Capítulo 5

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El mundo era pesado, Luffy lo sabía.

Cuando fue capturado, a la semana supo que su vida había cambiado. O antes, sí, tal vez antes.

Él extrañaba a dos personas en particular.

Ya no recordaba la voz de su madre, ya no recordaba su comida, ya no recordaba su sonrisa.

Sólo la recordaba desangrándose en el suelo, con manchas de sangre dañando su bonito vestido.

Pero incluso, supo que tenía a su gemelo a su lado. Pero ahora…

¿Ahora a quien tiene?

Nika no está. Nika tal vez…no, tal vez se olvidó de su tonto e inútil gemelo.

¿Quién querría a una persona con marcas de manos en su cuerpo? ¿Quién querría a alguien que lloraba ante recuerdos? aún así cuando era libre, Luffy no dejaba atrás lo que ha vivido.

Alguien lo ayudó, no de la manera convencional, porque lo noqueo, pero lo ayudó.

A él. Lo ayudó y no lo quiso como un esclavo.

No lo veía como un esclavo.

Sintió que las lágrimas picaban nuevamente en su rostro, sin confiar del todo. ¿Cómo podría confiar?

¿Cómo puede confiar?

La gente es repugnante. El mundo es repugnante. Las personas y todo en general es repugnante.

La vida se había vuelto repugnante cuando manos tomaban lo que era su inocencia.

La vida fue un asco cuando lo separaron de su gemelo. Allí, Luffy notó que la vida no era más que asco y dolor.

Incluso, teniendo dos semanas en este barco desconocido, se sintió repugnante.

Tal vez sólo lo estaban cuidando para luego…

Se estremeció en pensar.

Estar bien para ser usado de nuevo.

Su respiración se aceleró ante eso, sus lágrimas seguían bajando y se acurrucó sobre sí mismo.

Tembló, como si sintiera esos ojos tenebrosos, como si esa risa macabra besara sus oídos en sus noches de penumbras.

Un ligero toque en su hombro hizo que soltara un sollozo y saltó, apretando con fuerza la mano, su ser gritando que la destruyera.

Escuchó un leve quejido y se sintió temeroso.

—Luffy, tranquilo, estas a salvo—

La voz era tranquilizante. Pero no podía calmarse, no podía sentir su mente más que en ese lugar.

—Luffy, respira, por favor. Soy Shanks, no te haré daño—

El hombre se escuchaba débil y adolorido, como si verlo en un estado deplorable fuera demasiado para sí mismo.

Respiro unas cuentas veces, tratando de su visión se aclarara, tratando de vivir.

Era repugnante.

Cuando su visión volvió, notó la mirada preocupada de Shanks. Parecía terriblemente horrorizado, mirando sus brazos.

Lufy bajó su mirada, viendo la sangre que bajaba de ellos.

Sus uñas tenían sangre también, haciéndolo jadear suavemente. Volvió su mirada hacia Shanks, quién suspiro y se levantó, saliendo por la puerta con una mirada lamentable.

Luffy sintió que su pecho se oprimía, era su culpa.

Shanks volvió con Hongo, el doctor que lo atendió antes. Al verlo, corrió hacia él, mirando sus heridas con preocupación.

ᴡʜʏ ᴅɪᴅ ʏᴏᴜ ꜱᴇᴘᴀʀᴀᴛᴇ?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora