Capítulo 6

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Con un movimiento rápido retrocediste a lo que el contrario entendió que su acercamiento no era de tu agrado.

—Oh eres modesto — elevó las manos con un gesto de rendirse. Se limitó a darte la vuelta, con una sonrisa radiante antes de sentarse en una banca cercana.

El hombre, de aproximadamente un metro ochenta, exhibía una cabellera castaño claro que rozaba casi lo rubio, su piel tenía un tono acanelado parecido a la miel, y sus ojos brillaban con un iris dorado que asomaba tras unos lentes sencillos. La sonrisa luminosa y su actitud vivaz conferían a su presencia un encanto atractivo. Vestía una polera gris junto con unos pantalones anchos de tono verde opaco, creando la imagen de una muralla firme, con un cuerpo sólido que recordaba al de un soldado.

—Sabes lo frío que son y aun así los tocas ¿es acaso un fetiche tuyo? — le recriminó su compañero.

Era notablemente diferente, no solo en actitud, sino también en apariencia. El cabello negro y liso caía suavemente sobre su frente, contrastando con su tez blanca y sus ojos café. Sus labios, sorprendentemente rosados, agregaban un toque de vitalidad. Aunque compartía casi la misma altura que su compañero, parecía ligeramente más delgado, quizás debido a su cintura en comparación con su amplia espalda. Su figura insinuaba una práctica constante de ejercicio.

Ambos sentados en las bancas de la barra pidieron a Howdy lo de siempre. Por tu parte decidiste volver a tomar tu asiento, pero cerca de ellos.

Realmente eran personas normales, si tan solo pudieras tocarlos para comprobar. Viendo su ropa parecía ser que trabajaban en las instalaciones, no sabrías con exactitud que hacían ahí, solo te venían unas ideas vagas que cruzaban tu mente al observarlos.

—¿Qué crees que fue esta vez Gin? ¿Exploradores o alguien fuera de sus cinco sentidos? . — hizo un gesto de desagrado con su boca, probó un trago con una sonrisa de par en par.

—No me sorprende hoy. — jugaba con el trago de su bebida sin importarle mucho el entusiasmo de su compañero. — Home debió matarlos ya Jack, eso ya no importa —.

Gracias al cielo que la tela cubría tu rostro, pues la expresión de tu rostro al saber de nuevo sobre la criatura que asechaba afuera y que ahora sabías que respondía por el nombre de Home, estremeciendo cada centímetro de tu piel.

—Que poca gracia tienes, es lo único interesante que puede pasar esta noche y a ti no te mueve un solo sentimiento. — reclamó a su compañero.

— Lo más probable es que encuentren la cabeza de quien se acercó demasiado aquí, en alguna zona aledaña del bosque .— Eso realmente no era lo que esperaba.

Una oleada de frío subió lleno el espacio entre los presentes.

La atención de la multitud se focalizó en el escenario, donde una joven de semblante radiante y un rostro de sol, mantuvo su presencia con solemnidad en lo más alto antes de sentarse con elegancia frente al imponente piano de cola. Los instrumentos se ajustaron a la rutina, adaptándose al espectáculo del próximo intérprete. Un delicado piano comenzó a entonar las notas de "Cruz de Navajas", acariciando el ambiente con la destreza de aquel que dominaba las teclas de tan hermoso instrumento.

A las cinco se cierra la barra del 33

Pero Mario no sale hasta las seis

Y si encima le toca hacer caja, despídete

Casi siempre se le hace de día

Mientras María ya se ha puesto en pie

El peligro de la monotonía, la tristeza y la distancia entre dos almas.

La canción prestaba a sumergirte en la historia que simboliza la traición y la herida mortal de una mentira. Atendías junto con el resto de los invitados y demás compañeros la exhibición de la interprete, cuando una necesidad de voltear a ver a un lado te percatas de la mirada de uno de los guardias, Jack quien relajado te dedicaba una sonrisa, al percatarse que te diste cuenta de su contacto visual alzo su copa en un brindis en el aire para después terminar de beber el licor. Te había estado observando con interés.

Por lo extraña que era la situación la interacción no pasa a más.

El último acorde resonó en la sala, y un breve silencio dejó a la audiencia suspendida en la magia de la melodía. Entonces, como una ola de entusiasmo, estallaron los aplausos. Las manos chocaban con fervor, y la cantante, con una sonrisa radiante, agradecía con una inclinación de cabeza. El público, de pie, expresaba su admiración en un coro de aprobación. La cantante, con el micrófono cerca de su corazón, agradecía humildemente, sabiendo que había tocado las fibras más íntimas de quienes la escuchaban.

Mientras todos se unían para ovacionar el espectáculo, no muy lejos en uno de los pisos de arriba otro escenario se prestaba para revelar lo que pasaría esta noche.



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Bajo el Manto de la Máscara: Los Secretos de Welcome Home ClubDonde viven las historias. Descúbrelo ahora