Stitches (Wonbin x Sungchan)

Parte Dos

Todo estaba sumido en el silencio en la vida de Wonbin. Un silencio aterrador, doloroso y fatídico.

Silencio que Wonbin quería interrumpir y acabar, pero no podía. Él no tiene otra opción más que callar y seguir soportando... Por decisión propia, pues de que tenía el poder de la decisión era más que claro pero tener la voluntad y la valentía para hacerlo era otra cosa.

Solía sentir arrepentimiento la mayoría del tiempo, el problema era que veía a Sungchan y escuchaba sus dulces (y mentirosas) palabras y se le reiniciaba la mente, dejando en el olvido sus arrepentimientos y su necesidad de tomar un camino diferente, lejos de Sungchan.

El Sungchan que solía conocer años atrás, cuando eran niños y cuando eran adolescentes parecía haberse esfumado y deteriorado a tal punto que Wonbin ya no podía recordar lo sana que había sido su amistad durante esos tiempos, tiempos que no volverían y que fueron destruidos y malogrados gracias a esa noche donde decidió cruzar la línea de la amistad y hermandad.

Wonbin le desconocía... le extrañaba. Si bien era cierto que en ese entonces anhelaba el toque intimo de Sungchan, ahora que lo tenía no lo valía; y era lo que más lamentaba Wonbin.

―¿Qué estás haciendo aquí? ―Preguntó Wonbin, a secas, sin hacerse a un lado para dejar pasar al más alto como usualmente solía hacer.

No lo esperaba, no hoy día y tal vez no en semanas, el enojo todavía latente y corriendo fervientemente por sus venas desde su cumpleaños. Había pasado una semana desde que había estado evitando a Sungchan; sin contestar sus mensajes y pasando más tiempo en casa de Seunghan (nuevamente) más que en la propia.

―¿Qué pregunta es esa? ¿No es obvio el por qué estoy aquí? ―Contra preguntó Sungchan, casi tan molesto como Wonbin; la gran diferencia es que Wonbin tenía motivos y todo el jodido derecho para estar enojado, ¿Sungchan? Sungchan solo tenía su maldito orgullo para estarlo―. Estoy preocupado por ti, Wonbin; te he estado buscando toda esta semana, te he enviado más de treinta mensajes y llamado incontables veces y tú no respondiste ninguna de las dos cosas y, aún así, estoy aquí viniendo a verte, ¿Y así me recibes?

Wonbin, incrédulo ante las quejas de Sungchan (el que parecía sumamente ofendido por la actitud esquiva de Wonbin), le miró con expresión indignada.

―Oh, ¿estás preocupado por mí? ¿En serio?

Sungchan le observó con expresión muerta.

―Sabes que sí.

―No, en realidad no lo sé, Sungchan; ya no sé nada que venga de ti. ―Determinó, hartado.

Sungchan frunció el ceño.

―¿Qué quieres decir con eso? Soy tu mejor amigo, Wonbin, por supuesto que me preocupa y me importa lo que te pasa.

Wonbin se rió, desganado, la decepción danzando hábilmente en sus orbes cafés. Cuando pensaba que Sungchan no podía sorprenderle más con sus actitudes, llegaba y se superaba a sí mismo, cagándola más y más.

―Últimamente Seunghan parece comportarse más como mi mejor amigo; tú solo me decepcionas cada vez más.

La realización pareció por fin llegar a Sungchan. Wonbin esperó por su reacción, pero sin esperar realmente algo.

Estaba exhausto de esto.

―¿Esto es por lo de tu cumpleaños, no? ―Wonbin desvió la mirada a un lado, ignorándolo. Sungchan siguió, sin embargo, no importándole el estado agotado de Wonbin ―. No sé qué esperabas que hiciera al respecto.