Codicioso y tramposo, los dos al pozo 【Yeongyu】

3. Quien la sigue, la consigue

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―¡Choi Yeonjun! ¡¿Qué carajos fue eso de ayer?!

La única razón por la que Yeonjun estaba permitiendo que el idiota frente a él le hablase de esa forma tan informal y grosera era porque probablemente se lo merecía. Esta vez no pudo salvarse de sus irritantes gritos, pues Beomgyu había ido a su casa y lanzó piedras a su ventana para que le abriera la puerta y hablaran de lo sucedido.

―Agh, no ahora, ¿sí?

―No, ahora sí. ¿Por qué hiciste eso?

―¿Hacer qué? ―dijo, con fingida incredulidad.

―¡Agarrarte a Soobin y alejarlo de Taehyun como si tuviera viruela del mono o algo peor! ―reclamó, con un rostro totalmente desconcertado. Era gracioso verlo así y no con su típica cara de idiota.

―Solo quería aprovechar la ocasión, ¿sí? ¿No era eso en lo que habíamos quedado? Al final te fuiste con Taehyun sujetado de tu brazo. ¿Qué más quieres? ―Si bien era cierto, sabía que el método había sido ridículo. Solo le estaba sacando pelea a Beomgyu por mera costumbre y porque no le gustaba quedar como el que no pensaba antes de actuar ante ambos.

―¡Sí! ¡Pero así no! Te seguí el juego solo para no dejarte mal parado con tu estupidez del paraguas.

―Ajá, ajá. ¡Muchísimas gracias!

―Con lo obvia que fue tu escenita, si Soobin no se da cuenta de lo celoso que estás de Taehyun y no le importa ni un pepino, déjame decirte que es caso perdido. No tienes esperanzas-

―¡Tsk! ¡Ya, silencio tú!―lo calló, levantando un puño y amenazando con darle un buen golpe. En realidad, no tenía intenciones de hacerlo. Solo estaba tratando de disimular lo avergonzado que sentía por el circo que había montado el día anterior. Hizo una nota mental de no volver a copiar lo que veía en su películas favoritas.

Aunque, al parecer, Beomgyu se había percatado de su bochorno, pues su previa expresión de seriedad se relajó poco a poco para dar paso a una sonrisa socarrona.

"Este idiota" pensó Yeonjun.

No podían estancarse en el incidente de la lluvia para siempre, así que decidieron fingir que jamás había sucedido (aunque Beomgyu no dejaría de burlarse de eso). Acordaron no hacer ningún movimiento sin antes consultarle al otro a menos que estuvieran cien por ciento seguros de que no era una tontería como la de Yeonjun y los paraguas. Además, evitarían planes distractivos como el día que estudiaron en grupo. De preferencia, debían poder demostrar a sus respectivos intereses amorosos lo geniales y divertidos que eran como pareja.

―¿Y bien? ¿Alguna idea?

―No lo sé. Sinceramente, dudo que haya algo en lo que pueda superar a Taehyun―dijo Yeonjun, recostándose con pesar y el ego herido sobre su cama.

―Ya sé que no eres la gran cosa, pero Taehyunnie tampoco es perfecto, ¿sabes? Algún defecto o debilidad debe tener...

Yeonjun ignoró la ofensa hacia su persona y se enderezó para mirar con incredulidad a Beomgyu.

―Ajá. A mí no me vengas de decir "Taehyunnie no es perfecto" ―remedó con una voz chillona, hábito copiado del mismo Beomgyu―. No cuando tienes esa sonrisa de idiota enamorado al hablar de él.

―Je, je... Es que él... ―balbuceó, sintiendo cómo el calor subía a sus mejillas. Se habría puesto a hablar de lo mucho que le gustaba el menor de no ser porque estaba en compañía de Yeonjun.

―Mhm, mhm ―musitó, volteando los ojos. Beomgyu enamorado solo se volvía más irritable para él.

―Ya, pero hablando en serio ―continuó, tratando de recobrar la compostura―, si hay algo con lo que Taehyun no puede competir, es la oscuridad. Aunque eso no te sirve de nada.