Capítulo Seis

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El insomnio era algo que comenzaba a atormentarme cada vez con más frecuencia. Aquella noche había tardado más de dos horas en conciliar el sueño. De pronto comencé a escuchar como tocaban mi puerta fuertemente. Tape mi rostro con una almohada, aunque con seguridad no sabía si estaba dormida o despierta. Los golpes en mi puerta no cesaban, así que me confirmé que estaba despierta. Me levanté enfurecida, me había costado demasiado conciliar el sueño como para que me despertarán—Miré el reloj—A las 3:45am. Bufé, prendí la luz haciendo que mis ojos se fruncieran. Aturdida quité los seguros de la puerta. M entró rápidamente, cerró la puerta y me tapó la boca con su mano. Abrí los ojos como platos y una pequeña chispa de felicidad se dibujó en mi mirada. M no me había abandonado, estaba ahí frente a mí impidiendo que dijera cualquier cosa. Tenía una sudadera gris y sus gafas, pero esta vez el cubre bocas nuevamente no estaba. Observé su sonrisa pero él estaba tembloroso. Sin dejar de tapar mi boca apagó la luz y mi corazón se disparó, con torpeza me llevó hasta la cama y me recostó cuidadosamente.

—Escúchame Jandí...antes de que quité mi mano debes pactar que no vas a gritar.

Tenía los ojos enormes, todo el aturdimiento y mi enfado por ser despertada a esa hora se esfumó. Asentí exageradamente para que él pudiera sentirlo.

—Buena chica—Quitó su mano.

—No soy un perro—Dije un poco divertida una vez que pude volver a hablar.

No escuché ningún ruido de mi interlocutor. Tragué saliva, sabía que pasaba algo, y era algo malo. M se había desaparecido sin decirme nada, y estaba completamente asustado buscándome a las 3:45am.

—¿Dónde te habías metido? ¿Y por qué no me dijiste nada? —Dije enfadada.

Él resopló.

—Pasó algo Jandí, algo que no planeaba—Dijo seco.

Sentí una especie de frío recorrer mi espalda.

—¿Qué pasa? —Acaricié su mejilla, aunque termine tocando su barbilla debido a la oscuridad de la habitación.

—Jandí sé que aquella noche pasaron muchas cosas de las que no me arrepiento—Escuché su voz temblorosa—Pero debes saber que esto no tiene nada que ver contigo... Eres increíble de verdad, y me gustas pero...

Contuve el aliento, mis ojos se inundaron, sabía que comenzaría a llorar con tan sólo parpadear. No me gustaba nada lo que estaba escuchando, no quería sufrir. No quería saber qué era lo que estaba a punto de decirme, porque de antemano sabía que sería terriblemente doloroso.

—Sólo dilo—Dije con la cara empapada.

M permaneció en silencio. Maldijo en voz baja y buscó mi rostro, torpemente limpió mis lágrimas y sentí sus cálidos labios tocando cada parte de mi cara de una forma desesperada.

—Jandí...—Escuché un sollozo—Te veo en 2 horas en la playa ¿De acuerdo?

Tragué saliva y como pude lo detuve.

—No, por favor dime lo que tengas que decirme ahora... aquí—Alcé un poco la voz.

Él siseó.

—Por favor Jandí, nadie debe saber que estoy aquí, tus padres nos matarían.

—¡Me vale un cacahuate! —Dije al tiempo que su mano nuevamente cubría mi boca.

—Por favor Jandí, esto es difícil para mí... tan difícil que no tengo el valor de decírtelo ahora. Te veo en la playa a las 5:00am, en dos horas exactamente—Besó mi frente y salió corriendo de la habitación.

Mi amor MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora