𝕰𝖑 𝖊𝖘𝖈𝖑𝖆𝖛𝖔 𝖉𝖊𝖑 𝖕𝖗í𝖓𝖈𝖎𝖕𝖊♛

716 49 8
                                    

Esta es una curita para mí tras leer la trilogía El Príncipe Cautivo y quedar con mil traumas...

Perdón por los errores.

Taylor fue enviado a Pargarat tres lunas después de que Derter usurpara su trono y matará a su familia.

Despertó una noche antes de que todo sucediera, aun adormilado por la sustancia con la que lo habían drogado. Dedujo que iba en un barco por la manera en la que su cuerpo se movía aún a pesar de estar atado a un tronco en el rincón de una habitación, también porque el ruido del mar era envolvente y ensordecedor, a tal punto que le lastimaba los oídos.

Pargarat nunca fue un reino en el que le gustara estar, mucho menos uno en el que fuera bienvenido.

Había ocasionado muchos disturbios en Agart y sus alrededores cuando su padre aún vivía, qué nunca se detuvo a pensar cómo sería su vida si el Rey moría.

Incluso aún atado de pies y manos con el peso de las cadenas tirando hacia abajo, mayugándole la piel y con una mordaza en la boca, seguía creyendo que era un broma cruel de su primo Derter. Aunque no fue hasta el amanecer que uno de los guardias lo arrastró fuera del barco y le vacío un balde de agua que reaccionó.

-Levántate. -la punta de los botas del hombre golpeó un costado de su espalda.

Soltó un quejido y creo una mueca de dolor. Lo miró durante unos segundos.

-¿Qué esperas?

Tenía un acento áspero al hablar y al pronunciar cada letra era tajante, agudo.

Se obligó a sí mismo a obedecer. No se trataba de ninguna broma, porque de serlo, nadie se atrevería a tratar de esa manera a un Príncipe.

-Trátalo bonito, Raxtor -su pecho vibró y aquella emoción creciente desapareció tan pronto como llegó. -,es para el Príncipe de Pargarat. -escuchó a lo lejos.

Raxtor miró a Taylor un segundo de su tiempo, antes de volver a tirar de las cadenas, ocasionando que jugarán sobre sus muñecas y le jalaran la piel.

-No parece el tipo de esclavos que acepta el príncipe. -Raxtor lo tomo por la barbilla, sus dedos eran ásperos, debido al trabajo.

-Eso no te incumbe. -pudo encontrar al segundo hombre que hablaba en aquel barco. -Es un regalo especial.

Por la vestimenta que usaban entendió que no se trataba de la guardia real, ni los agentes de la corona, sino de piratas. Llevaban tela cubriendo sus frentes, Iván envueltos en camisas rasgadas y grandes, y usaban las botas por arriba de los pantalones, casi hasta la rodilla. Traían el cabello corto, pero había algún tipo de mechón largo a posta, con algunos adornos de tela y oro en ellos.

Entendió que estaba muy lejos de casa.

Raxtor le retiro la mordaza de la boca unos segundos, un error fatal... Para él.

-¿Quiénes son ustedes? -no se detuvo en pensar si preguntar era algo que tenía permitido hacer, pero tampoco era algo que un príncipe debía cuestionarse.

Su mandíbula dolía casi con la misma intensidad con la que lo hacian sus mejillas. La urgencia de aliviar aquel dolor o tener una leve caricia sobre la piel, le quemaba la punta de los dedos.

Ambos hombres lo miraron, Raxtor fue el primero en reaccionar, estampando su mano hecha puño sobre su mejilla rosándole el labio. No era el tipo de contacto que había deseado, dejó mucho más dolor del que tenía.

One Shots •Taynic Galikhar•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora