Capítulo 5

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— Y listo —dijo terminando de poner una tirita en el corte de mi cuello.

— Muchas gracias Señor Jeon. —respondí con una ligera reverencia-.

— Veo que ya sabes quien soy.

—Lo oí del guardia.

No oí respuesta, alze mi rostro y vi que el señor Jeon me miraba de una manera muy profunda, estaba deseando desaparecer en ese momento.

— ¿Como es que puede existir alguien tan hermoso? —sentí su mano acariciando mi mejilla.

Me sentí cohibido, me abstuve de apartar su mano bruscamente, seguro se enojaría.
El señor Jeon salió unos momentos del baño ya que me trajo a este lugar y con un botiquin me curo el mismo la herida, después de unos minutos regresó seguido de dos mujeres por como estaban vestidas deduje que se trataban de empleadas.

— Llevenlo a la casa grande e instalenlo en la habitación de invitados, bañenlo y denle de comer.

Las mujeres asintieron con un "Si señor Jeon" me tomaron levemente de los brazos y me guiaron a la salida no sin antes inclinarse hacia el pelinegro.

Salimos de ese lugar espantoso en el que estaba encerrado, pasamos por unos callejones que nos guiaron a la salida pude observar un gran jardín con muchos árboles y el olor a flores se sentía muy bien, me permití cerrar los ojos un momento mientras respiraba un poco de aire puro.

Luego sentí que me ponían una bolsa de tela en la cabeza y me subian a lo que parecía ser un auto.

— Disculpame niño, pero esto es necesario. —escuché la voz de una de las señoras.

No pasó mucho tiempo cuando me bajaron del auto y me guiaban para caminar.
Finalmente cuando me sacaron la bolsa de tela pude observar una gran sala, sus sofás obviamente se veían muy caros, claro el dueño era un mafioso.
Todo era muy espacioso, las paredes blanca y altas también habían cuadros de pinturas que no le veía ningún sentido pero estaban bien exhibidas en las paredes.

Subi por unos grandes escalones y me ingresaron a un cuarto que era mucho más grande que mi casa, había una de esas grandes camas matrimoniales.

— En ese lado está el baño, puedes asearte ahí, nosotras te traeremos algo de ropa y comida.

Asentí con la cabeza y las empleadas salieron de la habitación.

Al ingresar al baño me di cuenta que era enorme, tenia el tamaño de un departamento, contaba con una tina muy amplia para bañarse. Rápidamente me deshice de mi ropa toda sucia por el lugar donde me encerraron, llené la tina con agua intentando descifrar como tener agua caliente y lo logré, me sumergí completamente sintiéndome relajado, después de tanto ajetreo, tanto llanto esto es justo lo que necesitaba.

Salí del baño y en la cama encontré ropa limpia, consistía en unos simples pantalones grises y una camiseta del mismo color, terminé de vestirme y tocaron la puerta.

—Niño, aqui esta tu comida —entró una  mujer con una bandeja llena de comida.

Jamas había visto tanta comida en mi vida.

—¿Todo esto es para mi? —pregunté con los ojos muy abiertos.

—Si, el Señor fue muy claro con su orden de que te alimentaramos bien, además estas todo flaco, seguro apenas y probaste bocado en estos días.

Y era verdad, apenas y probaba la comida que nos daban en ese lugar espantoso.

—Muchas gracias.

La señora asintió y salió de la habitación.
Miré la comida y tomé un poco con la cuchara y la probé, mientras masticaba mientras sentía el delicioso sabor en mi boca, salieron una lágrimas traicioneras de mis ojos.

Nunca en mi vida había probado este tipo de comida, mis comidas diarias apenas y consistía en sopas de verduras y ramen, con lo poco que ganaba trabajando tenía que hacer malabares para que alcanzara para todo.

Me preguntaba que es de mi mamá, de mi hermano ¿Estarán bien?
Aunque con ese monstruo en la casa lo dudo, siempre era yo es que recibía los golpes evitando que mi madre y mi hermano salieran lastimados, ahora no estoy para protegerlos y eso me angustia bastante.

Ellos jamás podrían probar esta comida y me duele que sea yo el que lo esté disfrutando.

Aveces la vida era tan injusta. Era tan mala con personas que no merecen ser infelices.

Y lloré

Claro que lloré mientras comía.

El dolor en mi pecho era insoportable.

Después de alimentarme me tiré a la espaciosa cama, mi madre y mi hermano tampoco podrían disfrutar de esto.

No sé cuantas horas dormí pero al despertarme noté que ya era de noche, la luz de la luna alumbraba una parte  de la habitación, todo estaba en silencio ¿Acaso no había nadie en la casa? ¿El señor Jeon ya habrá llegado? ¿Que se supone que será de mi vida ahora?

Salí de la cama y salí de la habitación, mi cabeza se asomó por el gran pasillo que daba hacia unas enormes escaleras, bajé lentamente evitando hacer ningún tipo de ruido, al parecer no había nadie.

¿Será buena idea escapar?

Viendo por la gran ventana que tenía a mi costado, todo estaba oscuro afuera.
¿En que clase lugar se encontraba esta casa? ¿Un bosque quizás?

Seguí caminando hasta que vi a metros de mi una gran puerta, supuse que era la puerta de entrada a la gran mansión.

Okay Jimin, es tu oportunidad, puedes escapar, no hay nadie aquí. Solo sales por la puerta y corres hasta buscar una carretera y ver si algún buen samarirano te pueda recoger, ¿Sonaba fácil, verdad?

Caminé literalmente de puntillas, cuando creí que conseguiría mi objetivo porque estaba a nada de llegar a la dichosa puerta hasta que...

—¿Se puede saber a donde piensas ir pequeño Jimin? — mi cuerpo tembló al escuchar esa grave voz. — Si fuera tu me daría media vuelta y regresaría a la habitación y borraría totalmente la idea de escapar, porque eso me enojaría muchísimo y no te gustaría verme enojado.

Trague saliva, giré mi cuerpo y ahí lo vi, el Señor Jeon tan imponente como siempre, mi cuerpo se congeló ni bien mis ojos conectaron con los suyos.

— ¿A donde pensabas ir Jiminshi? — decía mientras se acercaba lentamente a mi.— Estamos literalmente a la mitad de la nada en el bosque, no hubieras llegado muy lejos.

Okay, con eso confirme que si estamos en un bosque, mierda sería casi imposible poder huír.

De pronto sentí una mano cálida acariciar mi mejilla derecha, temblé ante ese acto, no quería que este hombre me tocará, su simple toque me ponía los pelos de punta.

—Es de muy mala educación no saludar a tus mayores Jiminshi— su mano me tomó de las dos mejillas apretando firmemente — Se dice "Buenas noches señor Jeon".

—Buenas noches señor Jeon —respondí con un poco de dificultad ya que me sostenía fuertemente de las mejillas.

El señor Jeon simplemente sonrió de medio lado y me soltó.

—Me encanta que seas obediente, espero lo seas todo el tiempo.

Al terminar de decir eso caminó hacia las enormes escaleras.

—Ve a tu habitación, ordenaré que te lleven comida, y no vuelvas a intentar escapar Jimin porque no sabes lo que te podría pasar si lo haces. —dijo con una mirada amenazante que me dejó perplejo.

Si, esto sería un vil infierno.




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Perdón por desaparecer, pero ya volví.

No prometo actualizaciones seguidas, se me dificulta porque estoy en una etapa algo difícil de mi vida, terminé la secundaria y ahora se supone que debo ingresar a la universidad.
Pero para distraer mi mente un poco del estrés decidí volver a escribir, espero les guste este cap, bye y se me cuidan 💖

Si ven algunas fallas, lo siento, con el tiempo trataré de corregirlas.

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⏰ Última actualización: Jun 19 ⏰

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