Capitulo 2

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El dolor junto a los temblores habian
desparecido hace un mes y sentia que
la antigua Penelope volvia, pero
todavia era muy pronto, todavia era
pronto para que la que todos conocian
volviera, sin contar que todavia tenia
mucho encima, Penelope se
encontraba doblando unos vestidos
que tenia, y que el lujo como la
incomodidad, habian abandonado la
vida de la pelirroja y todo por razones
más que propias y ella en fondo lo
agradecia, por una parte no tenia que
volver aguantar esas fiestas o bailes
donde era el hazmereir y la fea del
baile

- Como te encuentras hoy?- Dijo
Philipa mirando a su hermana sonriendo desde el marco de la puerta,
Penelope sonrio girandose mientras
cogia uno de los vestidos y guardaba

- Llevas preguntandome eso, desde
hace meses Philipa y siempre tienes
la misma respuesta, estoy bien- Dijo
Penelope sonriendola, su hermana
mayor sonrio y se acerco para coger
sus manos

- y seguire preguntandote, sabes que
es mi deber como hermana que soy
de usted Penelope- Dijo Philipa
sonriendola mientras la observaba
con preocupación

- Solo estuve enferma Philipa, nada
más, ahora todo es distinto- Dijo Penelope mirandola con una pequeña
sonrisa y su hermana la miro no muy convencida

- Pen, estuviste a punto....- Dijo
Philipa mirandola pero se callo al
saber lo que diría y la pelirroja la
sonrio asintiendo

- Lose, pero estoy bien ahora- Dijo
Penelope sonriendola mientras
pasaba una mano por su vientre y su
hermana la miraba sin estar segura,
cada vez que la veia, veia como la luz
de su hermana se habia ido desde
que paso lo que paso ese fatídico dia,
solo tuvo que pasar una semana
después del baile en su hogar para
que el mundo de la familia
Freatheginton se derrumbara, ya que
entonces una enfermedad maligna
inundo a Penelope, los días pasaban
convirtiendose en meses y lo único que entraban en esa casa eran
médicos y médicos atendiendo a una Penelope que cada dia que pasaba se
marchitaba más haciendo que tanto
Portia como sus hijas mayores se
desesperaran, por eso decidieron
aislarse, alejarse de todo el mundo
por el bien y por decisión de la
pequeña de la familia

Solo habia pasado una semana desde
que milagrosamente se habia curado
Penelope, pero todas sabian que los
efectos de la enfermedad seguian
irrumpiendo todavia en ella y solo su
hermana tenia que verla para poder
verlo

Penelope habia dejado de comer y
eso habia traido una bajada de peso
considerada, habia dejado de usar los vestidos que usaban las damas por
recomendaciones del médico y ahora usaba los vestidos de criada que eran
más cómodos y sueltos y por ultimo,
su luz, la luz que irradiaba a Penelope
se habia ido, se habia evaporado, si,
sonreia, pero ya no era lo mismo y
todos en esa casa lo sabían

- Promete que a la mínima nos diras
algo, hay que tener cuidado-Dijo
Philipa sonriendo a su hermana
poniendo una de sus manos sobre su
otra mano que se encontraba en el
vientre, la pelirroja solo asintio
sonriendola

- Hermanas, tenemos que ir a comer,
bajamos?- Dijo Prudence
sonriendolas, ambas hermanas se
giraron a verla asintiendo, a raíz de lo
de Penelope, las tres hermanas se habian unido más, tanto Philipa como
Prudence se juntaron para llevar la mansión como para cuidar de su hermana, ver en ese estado a su hermana la habian recordado que su hermana era importante para ellas y que no querian perderla por nada del mundo

No muy lejos de ahí, en el estudio se
encontraba la matriarca viendo los
papeles de los informes de su hija,
cada día que pasaba la culpa junto al
remordimiento la inundaban, solo tuvo
que ver a su hija casi muriendose
para ver lo mala madre que habia sido
y lo que toda su vida quiso su hija de
ella

Amor, simple y tan claro, asi era su
pequeña, una pequeña que la unica
que habia pedido de su propia familia era ese sentimiento que todos sentian
por ella pero que nadie se lo demostraba

Portia solto un suspiro cuando volvió a
fijar la vista en esa carta, esa carta
que hizo que su hija volviera a vivir,
que su hija se salvará, la pelirroja
mayor se cogio la cabeza mientras
miraba la firma de esa persona que
habia salvado a su pequeña

Se sentia la peor persona del mundo
por esconder este secreto pero, lo
haria una y mil veces si eso
significaba que con esa decisión
salvaria a su hija, unas risas la hizo
mirar hacia la puerta para ver como
sus dos hijas mayores ayudaban a
Penelope a sentarse, ya que aunque
llevaba unas semanas de total
recuperación, todavia se sentia débil y
cansada, Portia vio como la cara de su hija reflejaba felicidad cada vez que veia a sus hermanas hacerle un cariño y
sonrio, sus hijas estaban unidas,

Penelope esta vez tendria la familia
que se merecería, pero unos golpes
hizo que tanto Portia como sus hijas
se giraran a la puerta confusa

- Se trata del médico? Creia que ya no
habia más visitas- Dijo confundida
Penelope mirando la puerta, su madre
salio del salón

- Si piensas eso te equivocas, el
médico seguira revisándote Penelope dijo su madre mirandola seria y la
pelirroja asintio

- Philipa ayuda a nuestra hermana,
madre y yo veremos quien se trata- Dijo
Prudence mirando a su hermana
y la chica asintio mientras que Penelope
se dirigia hacia el sala común
acompañada por su hermana
embarazada

- No es el médico- Dijo Portia mirando
por la ventana seria y su hija se giro
para ver quien era y solto un suspiro

- Sabiamos que volvería madre, era
cuestión de tiempo- Dijo Prudence
mirando a su madre con una pizca de
nerviosismo al saber quien estaba
fuera

- Me da igual Prudence, no le quiero
cerca de tu hermana, bastante ha
sufrido esta familia para que el vuelva
a destruir a tu hermana de nuevo- dijo
Portia seria mirando a su hija mayor,
la chica solto un suspiro y asintio viendo como su madre se iba a dentro
de la sala pero la paro con su pregunta

- y no crees que esto es lo que
necesita de verdad Penelope? Que lo
necesita- Dijo Prudence mirandola
sabiendo la relación que tenia ese
hombre con su hermana pequeña y lo
importante que fue o era para Penelope, Portia paro a ver a su hija por un momento pensando en eso pero el recuerdo de su hija llorando ese dia y como a la semana cayó en esa enfermedad la hizo odiar a esa familia pero sobretodo a ese chico

- Varley, saca a ese hombre de nuestra casa, y que no vuelva a nuestras vidas ni el ni su familia- Dijo Portia segura mirando a su criada de confianza para señalarla la puerta y girarse a desayunar con su hijas, Prudence miro como su madre se iba y nego soltando un suspiro mirando la puerta de nuevo
pero sobretodo a ese hombre que
estaba arreglandose nervioso fuera

- Señorita Prudence?- Dijo Varley
mirandola esperando su respuesta o
su orden, la pelirroja solo se giro hacia
la criada y asintio resignada haciendola la ver a la Varley lo que tenia que hacer y se retiro de ahí para fingir que nada había pasado y mucho menos que Colin Bridgerton se encontraba fuera con la esperanza de ver a su hermana pequeña.

Mi ultimo alientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora