Lluvia dolorosa

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Llevar una relación a escondidas con alguien de tu mismo centro de trabajo podía ser algo difícil pero no imposible, desde esa noche donde ambos compartieron su primer beso fue el inicio de esta historia. No se percataban de como el arcoíris que los unió se iba desvaneciendo para su mala fortuna, estos meses ambos no se atrevían a tener una cita real por miedo a ser descubiertos, aunque el corazón de Guillermo le recordaba la culpa y siempre colocaba una excusa valida para no estar a solas con el menor mucho tiempo. El fuerte viento helado congelaba las manos de Ochoa, pero no era el motivo suficiente para entrelazarlas con las del joven alfa — Estoy bien, traje guantes — se limitó a responder sin mirarlo, no notó la tristeza del menor en ese momento.

Una camisa y un asfalto mojados marcaba el camino de regreso a casa para Guillermo donde recapitulaba su día con ese joven chico ¿Era correcto tener una relación con él? Su omega interior era feliz de tener al fin un buen alfa que valorara su corazón y sus sentimientos, hace mucho había olvidado como era que alguien te mimara sin pedirte unos centavos de por medio y el corazón congelado volvía a latir con la emoción de un primer amor; el amor que sentía era como el nacimiento de esas flores pequeñas que florecían a lo largo de una gran pista de concreto.

Se detuvo abruptamente frente una pequeña iglesia sin percatarse realmente y alzó su mirada al cielo nocturno, admirando como el brillo de esas estrellas le recordaban los ojos de ese bonito argentino así que decidió arriesgarse completamente y entregarse a él, quería brindarle unos bonitos recuerdos de un buen primer amor.

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Lionel Messi se mostraba nervioso con solo estar en el departamento de su novio, sonrió como un bobo al nombrarlo de esa manera que cubrió su rostro con ambas manos hasta que Guillermo se sentó a su lado — ¿Todo bien? Si gustas... podemos ir a otro lugar, no me gustaría incomodarte, amor — susurró.

— ¡No! No es nada de eso, solo estaba pensando, es todo. Esta todo bien, créeme — susurró antes de robarle un tierno beso. Y en ese instante todo quedó en el olvido, Guillermo se fue recostando en el sofá sintiendo el peso del menor sobre de él por instinto fue abriendo sus piernas a la par que Messi con sus manos temblorosas alzaba un poco la playera ajena y en ese momento fue un momento tierno para Ochoa quién sonrió para tranquilizarlo.

— Vamos a mi habitación... — susurró el mexicano y Lionel, solo se dejó guiar por el mayor.

El argentino resultó ser una gran sorpresa para el mayor y estaba feliz de ver como su lindo Guillermo se retorcía en la cama soltando varios gemidos suaves, sus piernas estaban abiertas solo para él y cumplía con su hermosa fantasía de hacer gemir al omega — Confieso jamás espere esta sorpresa... me encanta — susurró Messi sin dejar de mirar a Ochoa, quién mordía su labio inferior al sentir como uno de los pulgares del alfa se deslizaba entre los labios de su coño con el fin de solo torturarlo un poco.

Messi sonrió un poco tímido en espera de una señal para poder continuar y Ochoa, ese lindo acto le derritió el corazón por completo que desvió un poco la mirada sin dejar de sonreír — somos novios, cariño. Claro que puedes — susurró. El argentino se acomodó entre las piernas del rizado par besar sus bellos muslos bien trabajados, dejando leves marcas hasta que empezó a besar la vulva hasta dejarla húmeda. Poco a poco fue bajando lentamente al clítoris donde empezó a crear movimientos circulares con la punta de su lengua, alternando con besitos por un momento y Guillermo solo gemía con la boca entreabierta mientras sus manos se aferraban a los cabellos del menor — Leo...Leo... así, así alfa... — gimió. Y poco a poco fue aumentando el ritmo de su lengua traviesa, la movía más rápido simulando escribir letras imaginarias hasta que empezó a succionar, chupar como un rico dulce la vulva mientras sus manos se aferraban a las caderas ajenas y acomodó las piernas del rizado sobre sus hombros hasta que, por fin, el cerebro de Ochoa se fue directo al limbo cuando esa lengua virgen entro en su vagina que sentía unos espasmos exquisitos.

Después de la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora