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Después de haber conversado un poco sobre el plan, Kaede por supuesto había aceptado ayudarte, solo una semana más y el plan iniciaría.
Pero... ¿Iría todo acordé al plan?
MIENTRAS TANTO...
Sabía que llevaba unos días fuera del vecindario, pero quería encontrar la forma de ayudarte a pesar de ya haber un plan, ¿Pero como comenzarlo? Mierda, odiaba tener ese tipo de debates sin respuesta.
Mientras pensaba algo sobre ello caminaba por las calles tratando de pensar en algo, tendría que haber una forma de comenzar.
Tenía varias opciones pero no sabía si serían adecuadas, aunque de por sí el plan del que le habías hablado ya le parecía una locura, admitía que era perfecto.
El problema era como conseguir lo que se necesitaba para ello.
MIENTRAS TANTO CONTIGO...
Por supuesto mientras el día llegaba tenías que encontrar una forma de comenzarlo, el plan era perfecto, pero habían varias cosas que te preocupaban... ¿Cómo te acercarías a él? ¿Cómo ibas a conseguir la información sobre su padre? ¿Cómo ibas a fingir ser alguien que no eras?
Ni siquiera eras buena mintiendo, ¿Cómo demonios lo harías?
✨: 𝐂𝐎𝐍 𝐊𝐀𝐄𝐃𝐄...
Suspiró mientras caminaba y se detuvo en una esquina. Miró a su alrededor para aclarar mejor sus ideas y vio un cartel, en ese momento se pregunto algo...
Kaede se consideraba con mucha imaginación para esas cosas, así que lo primero que hizo fue visualizar te en una fiesta de gala en un hotel de lujo, y pensó que tal vez ahí podrías infiltrarte y conocerlo allí... ¿Pero como? Su idea sonaba un poco tonta, y casi salida de un cuento... Literal, y para ello sería como pedir un milagro, sabía que para eso necesitabas ropa elegante, joyas, maquillaje y una muy buena excusa para entrar ahí, y aún no tenían nada de eso.
De repente, sintió que alguien le tocaba el hombro y se giró, ¿Quién era aquella persona? Nunca en su vida lo había visto y no reconocía que fuera alguien del vecindario, sin contar que aquella persona que tenía frente a ella llevaba ropa completamente negra, como si de un guardaespaldas se tratara, o mejor dicho, no parecía, era un guardaespaldas.
Parecía un tipo de entre unos 30 años, pelo negro y llevaba unos lentes negros, como señas tenía una cicatriz en la mejilla y tenía un tatuaje en la mano izquierda por lo visto. Definitivamente era un guardaespaldas.
─¿𝑫𝒐𝒃𝒂𝒔𝒉𝒊 𝑲𝒂𝒆𝒅𝒆? ─dijo aquel hombre con voz seria. ─Mi nombre es 𝑵𝒂𝒐𝒕𝒐 𝑲𝒂𝒕𝒂𝒐𝒌𝒂. Necesito llevarla conmigo ahora mismo y su presencia es importante, tiene que ver con su amiga Emma.
