Capítulo 21

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El día había llegado, y aunque no lo quisiera, era momento de tomar el bolígrafo y escribir el punto final en su historia de amor aún no escrita por los dos protagonistas.

El descanso había llegado en el instituto Kunugigaoka, así que sin pensarlo tomó su mochila y salió del lugar, comenzando a caminar hacia el bosque, para poder perderse entre tantos árboles para buscar esa valentía para acabar con lo que había iniciado.

Llegó a una parte alejada del viejo edificio, en una parte del bosque donde el follaje de los árboles era tan espesa, que sólo uno que otro rato de Sol llegaba al lugar, así que se sentó debajo de un árbol, una vez confirmando que sus compañeros metiches no lo hayan seguido, sacando ahora una hoja blanca y un lápiz de su mochila para comenzar a escribir.

Colocó su mochila arriba de sus piernas dejando la hoja sobre ella, acercando el lápiz en su mano para empezar a escribir.

La punta del lápiz estaba apunto de tocar la hoja de papel, sin embargo, se detuvo y levantó la cabeza al encontrar algo sospechoso en sus alrededores, algo que se había movido, una sombra que se había ocultado detrás de los árboles.

Soltó una pequeña risa y acercó nuevamente el lápiz a la hoja de papel comenzando recitar y escribir.

"La vida no siempre nos da lo que queremos,
y eso de alguna forma nos hace fuertes,
al ponernos un reto que debemos de vencer.

Quiero que sepas que me enamoré de ti,
aún sabiendo que no me corresponderías,
no me enamoré de tu físico,
me enamoré del color de tus ojos,
de tu bella sonrisa,
de tus lindas expresiones,
me enamoré de lo que eres y no por como te ves.

Eres alguien especial en mi vida aunque no quieras aceptarlo,
porque nadie es capaz de mandarle a su corazón,
el hace lo que quiere,
incluso hacer que me enamore de alguien que no me quiere.

Sé que no me amas,
mucho más sé que no serás capaz,
de darme lo que mi corazón te quiere dar.

Por eso quiero que sepas,
que no importa si no soy yo,
no importa sí te enamoras de alguien más,
yo sólo quiero verte feliz,
no quiero forzarte a demostrar algo que no sientes.

Te amaré hasta donde mi corazón me diga,
sin importar que nuestra distancia sea más grande.

Sonríe,
quiero verte feliz,
sin importar que no sea provocado por mi.

Sé que llegará un momento,
donde encuentres a esa persona especial en tu vida,
y te olvidarás del escritor de estos poemas de amor,
que sus sentimientos reflejó.

Espero con ansias ese momento,
porque cuando llegue, sabré que he cumplido mi misión,
y podré desechar de una vez estos sentimientos dentro de mi corazón.

No te sientas mal,
no debes hacerlo,
no es tu culpa lo que está sucediendo.

Con el tiempo llegaré a aceptarlo,
y feliz podré ser sin pensar en aquellos ojos amatistas,
que me atraparon con un solo vistazo.

Estoy seguro que esto sólo es un amor efímero,
así que solo falta cuestión de tiempo,
para superarte y verte feliz al lado de la persona que más te querrá.

Con esto doy mi adiós final,
así que suerte te desea,
el escritor de estos poemas.

Atte. Karma Akabane"

Finalizó con una pequeña sonrisa mientras regresaba su vista al frente, donde ahora se podía visualizar la silueta de un adolescente de cabellos anaranjados y ojos amatistas, quien veía sin querer creerlo al escritor de los poemas de amor.

— Tú... —.

Karma sólo sonrió de lado sin dejar de ver a Gakushū. Ya todo había finalizado, por lo que no creía que debía de preocuparse por el hecho de que Gakushū lo había descubierto de esa manera.

— ¿Sabés?, tenía planeado dejarte esto en tu casillero, aunque supongo que ahora puedo dártelo en persona — Comentó con total naturalidad mientras se levantaba guardando el lápiz en su mochila, dejando esta en el suelo teniendo sólo la hoja en su mano.

El lugar se había quedado en silencio, siendo sólo los pasos del pelirrojo lo que se escuchaba, hasta que se detuvieron cuando Karma llegó frente a Gakushū.

— El corazón a veces es malo, pero debemos aceptarlo, aceptar que el amor no es algo que podamos forzar y que sólo debemos esperar, a que esa persona nos de la respuesta que su corazón quiera dar — Recitó mientras le hacia entrega de la hoja — Con esto quiero finalizar los poemas, esperando tu respuesta hasta que la puedas dar sin ninguna molestia — Finalizó.

Gakushū seguía en su lugar sin saber que decir, las palabras se habían enredado en su garganta sin querer salir para darle una respuesta al escritor de los poemas que esperaba con ansias su respuesta.

Al ver que Gakushū no hablaba, sólo se encogió de hombros sin perder su sonrisa, viendo como un color carmín apenas notable invadía las mejillas del pelinaranja.

Es muy lindo — Pensó con melancolía mientras iba de vuelta al árbol y tomaba su mochila — Ya debo de irme, el descanso va a terminar, adiós Asano — Se despidió comenzando a caminar a su salón.

Poemas al presidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora