𝐢. 𝐰𝐡𝐨?

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𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐎𝐍𝐄──── ∗ ⋅◈⋅ ∗ ────

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𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐎𝐍𝐄
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𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐎𝐍𝐄──── ∗ ⋅◈⋅ ∗ ────

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«𝐰𝐡𝐨?»

Denisse cruzó la impotente entrada del edificio a paso decidido, su maletín en mano y el sonido rítmico de sus tacones chocando contra el liso suelo. El vestíbulo estaba estaba impregnado de la energía diaria del Ministerio, con su característica luz dorada que hacia que el entorno fuera algo más cálido. Al recorrer los pasillos, columnas esculpidas y lámparas flotantes creaban un ambiente que resonaba con la historia de la magia en América. Algo que le encantaba a Denisse era que cada rincón del MACUSA contaba un relato único, conectando el pasado y el presente.

Respiró hondo mientras subía las escaleras con paso firme. A su alrededor, elfos caminaban de lado a lado, aurores llegando y junto con ellos posibles delincuentes los cuales gritaban y se quejaban con todas sus fuerzas. Al alcanzar el pasillo de su despacho, algunos rostros conocidos dieron media vuelta para mirarla. Esta les saludó con amabilidad, con un asentimiento y un par de sonrisas. Llegando a la puerta de su oficina, Denisse giró el pomo y entró, cerrando la puerta tras de sí. El ambiente tranquilo de la oficina la ofrecía un refugio del bullicio del exterior, marcando otro largo y monótono día de trabajo que al menos Denisse se desenvolvía con confianza.

Se acercó a la silla detrás del escritorio, en la que dejó su fino gabán de color marrón pastel. También dejó su negro maletín encima de de la silla, para luego mirar a su alrededor. Todo estaba hecho un desastre, carpetas en el suelo, todos los papeles desorganizados, si de algo era conocida Denisse Walsh, era por su conocido desorden. Con un toque de varita, comenzó a organizar las hojas desparramadas en su caótico escritorio, las cuales volaron por encima de su cabeza hasta quedar apiladas en un rincón. Y así continuó un par de minutos más, concentrada en alinear las hojas y enderezar el caos sobre su escritorio y cajones. Entre una de las pilas de documentos, notó una carpeta que no le pertenecía; era de uno de sus compañeros.

Con un suspiro ligero, Denisse tuvo que hacer una pequeña pausa en su misión de organización. Salió de su despacho, carpeta en mano, para entregárselo a su para nada querido compañero. Denisse se acercó al cubículo de su compañero: Sam, el Obliviador. Este la miró con indiferencia, por lo que algo incómoda le entregó la carpeta con un seco "Esto parece tuyo" que apenas logró romper el hielo entre ambos

𝐅𝐄𝐀𝐑𝐋𝐄𝐒𝐒 ⁿᵉʷᵗ ˢᶜᵃᵐᵃⁿᵈᵉʳ ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora