otra vez.

Les explicare brevemente mi... "peculiar" situación. Pareciera que en el momento en el que decidí el día de ayer ir a dormir, el universo y sus relativas criaturas místicas controladoras del destino se reunieron, y decidieron hacerme una broma. Podía imaginármelos, enserio.

("Oficina principal de criaturas místicas controladoras del destino:
-Hey... hey Brandon.
+No, no de nuevo Robert...
-Mira ese chico... que tal si...
+Robert, no.
-...Una broma...¿ pequeñita...?
+ Robert, este es un trabajo serio.
-¡POR FAVOOOOOR!
+ ROBERT  MALDITA SEA VUELVE A TRABAJAR.
- Oops...
+ROBERT JODER POR ESO MITAD DE LA TIERRA NOS ODIA.")

O algo por el estilo.
Por que no encontraba alguna explicación distinta por lo cuál mi vida pareciese destruirse en menos de doce horas.

Joder, necesito una Advil.

Volviendo al punto, y explicándoles con las palabras que el director Sarutobi nos había dicho...

"El Colegio Konoha se conoce ya en toda nuestra región como el colegio número uno. No solo por su alto nivel educativo y premios en las áreas de deportes y ciencias, ni por sus tan conocidas becas a gente de bajos recursos, si no también por demostrar nuestro gran potencial en pruebas de competitividad con los demás colegios rivales. Siendo siempre, por supuesto, ganadores. Pero ni el más bello de los diamantes puede salvarse de mundanas imperfecciones, y como han de saber, pues es obvio, el Colegio Otogakure, nuestro mayor rival en cuanto nos referimos a competitividad, ha decidido hacernos una invitación competencia, yo hablando con su "egocéntrico" director Orochimaru.
¿El nombre?
La Competencia de Idiotas.
Tenemos solo un mes chicos, ¿comprenden? Un mes para preparar en todas las categorias académicas, que conlleven a la inteligencia, a nuestro peor estudiante, pues el representara a nuestra querida escuela.
Y que mejor manera de preparar al peor chico, que haciendo que el mejor chico sea su equipo."

Y por eso me encontraba aquí, sentado sobre posiblemente la silla más incomoda de la Tierra, soportando como el viejo director unos gritos eufóricos (y bastante dramáticos) provenientes de la persona negándose a ser el peor estudiante, sentado en la silla a mi derecha.

Y de que persona tenia que tratarse, más que de Naruto Uzumaki.

Decir que su existencia me provoca un sentimiento igual al que me invade cuando el escrito que me tomó cinco horas terminar se borra por completo, es ser amable. Claro, no compartía ningún lazo especial con él más que aquél de "no-te-conozco-pero-eres-un-perdedor", pero eso no decía que tener que pasar un mes prácticamente a su lado como su tutor no era un delirio.

Pero tomando la opinión del rubio, pareciera que a él tampoco se tomaba esto a la ligera.

Emo.

Engreído.

Empollón.

Sir Cara-de-Joder Von Odio-A-Todo-El-Mundo.

Cada uno de esos insultos. Tenia que pasar por cada uno de esos insultos con el mismo rostro tranquilo. Pero si esta noche llego a soñar, será acerca de él, un martillo, y el satisfactorio sentimiento de venganza.

Pero al parecer la paciencia del director se destruyo antes que la mía (gracias a Dios), pues antes de que Naruto siguiera parloteando, y agitando sus brazos aperlados casi abofeteándome, el director lo detuvo con un par de golpes en su escritorio.

-¡Uzumaki! ¡Silencio!- el rubio, rápidamente, y abriendo sorprendido los ojos, quedó callado y se sentó con rapidez en su silla, aún con un poco de rubor en las mejillas por el enojo que seguía en él. La habitación quedó inmersa en silencio por unos segundos, solo escuchándose la respiración agitada del director. De alguna manera, creía, que si Naruto continuaba gritando, el director se retractaría. Se convencería de que este concurso era una menuda estupidez (lo era), y tal vez lo cancelaría.

Tenia en realidad una enorme fe en cada una de las palabras que pronunciaba, por que tal vez, solo tal vez, todo esto se iría a la basura y por primera vez decidirán tomar las decisiones y la aceptación de aquellos que utilizan en sus mierdas de concursos en lugar de forzar la voluntad. Tal vez por primera vez observarían más allá que rivalidad y competencia, y dejarían de ser tan idiot---

-Está decidido. Sasuke, Naruto... tienen que hacer esto. Por su colegio.

Idiotas.

Estoy alrededor de idiotas.

-Además, el premio ganador se basa en que el colegio perdedor cubrirá los gastos del baile de Verano del ganador. Después de todo, no podemos cubrir estos gastos...

Casi caigo de mi silla por el movimiento brusco que hizo Naruto al escuchar esas palabras. Se levantó de golpe, la silla cayendo detrás de él, y con los ojos aún mas abiertos.

Oh no.

-Entonces... si yo ganara esta competencia... ¿el baile de Verano no se cancelaría?- preguntó, con una sonrisa en su rostro. Estaba perdido.

-Exactamente...- podía incluso escuchar el "bingo"de parte del director. Esto no era bueno.

-Acepto.- mierda. -Yo, Uzumaki Naruto, acepto ser el "estudiante"...-dijo, haciendo comillas con sus dedos al decir la última palabra, y después volteando a verme, con un rostro de desprecio falso.-De Sasuke Uchipa. ¡Haré lo que pueda, por el baile!

-Uchiha.-corregí, frió.

-Oh, sabe hablar.- me respondió. Un gruñido salió de mi garganta. Y justo después la campana de salida sonó, dejando finalizada la conversación, él tomando su mochila, y saliendo de la oficina del director. Espere a que se alejara un poco, antes de hacer una reverencia e igualmente salir de ahí, contando en mi mente números al azar para conservar la calma y no golpear a nadie que cruzara mis alrededores. Quería gritar. Y quería golpear algo en ese momento. Algo rubio.

Salí notablemente enojado (por las miradas dirigidas a mi cuando caminaba, y que yo ignoraba), y comencé a buscar a lo único que posiblemente mejoraría mi día.

-¡Sasuke!

Levanté la mirada, y observe a mi hermano mayor a lo lejos. Estaba recargado sobre el auto, haciéndome señas con su mano para que me acercara.

No había otra cosa que arreglara más mi día que observar aquella larga coleta, y aquellas marcas alrededor de unos ojos negros que siempre se cerraban al sonreírme.

Itachi.

Intente saludarle, tal vez sonreirle. Pero me fue imposible. Todo este día se había convertido completamente en una mierda, fuera lo que fuese a suceder.

-¿Sasuke?- volvió a decir, con un tono levemente preocupado. Le observe levemente, y sacudí la cabeza. Hoy no, Itachi. Lo siento.
Subimos al auto en silencio, y así permanecimos mitad del camino a casa, con solo el sonido del aire acondicionado de fondo.

Querido Albert Einstein, ten por seguro, que la estupidez, seguirá siempre con el mismo curso infinito que predicaste.

Competencia de Idiotas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora