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—¡Tengo un punto más que tú!— se burló Natsuki sacandole la lengua al chico sentado atrás de ella haciendo que este la mirara con fastidio arrugando la hoja de su examen completamente molesto con la vida, con natsuki, con la perra de la profesora que le descontó calificación solo por faltas ortográficas

—¡Corres lento Suki!— Exclamó Ran completamente agitado pasando velozmente al lado de su enemiga a lo que Natsuki respiró hondo corriendo con todas sus fuerzas tratando de alcanzarlo, Fue en vano pero lo intentó

—Necesitas más resistencia Muñeca— La chica totalmente sudada seguía haciendo abdominales con todas las energías mientras Ran estaba acostado sin poder dar un solo abdominal más, completamente derrotado volteó a verla con claras intenciones de agarrar la botella de agua y empaparla por haberle puesto ese patético apodo de niña por sus trenzas, sin embargo, fue inevitable no verla detalladamente

Su cuerpo envuelto en una fina capa de sudor, su abdomen descubierto y bien formado gracias al gimnasio, aquellos pequeños mechones de cabellos escapándose de su coleta, sus hermosos labios color rosa entreabiertos para regular su respiración

¿En qué momento había dejado de ser una niña?

—¡Una A, Suki!— el de trenzas le restrego en la cara a la fémina completamente lleno de orgullo, orgullo que se le esfumó cuando vió qué la chica tenía la misma calificación que él

—Empate, esta vez— mostró la hoja del examen con su enorme A marcada en el costado —,Tienes suerte, el exámen estaba regalado— lo miró cruzandose de brazos

—No inventes, Estuvo difícil— Respondió apoyando su cabeza en la mesa, le había costado completar los ejercicios

—Para ti siempre será difícil por qué eres estúpido— le sacó la lengua burlándose de él para luego proceder a reír al sentir como el chico le levantó el dedo de al medio

—Jódete Natsuki— la miró frunciendo el ceño completamente enojado habían días donde todo de Natsuki lo fastidiaba pero también otros días donde él fastidiaba sin parar a Natsuki

La chica al salir de clases se marchó directamente al gimnasio donde era perseguida todo el camino por su enemigo, o eso creería cualquier persona, como ella lo pensó la primera vez y casi se agarran de las trenzas en la misma calle, pero, en realidad iban al mismo gimnasio

—¿No puedes tomar un camino diferente?— Preguntó Natsuki frunciendo el ceño dirigiendole una amarga mirada

—¿Hoy no estas de ánimos?, hemos ido por el mismo camino por años— Ran a pasos apresurados logró alcanzarla caminando a la par de la chica

—Eso no te importa, solo hoy no me sigas— le sacó la lengua apresurado el paso dejándolo lo más atrás posible, Ran paró en seco con una pequeña sonrisa ladina viendo como se alejaba cada vez más

Sin embargo no tomó para nada un camino diferente, tenía curiosidad que ocultaba Natsuki, Solo se fue escondiendo entre los arbustos, árboles, callejones, siguiendo con atención cada paso que daba la mencionada lo cual no daba en absoluto hacia el gimnasio y cuando por fin Natsuki parecía haber llegado a su destino parando en seco la sonrisa de Ran se esfumó al ver a su archienemiga tan sonriente con otro chico. Parecían cercanos ¿Qué otro chico podría ser más cercano que él? De repente su mandíbula se tenso completamente sintiendo su sangre hervir por alguna extraña razón. Tenía ese sentimiento que Natsuki le prestaría más atención a otro chico, más atención de la que le daba a él y eso le provocaba ganas de...

Natsuki luego de pasar el rato con su amigo al fin llegó al gimnasio Pero lo raro fue que no vió por ningún lado al Haitani, se sintió algo mal temía qué Ran se hubiera tomado personal que se fuera por otro camino pero así debía ser, sabía qué probablemente la molestaría hasta el cansancio si la veía con el chico que le gustaba así que se encargaría luego de buscar cualquier razón para molestarlo y asegurarse que no estuviera molesto, comenzó con rutina de piernas ya que cada día que iba procuraba hacer rutinas de diferentes y hoy le tocaba piernas, lo cual siempre la dejaba rotundamente agotada pero valía la pena

Una hora había pasado y ya sentía que las piernas le temblaban por sí solas pero buscaba de alguna parte de su cuerpo las energías y el aguante para seguir hasta el final, las gotas de sudor se deslizaban por su rostro y no sabía si era producto del calor o de qué algo la tenía tan preocupada qué no lograba enfocarse en la pésima técnica que estaba haciendo con las pesas

—Apenas llego y ya te vas— de tan solo el hecho de que alguien se estuviese burlando de ella ya sabía qué se trataba de Ran así que no se molesto en mirarlo y mejoró la posición en la que se encontraba con las pesas para evitar que la siguiera molestando

—Igual mis pesas pensan 5 kilos más que las tuyas, Muñeca— respondió agitada tratando de sonreír pero ya se le notaba en el rostro lo agotada que estaba 

—Igual tus piernas siguen pareciendo patas de gallina— le sacó la lengua acción que Natsuki logró ver ya qué decidió darse un descanso y al detenerse miró a Ran con heridas recientes en su boca y en sus manos, heridas que no tenía en absoluto cuando le dijo que no se fuera por el mismo camino que ella así que solo suspiró entendiendo que su amigo ya no le hablaría el resto del año

—¿Al menos curaste esas heridas antes de venir a sudar como loco?— Preguntó fingiendo no haber escuchado lo recientemente hiriente que le había dicho el Haitani. Este negó con la cabeza y entonces con una mirada lo hizo sentarse en el suelo junto a ella

—Sé que ahora eres un bobo pandillero qué se dedica a pelear con desconocidos sin razón, pero, Una herida infectada es dolorosa— la castaña fue por su mochila volviendo a sentarse frente al de trenzas sacando alcohol, algodón y unos parches. desde que Ran comenzó andar en malos pasos no faltaban en su mochila por que sabía que el chico era un irresponsable cuando se trataba de curaciones

—¿Si me odias por qué te preocupas por mis heridas?— Preguntó viéndola a los ojos mientras la contraria pasaba a toquecitos el algodón empapado de alcohol por su mentón y cerca de sus labios

—Por qué somos amigos y enemigos, amienemigos— lo miró chocando miradas dedicándole una sonrisa alegremente, pero Ran por alguna extraña razón la primera palabra le hizo ruido en la cabeza

—Amigos.... Con qué solo eso soy para tí pensó con decepción esperando que la chica respondiera algo más

 Con qué solo eso soy para tí pensó con decepción esperando que la chica respondiera algo más

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30 Días - Ran HaitaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora