! Fcked ☆ Kazuscara

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—De igual manera, esto recién empieza y haré que veas que no miento.

Kaedehara no iba a perder tiempo en demostrarlo, eso pensó Scaramouche al sentir como acercaba un dedo a su entrada, luego de haberle sacado completamente los pantalones y lo penetraba lentamente. No podía sentir vergüenza porque sólo existía el placer ahora mismo, con deje de dolor que sabía que pronto acabaría.

—¿Estás bien? —preguntó dulcemente. ¿Cómo ese hombre podía ser tan hijo de puta en clases, pero en momentos íntimos era una persona totalmente opuesta? Scaramouche no lo sabía, de hecho, ya venía acumulando miles de preguntas en su cabeza sin respuestas.

—Sí, ¡Ah! —contestó Scaramouche como pudo —Sigue. —Pidió y Kazuha obedeció penetrándolo con otro dedo, el del medio. Prontamente agregó el tercero y último, el anular y así siguió, preparándolo y lubricándolo. Scaramouche se retorcía bajo suyo mientras el placer se emanaba de sus ojos. Kazuha sabía que se correría, otra vez, así que retiró sus dedos.

—No, joder, porqué... ¡Ah! —no pudo seguir protestando porque Kazuha solamente había retirado sus dedos para reemplazarlo por su pene.

—Mmm... Sí. Tan apretado, tan rico. —elogió el albino mirándolo sin moverse por un momento, esperando a que Scaramouche se sintiese cómodo para continuar. Lo supo cuando este mismo empezó a moverse, enterrándose a sí mimo en el pene.

Dio embestidas tranquilas y deliciosas, había dicho que lo follaría duro, pero al verlo ahí, a su sola disposición, sólo pudo pensar en hacerle el amor a ese ser angelical, lo que un muchacho como él merecía. Así que eso hizo, le hizo el amor, ya habría tiempo para follarlo. Porqué sabia que esta no sería la última vez. No permitiría que fuese el último encuentro. Kazuha había fantaseado con esto desde hace mucho tiempo, era verdad, pero lo que sentía ahora no era nada comparado. Hacerle el amor a Scaramouche se sentía tan malditamente bien, y correcto en todos los sentidos posibles. Siguió dándole dulces, pero apasionadas, embestidas al menor, que a ambos le fascinaban.

—Y-ya no puedo m-más. —habló Scaramouche al borde de correrse y Kazuha lo sabía porque había empezado a clavarle las uñas en su espalda fuertemente, y la guerra de besos que habían empezado desde la primera embestida era constante cortada por sus gemidos.

—Córrete Kunikuzushi, hazlo. —le dio permiso.

Y lo hizo, su cuerpo tembló impulsándose hacía arriba. Kazuha lo siguió luego de dos embestidas más. Sentó a Scaramouche y lo abrazó rendido sobre el escritorio, dándose un descanso al igual que el índigo.

—Eso fue... —no completó Scaramouche, porque le faltaba el aire.

—Shhh... —lo cayó el albino y besó dulcemente —Ven— Extendió su mano al ponerse de pie. Scaramouche la tomó sin hablar, ahora era cuando la vergüenza aparecía y se adueñaba de él. Kazuha lo llevó hasta su silla, la que estaba detrás del escritorio y lo hizo sentarse.

—Espera un rato. —el índigo asintió y vio como el mayor buscaba algo en los cajones del mueble de atrás. Cuando lo encontró se dio vuelta y Kazuha rió al ver que Scaramouche miraba avergonzadamente su cuerpo, el que fue pillado, bajó la cabeza rápidamente.

Kazuha tomó su camisa poniéndose a las apuradas. No quería incomodar a Scaramouche. Tomó su saco y lo posó en los hombros del menor, y con la cajita de pañuelos descartables que tenía en manos, se arrodilló y empezó a limpiar el cuerpo de Scaramouche, secando todo rastro de semen y transpiración. Al terminar desechó los pañuelos y volvió a arrodillarse frente al menor.

—Di algo Kuni, por favor. —pidió apartando un rebelde mechón que caía de su carita.

El menor no sabía que decir, de hecho, no tenía idea de que hacer, sólo miles de preguntas en su mente.

—Yo pensé que usted me odiaba.

—¿Puedes decirme Kazuha? —rió. —¿Pensaste eso por mi forma de actuar contigo?

Scaramouche asintió.

—Admito que mi trato hacia ti no fue del mejor, perdón por ello. El día que te eché de mi clase creo que me excedí, fue muy injusto. Te eché porque no podía concentrarme del todo teniéndote ahí, tu sola presencia me atonta, pero tampoco puedo tenerte lejos; cada vez que tengo oportunidad trato de que estés más cerca de mí, ya sea sentándote en frente mío o poniéndote malas notas para poder tenerte en recuperatorios. —ahora mismo, Kazuha se avergonzaba en gran manera por haber actuado tan estúpidamente. —Tienes razón, soy un infantil y tus malas notas son debido a mi error, porque sé que eres un chico muy dedicado al estudio, perdóname. No puedo cambiarlas porque ya se las pase al preceptor y sospecharían, pero puedo ayudarte a estudiar. ¿Qué dices?

Scaramouche estaba feliz, no sabía si Kazuha lo amaba como él lo hacía, pero todo lo que recientemente le había dicho era una tímida confesión. Además; después de todo no lo había follado, le había hecho el amor. Cuando se ofreció a ayudarlo, pudo percibir que necesitaba verlo otra vez, sea la manera que sea, y él también quería eso, así que ¿Por qué no?

—Acepto. — sonrió.

Porque Kaedehara Kazuha no lo odiaba, sólo no sabía como tratar con el chico que lo traía loco, su alumno Raiden Kunikuzushi.

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