Justo cuando Bei Nuan estaba atónita, sintió que alguien le tocaba el brazo.
Fue ese hombre. Todavía estaba jadeando por respirar. Finalmente tuvo éxito en su lucha por decir algo. Con voz ronca, dijo: "Teléfono..."
Sonaba como si cada sílaba hubiera sido exprimida de un estrecho espacio en su garganta.
¿Quería pedir prestado un teléfono móvil?
Bei Nuan rápidamente sacó su teléfono al tacto y se lo metió en la mano.
Marcó laboriosamente un número, pero no pudo decir nada durante un rato. Finalmente, sacó tres sílabas: "Ba-te-ría".
Bei Nuan miró el estante detrás de él y de repente entendió lo que estaba tratando de decir.
Bei Nuan lo ayudó diciendo por teléfono: "Está en el pasillo con las baterías".
Unos minutos más tarde, una mujer se acercó corriendo y sacó un inhalador de su bolso.
El hombre tembló mientras rociaba e inhalaba unas cuantas veces. Su respiración se fue suavizando lentamente.
Una risa salvaje sonó en su cabeza. Su valor de Santa Madre había vuelto a aumentar.
La mujer tomó la mano de Bei Nuan y siguió agradeciéndole. Al final resultó que, esta pareja escuchó la noticia del brote del virus y corrió al supermercado a comprar suministros antes de salir de Ningcheng. Se habían separado. Desafortunadamente, su teléfono y su inhalador estaban en su bolso.
El hombre no había sido infectado en absoluto por el virus zombie. No es de extrañar que no haya completado su tarea.
En cualquier caso, había aumentado con éxito su valor de Santa Madre.
Al ver que era una falsa alarma, Lu Xingchi le indicó a Bei Nuan que lo encontrara en la entrada y se fue.
Después de que Bei Nuan pagó sus compras y caminó hacia la entrada con muchas bolsas, vio que Lu Xingchi ya estaba en el jeep. Los asientos traseros estaban llenos de tantas cosas que no podía verlos. También había muchas cosas amontonadas en el suelo del estacionamiento.
Había todo tipo de herramientas que Bei Nuan no reconoció, así como grandes contenedores de agua purificada, baterías, etc. Quién sabe dónde Lu Xingchi había comprado todas esas cosas.
Du Ruo aún no había regresado.
Lu Xingchi saltó del jeep. Revisó las compras de Bei Nuan, seleccionó algunos de los artículos, los metió en el baúl y luego señaló las bolsas en el suelo.
"Guarda el resto de las cosas en tu bolsillo", dijo en tono pausado.
Bei Nuan: "..."
Había dicho "espacio de bolsillo".
Gran jefe, ¿tienes que adivinar con tanta precisión?
Lu Xingchi observó la expresión de Bei Nuan. Había una curva imperceptible en sus labios.
"Ya me di cuenta de que tu poder especial es un espacio de bolsillo. En la gasolinera, te vi sacar un durian de la nada y golpear la cabeza del zombie. También fuiste tú quien se llevó todo en la tienda de la gasolinera. , ¿verdad? Cuando estaba estacionando el jeep, vi que los estantes todavía estaban llenos a través de las ventanas de vidrio."
No pudo encontrar nada que decir.
Bei Nuan hizo un puchero. Se inclinó y tamborileó con los dedos sobre las distintas bolsas que estaban en el suelo. Una tras otra, las bolsas desaparecieron.
Al observar cómo Bei Nuan guardaba las cosas del asiento trasero en su espacio de bolsillo, Lu Xingchi preguntó sobre las dimensiones del espacio de bolsillo y luego preguntó: "¿Puede una persona viva esconderse en él?".
