2. La cara bonita y la intención maldita

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Tal vez, el haberse aliado con Choi Beomgyu, el chico más insufrible que había conocido en toda su vida, no había sido la decisión más sabia que había tomado en su vida.

Es que insufrible era poco. El chico era molesto, insoportable, irritante, castroso. Los adjetivos se quedaban cortos cuando de describirlo se trataba.

Cada vez que Soobin veía a Yeonjun echar espuma por la boca porque Beomgyu le ponía el pie, le daba la contra en todo, lo interrumpía al hablar o gritaba de la nada; lo defendía diciendo que así era su forma de ser, bromista y juguetón con todos. No mentía, pues se comportaba igual incluso con Taehyun, y hasta diría que el mismo Soobin era su principal víctima. La excepción era Kai, cuya distancia con Beomgyu lo hacía inmune a sus travesuras. Sin embargo, había una diferencia entre el trato que les daba a ellos y el que le daba a Yeonjun: la intención. No importaba que quisiera convencerlo de lo contrario, había un deje de malicia en la forma en la que bromeaba con él a comparación de cuando lo hacía con Soobin.

Tal vez entendería su resentimiento si él hubiera provocado que Soobin no pudiera comer bien durante una semana, una llamada de atención a primera hora y bochorno público el primer día de clases. Era irónico que siendo el culpable tuviera la audacia de comportarse así. Si había alguien que debía estar ofendido aquí, era Yeonjun. Y por supuesto que lo estaba.

Podía quejarse todo lo que quisiera de ese idiota, pero nunca dudaba en responder a sus ataques. Él no era como Soobin que se dejaba hacer bullying, Taehyun que con solo una mirada le ponía su estate quieto o Kai que no tenía que hacer nada porque casi no se hablaban. No, Yeonjun tenía sus propias armas: responderle peor o igual. Si Beomgyu le ponía el pie, él lo pateaba, si Beomgyu lo remedaba, le callaba la boca con adjetivos poco amigables sin pena alguna, y si Beomgyu de casualidad le chocaba el hombro, él le devolvía el saludo haciéndolo chocar con la pared.

Había quedado mal parado, pero jamás olvidaría la satisfacción que sintió cuando Beomgyu se quiso hacer el chistoso tirando su comida "por accidente" y él le respondió jalándolo del cabello para que no se pasara de listo. Esa vez, incluso Kai que trataba a Beomgyu como un adorno del lugar intervino para que se calmara, alegando que no había sido a propósito y ofreciéndole de su plato para que comiera (qué ángel). Le dolió la mirada de decepción de Soobin (porque para desgracia suya, él y Beomgyu se habían vuelto amigos), pero esperaba que el jalón de pelos que le dio al otro hubiese dolido más... Pensándolo bien, tal vez sí se había pasado.

De todos modos, el desconocerse no fue en vano porque, a partir de entonces, Beomgyu le había bajado a sus burlas, y, de todos modos, Yeonjun se percató de que ignorarlo funcionaba mejor que golpearlo, aunque eso no significaba que estuviese libre de sus estupideces.

Esos ataques recíprocos estaban perjudicando el plan. El tiempo pasaba, Soobin y Taehyun se volvían más cercanos y lo único que estaba siendo saboteado era el plan, no él coqueteo entre ellos. A veces creía que Beomgyu solo había aceptado aliarse con él para burlarse de su frustración por no poder estar con Soobin y, en realidad, ni siquiera le gustaba Taehyun. Aunque descartaba eso cuando de repente lo pescaba mirando al menor con ojos de perrito abandonado porque este lo había dejado por irse tras Soobin. No, definitivamente le gustaba.

El problema era que ambos no podían intercambiar más que un par de palabras sin querer arrancarle (de nuevo) el cabello al otro. Si no podían mantener la paz entre ambos, entonces menos organizarse para interrumpir los que sea que estuviese sucediendo entre Taehyun y Soobin.

Podía ser una tontería, pero ese asunto lo estaba preocupando más de lo que le gustaría admitir. Sabía que lo que estaba haciendo no era honesto, que no tenía derecho de entrometerse entre quienes supuestamente eran sus amigos, pero el remordimiento desaparecía cuando veía a Soobin sonreír de oreja a oreja cada que Taehyun decía algo inteligente. ¿Estaba bien sentirse así? Tal vez debía abandonar el plan y hacer como si nunca le hubiese propuesto eso a Beomgyu y jugar limpio para conquistar el corazón de Soobin. De todos modos, hasta el momento no habían hecho nada.

Codicioso y tramposo, los dos al pozo 【Yeongyu】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora