El engaño perfecto.

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Eras un simple amigo que quería como un hermano.
Uno que poco a poco en mi corazón fue escalando.

Te convertiste en alguien especial, indispensable.
Ya no podía imaginarme nada sin tu presencia más que agradable.

Nos separamos un año fatídico y desesperante.
Pero al regresar nada había cambiado entre nosotros y eso fue muy reconfortante.

Sentimientos cambiaron y ya no éramos los amigos inseparables.
Nos convertimos en aquellos que para algunos éramos novios envidiables.

Todo era perfecto, creí que siendo antes mi más leal amigo jamás podrías lastimarme.
Qué tonta, porque sí que supiste exactamente como engañarme.

Me hiciste creer que la culpa era mía y que jamás alguien me amaría de la misma manera.
Hasta el día de hoy aún me sigo enterando de tus juegos con otras... por fuera.

Shots to the soulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora