Xie Lian estaba buscando un documento en los archivos de Ling Wen, sin embargo se encuentra con el expediente de una persona interesante
De todos modos ¿Quién es Amor Escarlata?
Si comienza uno con certezas, terminará con dudas; mas si se acepta empezar con dudas, llegará a terminar con certezas.
— Sir Francis Bacon
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La presentación de la señorita Shuijing aún ronda por la mente del dios marcial, pues, aunque la historia suene igual de exagerada y poco creíble como algunas que se cuentan en la capital celestial, Xie Lian siente que su pecho se estruje por alguna extraña razón.
Mientras el dios caminaba por el camino de piedra que dirige a la puerta principal de la mansión paraíso, algo lo hizo detenerse, o más bien, la presencia desconocida y oscura de alguien, alguien sumamente poderoso.
Y aunque Xie Lian sabe que no tiene porque preocuparse porque sabe que Hua Cheng está ahí, su corazón aún late con preocupación.
Xie Lian acelera su paso al mismo tiempo que esconde su presencia, cada paso que da, acelera su caminata, para poco después convertirse en carrera al sentir un instinto asesino sediento de sangre por parte de Hua Cheng y la presencia desconocida.
A pesar de no escuchar sonido alguno de que estuviera ocurriendo una batalla, Xie Lian aun corre hasta llegar a la puerta de la oficina de Hua Cheng, donde la sed de sangre se desborda como agua de un cántaro lleno, con el corazón latiendo a mil por hora, la mano del dios parcial se acerca al pomo de la puerta temiendo lo peor.
Pero su mano no llego a tocar la puerta de madera cuando lo escucho.
"¡Maldito demonio bastardo!" Grito Hua Cheng.
Una voz desconocida responde al insulto, "Hua Cheng, por favor escucha-"
"¡No te atrevas a decir mi nombre!", la voz de Hua Cheng se oye más enojada, "¡Perdiste todo derecho de llamarme así!"
"Joder, ¡Podrías intentar escucharme por al menos 5 minutos!" La voz desconocida, perteneciente a un demonio, grita en represalia.
"¡No quiero escuchar a una maldita bestia como tú!" Xie Lian escucha como la mano de Hua Cheng golpea con rudeza el escritorio de la oficina. "¡No solo envías a tu gente a causar estragos en MI cuidad, sino que ahora también te atreves a decir su nombre con tanta familiaridad!"
"¡El siempre me ha importado! ¡Siempre!"
Xie Lian puede escuchar como el demonio camina con lentitud, como si se estuviera acercando a alguien, "Hua Cheng..."
"¡No te me acerques!" El desprecio es evidente en cada palabra pronunciada por parte de Hua Cheng. "¡Hipócrita!"
"¡¿Acaso haz olvidado de quién fue la culpa?!" Grito con furia la calamidad.
"Hua Cheng." La voz del otro hombre en la habitación calla al fantasma.
"El sello se está debilitando." La voz del hombre se vuelve suave, al igual que toma un tono cansado.
