El sonido de la lluvia

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Parte 1

Llegar a un nuevo país fue algo difícil de aceptar, pero no imposible y sin duda alguna después de algunos meses ya se había adaptado a este cambio brusco, caminaba por las calles frescas de la ciudad de México un poco temeroso. Aunque en estos momentos, Lionel Messi se encontraba perdido en alguna extraña alcaldía — Actúa normal, actúa normal... busca a una persona y pregunta como llegar al centro de Coyoacán — susurró para sí mismo. El joven argentino había llegado a México por el trabajo de su padre así que de igual forma tuvo que pedir una transferencia a la universidad cercana, ni siquiera tenía contemplado continuar cono sus estudios hasta que notó como su sueño de ser un gran futbolista cada vez se alejaba.

Se detuvo abruptamente al observar como había una fila de gente fuera de un restaurante y su curiosidad fue quién lo motivo a acercarse, miraba todo desde un gran ventanal sorprendido de ver mucha gente dentro y contuvo la respiración al notar a varios futbolistas mexicanos — Deben estar jodiendo ¿Acaso no es el famoso Rafa Marques? — preguntó para sí mismo.

— Sí, es él. Puedo conseguirte si gustas una foto con él, cachorro —

Messi se alejó abruptamente del ventanal al escuchar esa voz y al mover su cabeza pudo notar a un hombre de cabellos rizados, contuvo la respiración al ver su sonrisa ni hablar de su lobo interior que chillaba de felicidad al sentir su aroma, vestía un bonito uniforme blanco con un saco gris. El extraño se preocupo al no recibir una respuesta, tal vez debió ser más precavido, pero no era la primera vez que un adolescente se acercaba de una forma acosadora al percatarse de su jugador favorito; la realidad era que Lionel se quedó admirando la belleza de esa persona que yacía frente a él, en este atardecer con el aroma de lluvia se sintió feliz por primera vez donde esa voz y su forma de sonreír habían movido por completo su mundo en tan solo unos pocos segundos, ese instante fue como una escena de una película romántica y no iba a desaparecer porque estaba grabado en su corazón.

— Lionel Messi, un placer. — fue lo que pudo responder de manera coherente mientras le extendía su mano a ese chico mexicano quién se sorprendió un poco ante esa actitud del adolescente, hasta que se echó a reír divertido.

— Guillermo Ochoa, el placer es todo mío. —

Para ser sincero, Messi ni siquiera le importaba a estas alturas tomarse una foto con ese jugador, pero ver la emoción de ese omega y la forma en que lo sostuvo del hombro para guiarlo fue su motivo principal para pedir empleo en ese restaurante; sus padres se habían sorprendido ante esa noticia, pero no negaron nada, al contrario, era mejor que tuviera algo que hacer en sus tardes libres después de la universidad.

Desde ese día bajo la lluvia en que se conocieron un arcoíris apareció después de la lluvia y a pesar del frío de la temporada en la ciudad, en el pequeño jardín del local nacía una flor que proyectaba el cariño que tenía Lionel Messi con su gerente, Guillermo. Aunque por momentos se llegaba a molestar por una simple razón — Hey, cachorro. Ayúdame a limpiar — pidió Ochoa con una leve sonrisa.

— ¡Claro, Guille! — expresó emocionado el joven argentino, aunque por dentro odiaba que le dijera cachorro, tenía que demostrar que era un verdadero alfa y pedirle permiso para cortejarlo pero la gran duda era ¿Cómo lo haría? Nada era fácil ni mucho menos cuando notaba como le coqueteaban al gerente y él ni siquiera podía decirle algo o lo tacharía de raro, a pesar de la diferencia de edad que tenía cada día se enamoraba más de Guillermo.

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En una tarde de diciembre el lugar fue invadido por algunos jugadores de varios equipos de la liga MX, disfrutando de los escasos días libres habían decidido rentar todo el lugar y eso significaba dos cosas:

Después de la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora