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Tu vestido negro, largo y con brillos hacia resaltar cada curva en tu cuerpo, tu cabello brillante se mecía con cada paso que dabas, y tu cadera parecía hipnotizar a cada persona que iba detrás tuyo.
Entraste al edificio lujoso con una sonrisa, hoy era la noche que cambiaba todo, una nueva tu. Tomaste el martini que estaba sobre la bandeja del primer mesero que se acercó y mientras el primer trago bajaba por tu garganta, lo viste. Y no te sorprendió verlo acompañado, para nada.
Aprovechando que el fue a buscar una bebida, caminaste de forma segura, y viendo de arriba a abajo con una sonrisa a su acompañante.
-Tu debes ser la nueva presa de Suguru -Sonreíste.
-Disculpame?-
-Oh querida, no actúes como si no supieras bien que tipo de hombre es. Aunque juzgando por el anillo en tu dedo puedo ver que el te propuso matrimonio. Felicidades.-
-Lo siento, quien se supone que eres?-
-Acaso Suguru no te habló de mi? Soy Angeline , su ex esposa.- Actuabas sorprendida, pero claramente no había ningún rastro de sorpresa genuina en tu rostro.
-Um, Amor!- Se alejó a buscar a Suguru, que patética, verdad? Te hace recordar los viejos tiempos, donde tu también buscabas refugio en el.
-Patética.- Murmuras, marchándote y perdiéndote entre la gente.
Hasta que ves a tu siguiente peón. De alguna manera hay que llegar al rey, no?
-Mahito.- Tocas su hombro, y puedes ver como sus ojos se iluminan cuando te reconoce. Siempre supiste que el tuvo un pequeño capricho contigo, pero claro, eras casada, y no con cualquier hombre. Eras la esposa de su "rey".
-Angie, que gusto verte aquí, después de tanto tiempo.- Besa tu mano nerviosamente, ya lo habías notado al momento que habló titubeando.
-Deja de hablar Mahito, arruinas más tu imagen. Creo que ya sabes porqué estoy aquí, verdad?-
-Si... Pero, puedo preguntar por qué a mi?- Su mirada no podía encontrarse con la tuya. Años atrás esto era al revés, pero ahora tu mirada irradiaba seguridad, una energía femenina muy fuerte, todo lo contrario a tu yo de antes.
-No necesitas saber el porqué, vas a darme lo que quiero o no?- La verdad no tenías tiempo para jugar, necesitabas algo rápido, y si el no lo hacía, tendrías que mover tus piezas por otro lado.
-Si! Lo siento, creí que tal vez podría saciar mis dudas, que tonto fui...- Estaba avergonzado, podías verlo por sus orejas sonrojadas, porque su mirada seguía agachada.
-Mahito, las mujeres con las que has estado dicen que en la cama eres muy bueno, pero no como amante. Te molestaría mostrarme el porqué de este decir?- Sonreíste, sabiendo lo fácil que sería llevar a Mahito a donde tu quisieras.
-Bueno, muchas dicen que es porque voy demasiado rápido o porque suelo ser sofocante pero...- Tu mano rápidamente cubrió sus labios.
-No seas estúpido, no me interesa saber tu vida amorosa, quiero que me demuestres como eres en la cama.- Te daba asco de solo pensar en estar con el. Era una maldición, y tu una bruja, pero dejando de lado tus creencias, el tiempo que estuviste junto a Suguru te enteraste de las cosas espantosas que hacia con los humanos, generando un gran sentimiento de repulsión hacia el. Pero tendrías que ignorar todo eso para poder avanzar con tu plan.
