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Era una tarde fría, con vientos levemente fuertes y con nubes rojizas.

No estaban en invierno, pero en Corea el clima no se decidía por completo. Esa mañana fue fresca, el medio día horriblemente caluroso que terminaba en una tarde fría como la del invierno.

En tiempo actual, Danielle y Haerin formaban fila, siendo las últimas de esta misma.

Danielle se veía paciente mientras que haerin tenía la expresión de querer saltarse la fila e ir por esa golosina azucarada que el vendedor estaba vendiendo.

Se oyó un suspiro por parte de la más baja, Danielle sonrió de lado y giro sin prisa para ver a su pequeña novia, quien tenía una expresión llena de aburrimiento e impaciencia.

- Y ahora cual es el problema, Haerin - dijo la más alta tratando de averiguar por si misma la situación.

La más baja levantó la cabeza para ver a Danielle con un puchero bastante tierno.

- La fila va muy lenta, Dani. - tomó el brazo de la más alta para agitarlo un poco ansiosa - y hace frío, y también tengo hambre - chilló empezando a enojarse.

Danielle sabía como era su novia cuando algo no iba rápido o como ella quería, pero esta vez las cosas no estaban en sus manos y no podía hacer nada para apurar aquella fila que hiba más lenta que la anciana de la esquina.

Danielle paso la punta de su lengua por su mejilla interna y volteó a ver si ya faltaba poco para que las alcanzará, pero bufo empezando a perder la paciencia igualmente que Haerin al ver que aún quedaban como unas siete personas más.

- lo siento, nena. Creo que será mejor buscar en otro lugar ¿no crees? - dijo intentando animar a su querida novia, Haerin lo pensó por unos segundos y luego asintió abrazando el brazo de Danielle.

Y así se salieron de la fila y caminaron por alguna parte del parque en el que estaban, mientras un fuerte viento abrazaba a ambas.

- Dani, tengo mucho frío - dijo abrazándose a si misma, a diferencia de Danielle, Haerin no llevaba un abrigo.

Danielle hizo una cara como de "yo te lo advertí" seguido de esto se acercó a la más baja y la rodeo por la cintura cubriéndola del frío.

- Que te dije antes de venir aquí, Hae - dijo apoyando su mentón por arriba de la cabeza de Haerin.

- Que trajera un abrigo - dijo bajito, sintiéndose como una niña siendo regañada por no haber echo caso.

- Exacto, y tu que me dijiste - volvió a preguntar.

- que no tendría frío, pero si tengo y lo siento dani - suspiro apoyando su cabeza de lado en el pecho de Danielle.

Sin decir ni una palabra, Danielle se alejó lentamente de Haerin hasta quedar como unos 40 centímetros lejos.

Esto enojo un poco a la más baja haciendo que frunciera su ceño y cruzara sus brazos.

- Porque te alejas, Marsh - Danielle no respondió y eso enojo más a Haerin.

Pero luego se calmó cuando vio como su atenta novia se quitaba el abrigo negro que llevaba y volvía a acercarse a ella con intenciones de ponérsela a Haerin.

Y está en ningún momento se opuso, pero luego de que Dani la abrigara cuidadosamente, Haerin hizo otro de sus lindos pucheros.

- Dani, tendrás frío. Mírate, estas en solo una camisa blanca - la mencionada negó tomándola nuevamente por la cintura.

- No, si te abrazo así.. - pauso mostrando como quería abrazar a la más baja, llevo los brazos de haerin hasta que rodeará su cuello - si te abrazo así, no tendré frío.

Haerin sonrió embobada por lo dulce que era Dani, su Dani.

- Vamos a casa, Dani - dijo aprovechando el momento.

Danielle sonrió y plantó un beso en los labios ajenos, se apartó un poco para ofrecer su mano a la más baja.

- Vamos - Y haerin rápidamente entrelazó sus pequeñas manos con la de Dani.

Caminaron felices, sin los dulces pero Haerin no podía estar mejor al saber que pasaría el resto del día en casa de Dani viendo películas o dándose mimos mutuamente.

- ¿me darás mimos, Mo dani? - preguntó sonriendo de la mejor forma que pudo, ella sabía el efecto que causaban esas sonrisitas bobas en Danielle.

Y la más alta no se contuvo y beso nuevamente a la más baja.

- Si no te portas mal y ya no me pides esa golosina fea - Danielle pensó que Haerin aceptaría la condición, pero se equivoco.

Porque había echo que la más baja recordará que aún quería esa golosina.

- ¡El algodón de azúcar, Danielle! - comenzó con su pequeño berrinche.

Danielle bufo sintiéndose inútil, se supone que debía hacer que olvidara aquella porquería azucarada pero ahora gracias a que metió la pata, debía conseguir aquel dulce cueste lo que cueste.

- ¡Genial, Danielle. Eres el ser más inteligente del universo! - se felicitó con total sarcasmo.








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My Love - Daerin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora