Capitulo 1

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La cercanía de las personas le era incómodo, de cierta manera el olor a pintura fresca lo tranquilizaba y le permitía olvidar lo entrometida que puede ser una mujer en su casa. Para ser una mujer entrada en edad hacia su voluntad, sin importar donde estaba.

Obligado a levantarse con tan solo ser las 6:00 de la mañana lo había puesto de mal humor, tampoco era demasiado alegre, pero no alcanzaba tal grado de amargura como ahorita. La escoba ir y venir de un lado a otro lo empezaba a fastidiar, el polvo ya le empezaba a picar la nariz y el ruido de sus cosas moverse ya le era insoportable dormir de nuevo. Después de pintar al "angel rubio" no volvió a conciliar el sueño hasta las 3:00am, por lo que sentía los párpados pesados, además que no estaría en condiciones para poner atención en las clases de la universidad.

—Nekobaa, deja eso ya— sujetándose el puente de la nariz debido al polvo no evito estornudar un par de veces antes.

—Si por lo menos acomodaras algunas de tus cosas no tendría que venir cada día- recordó con impaciente y siguió barriendo.

—Sabes que si soy ordenado, pero suceden de nuevo...

—¿Los sueños?—Nekobaa era una de las pocas personas que sabían acerca de su extraño comportamiento en las noches. —Ahora entiendo el por qué este rubio— señaló la pintura que hace un par de horas había pintado.

—Ya sabes que siempre pasa— se hizo un obillo abrazado gran parte de su cuerpo.

Nekobaa no evito ir abrazar a ese pequeño obillo con cariño. Lo recordaba desde que era un bebé recién nacido que le fue encargado por su difunta madre que murió en sus brazos, dejandola con un niño que crío y hizo todo lo posible por que saliera adelante. Lo que no esperaba era que se hizo rápidamente independiente trabajando como artista al conocer a unos tipos que compraron todas sus pinturas para poder exhibirlas en galerías altamente prestigiosas. Ya hora quien lo viera, vivía en un departamento de ricos y iba a la universidad estudiando lo que le hacía feliz; la pintura. Hasta que esos sueños llegaron arrebatandole la paz que tenía su pobre niño. Recordaba su primer cuadro, un hombre callendo de un edificio, Sasuke le dijo que nunca había visto a ese hombre, sin embargo días después apareció el conserje de su edificio muerto, al parecer se resbaló de la azotea.

—Tranquilo, yo estoy aquí, cuéntame lo que viste mi niño.

—Un hombre rubio con gran armadura que luchaba contra una sombra, pero se desvaneció antes que pudiera acabar con ella. Los ojos de la sombra me observaban, sintiendo que me asechaba.— murmuro.

—Shh, la abuela Nekobaa se llevará tus pesadillas— sonrió con dulzura mientras le besaba la mejilla con ternura. Pasaron unos cuantos minutos donde se mantuvieron en la misma posición hasta que vio el reloj de la pared. —Cariño ya es hora de irte, ve a darte un baño, además Sakura te está esperando.

—¿Por, qué no me lo dijiste antes?— rápidamente se levantó ya que la chica era una de las pocas personas en la universidad que le era agradable y además una buena compañía.

En media hora ya estaba vestido y bañado ya saliendo del departamento. Nekobaa se acercó y como era de costumbre le beso la mejilla deseándole un buen día. Al llegar afuera del edificio se encontro a una molesta Sakura por hacerla esperar.

—La próxima vez me voy.

—Yo no te lo pedí— recordó enfureciendo más a la chica que empezaba hacer un berrinche mientras caminaban.

[......]

Las clases comenzaron y las prácticas eran insoportables con forme avanzaba el tiempo. Esta vez le dejaron de tarea un dibujo que seria coronado como el mejor de la clase para también ser el representante en un torneo entre todas las clases de pintura que organizo su maestro sai.

Se dirigía a la cafetería acompañado de Sakura que iba con su cuaderno de bocetos en la mano pensado lo que podría dibujar. Recogieron la comida y fueron a dónde siempre iban a la hora del receso; al jardín, donde podían sentarse en el pasto cerca de una fuente. Terminando su comida se dispusieron a empezar a trazar en silencio, eso era lo que apresiava de Sakura, sabía en qué momento quedarse callada. Realizó varios bocetos, pero ninguno le convencía, al ya estar serca de terminar el receso Sakura lo molesto dándole un codazo en las costillas.

—¿Qué pasa?— pregunto fastidiado.

—Mira, ya viste quien está por allá— con la vista señaló al frente, miro hacia enfrente notando a un varón peli naranja que jugaba básquetbol de una forma inigualable, la camiseta se le empezaba a pegar debido al sudor dejando ver su trabajado cuerpo, siendo sincero le hacía sentir asqueado ese rastro de sudor, sencillamente no era su tipo.

—¿Que con el? ¿Lo conoces?

—¡¿Acaso vives debajo de una roca?!, es Yahiko, el mejor estudiante de medicina, además de ser un deportista de primera.— exclamó Sakura con emoción en su voz, parecía una fan loca enamorada de un ídolo que para todos le era inalcanzable.

—¿No se supone que debe estar en su edificio a unos 2000 metros de aquí?

—Dicen que siempre se acerca a este edificio porque aquí es donde está la chica que le gusta, se rumorea también que puede ser un chico, tiene varios ex novios.— Sakura seguía parloteando como toda una reportera, irritante y chismosa.

Volvió de nuevo la vista al chico al momento que lo hizo sus miradas se encontraron, el lo miraba fríamente y el.....

Le había guiñado un ojo.

—¡¿Lo viste?! ¡Te ha guiñado el ojo!— Sakura le agitaba el brazo emocionada. —Tal vez tu seas el chico que le gusta— soltó picarona.

—Ya cállate—dijo avergonzado con las mejillas rojas.

Algo cambio en el, no era el mismo, lo sentía. Toco sus mejillas, ardientes y rojas. No se sentía como el, no era el.

Un impulso de correr y abrazarlo se apoderó de él, algo en el le decía que no lo hiciera o sería su fin.

Continuara.

¿Que creen que le pasó a Sasuke? Por qué les aseguro que no es amor. Bueno Sasuke lo creerá.

Déjenme sus comentarios.

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⏰ Última actualización: Dec 30, 2023 ⏰

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