Capitulo 2

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Suena el despertador, 7:00 AM, Ruth no acostumbra levantarse temprano, sin embargo tenía que prepararse, porque a las 4 de la tarde tenía que estar en el hospital una vez más.
Tal vez, y solo tal vez, su rostro quede bien definitivamente.

Ruth se sienta en la cama y se estira, se queda mirando a la nada por unos segundos, toma su máscara, y se levanta de la cama yendo en dirección al baño.
Entra y no puede evitar salir de ahí rápidamente, claro, no limpio anoche y todo el lugar estaba lleno de su propia sangre.
Al parecer hoy no va a cepillar sus dientes, quien lo necesita de todas formas.

Tras desayunar y una limpieza en el baño donde evitaba a toda costa no mirar, llega la hora de ir al hospital.

Se pone una blusa roja y mangas negras, mientras más cubriera su cuerpo mejor.
¿Pantalon?
No, aprieta mucho sus piernas, una falda azul con unas medias largas que cubrían sus piernas, después de todo, sus piernas casi no recibieron daño.

Le da pena salir a la calle con esa máscara, pero si todo sale bien, no tendrá que usarla nunca más.
Mira al cielo, se está poniendo nublado, será mejor darse prisa.

Intenta tomar un taxi, pero ninguno se detiene, no les inspira confianza el ver a una chica con una máscara.

Ruth empieza a caminar en dirección al hospital a paso acelerado.
Siente que ha olvidado algo, su teléfono se quedó en casa, bueno, de todas maneras nadie le llama ni lo usará en estos días.

Tras media hora de caminar a paso rapido y 15 minutos caminando despacio sosteniendo su falda para evitar que el fuerte aire lo levante logra llegar al Hospital.

Era un hospital enorme, es muy fácil perderse si no sigues las direccionales, 6 pisos de altura.

Ruth da un paso dentro del hospital

-Pase lo que pase estaré contigo-

Ruth da un paso atrás, otra vez la voz de su madre.
Se arma de valor y entra al hospital.
Mientras camina nota gente muy enferma, ancianos y niños, gente en silla de ruedas y amputados.
Tapa su mirada con una mano y acelera el paso.

Tras varios minutos que parecían horas de espera, finalmente llega el cirujano.
Después de mucho papeleo  finalmente llegó la hora.

Ruth estaba acostada en la cama de la sala quirúrgica, sin su máscara

-procedan con la anestesia-

Fue lo último que Ruth escucho antes de cerrar los ojos.

-Mañana es otro dia-

Mañana es otro dia

¡Silencio!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora