Prologo

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La reunión habitual entre aquel grupo de malvados era aburrida y sin sentido. A sus 25 años no lograba acostumbrarse a esa reunión, que se enfocaba en comentarios morbosos y sin sentido por parte de sus compañeros, hasta que llegaba pain. La reverencia y el juramento de lealtad eran un saludo de respeto que había aprendido a manejar desde los 10 años, las palizas como un castigo no eran buenas.

Y como era costumbre empezó a relatar los nuevos reportes y sucesos que pasaron durante la semana, grupos rebeldes, gente pobre que era explotada como un ganado y muchas cosas más. La despedida fue corta, pareciendo una huida, claro, a nadie le gustaba estar con pain mucho tiempo, se podría decir que era demasiado intimidante, a pesar de ser un grupo de asesinos, el miedo los llenaba cuando se encontraban a unos metros del joven líder.

—¡Itachi! ¿Que tal te va con Juzo?— pain se acercó efusivamente rodeadolo con su brazo amistosamente.

—Es un buen tipo— fue lo único que dijo, pues tanta cercanía ya le empezaba a incomodar.

—Claro, de eso no hay duda, además es un experto en el negocio— exclamó alejándose de Itachi para recargarse en la mesa, sentándose sobre ella.

—¿Negocio?

—Ah, creo que ya es hora de hablar de lo que en verdad quiere nuestro jefe— suspiro, un suspiro grande que puso el ambiente más tenso.

—¿Madara?

—Ese mismo. Cada uno de los integrantes que conforman Akatsuki sabe el objetivo de Madara, es por ello que ya debes saberlo— miro atentamente a la llama del fuego, un pequeño hoyuelo en el suelo. La madera crujiente era el único sonido que se escuchaba. Subió su cuerpo totalmente a la mesa y miro a Itachi desde su lugar con una mirada sería, digna de un líder como el.

—Si es que te dieron bien la clase de historia sabrás entender lo que te voy a decir. Como ya sabrás, en este planeta hay dos mundos; sol, el de los humanos y luna, el que habitamos. En cada mundo hay un represente, Madara quiere ser el soberano de ambos.— sin rodeo se lo dijo, sin una pizca de mentiras y total seriedad.

—Ea por ello que debe eliminar dichos representantes. El representante de luna, es un pintor de inocentes, ¡Que afortunado fue al sobrevivir tantos años jaja! —una risa repentina lo hizo poner más atención en las palabras que soltaba.

—¿Por que?— sabía muy poco sobre los pintores, apesar de que su madre fue una, el tuvo la desgracia de no serlo.

—Itachi, como sabrás hay tres rasas, pintores guardianes, normales y inocentes, el muy estupido es uno de inocentes. Pueden traer la muerte si en tu contra están, pero la suerte si están de tu lado. Por ahora solo hay dos pintores, uno de inocentes y otro guardián, por lo que Madara debe impedir a todo costa que jamás se encuentren; los mocosos son representantes de ambos mundos. Ya imaginarás lo que puede pasar, el fin de todo esto, de los sueños de Madara, de nosotros, si muere Madara, morimos nosotros.

[.......]

El departamento aunque era demasiado lujoso y resplandecía por fuera, en una habitación era un completo desorden. Lo único que se podia distinguir a primera vista eran botes y botes de pinturas. El olor a pintura fresca era lo único que se respiraba en esos instantes. Para una nariz sensible y sin experiencia viviendo entre la pintura era un hedor letal y despreciable, pero para un cuerpo totalmente acostumbrado a ese olor, era un tranquilizante para sus pesadillas.

Las pesadillas eran un vacio infinito, sin salida y sin luz. A pesar de estar en una edad tan grande, sentía gran parte de su ser como un niño, quería ser mimado y consolado cada vez que ocurriera uno de sus tormentos. No sabía con exactitud cuando fue la última vez que puedo dormir 8 horas sin tener que levantarse y empezar a pintar o rayar las paredes del departamento, es por ello que todo estába a oscuras, ya había perdido la cuenta de cuantas veces había pintado las paredes. Perdieron el tono blanco que tenían cuando recién había llegado, se tornaron grises como nubes aburridas y deprimentes, sin importar a los ojos del mundo, para el era un color bello que lo representaba.

De nuevo, el sudor recorrer su espalda, un escalofrío y el sudor ahora en sus manos, ya había acabado su descanso. En unos cuantos segundos se levantó y tomo el primer bote de pintura y la brocha que estaba cerca del caballete, preparado con un lienzo en blanco. Ya sabía que llegaría la hora de levantarse y tomar uno de sus movimientos erráticos sin sentido que lo obligarían a pintar algo inocente, algo que le aterraba de sobre manera.

Pinceladas por aquí y aya, óleo y acrílico. Mezcló tantas pinturas para obtener el color tan amarillo que había tenido aquel sujeto que apareció en sus sueños, la parte más difícil de la pintura fue el color de los ojos que tenía el sujeto, de cierta forma no alcanzo el bello azul que se mostró en su sueño. Al acabar se detuvo a observarlo detenidamente, sin perder ningún detalle de sus pinceladas mecánicas, al recorrer la esquina del marco vislumbró unos ojos rasgados, la sombra en ella era evidente, oscuridad, maldad; se arrepintió de pintar aquello. Miro el azul nuevo que había creado sacándole un suspiro.

No, no se arrepiente. Con ello pudo contemplar unos ojos que le dieron paz e infinita comodidad para poder admirar detalladamente la belleza de aquel sujeto que era un ángel a sus ojos.

Dio vuelta y miro el reloj de la pared, marcaban las 9:34 pm.

—Dormi 9 horas....

De nuevo vio la pintura.




Continuará......


De nuevo estoy de vueltan con una nuevo fic, espero le den la oportunidad, de cierta forma me encuentro emocionada por este comienzo.  Ya se imaginarán a que se debe las 9 horas de dormir de Sasuke :⁠-⁠)

Un aviso, roses fue eliminada.

Espero les guste.

Pintor de inocentes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora