Adam Faulkner-Stanheight

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A Gordon le gusta pensar que conoce a Adam más de lo que el chico espera. Sus gustos, disgustos, pensamientos, opiniones, incluso ver su apartamento repleto de imágenes ya era algo normal para él incluso con el hedor del fijador fotográfico.

Pero con respecto a su pasado, la mayoría de las veces solo le contaba cosas ambiguas, siempre existía un velo de misterio alrededor del pasado de Adam, quien, en ocasiones, parecía solo esquivar las preguntas. Lawrence siempre había respetado la privacidad del castaño, pero le inquietaba o más bien le atravesaba una curiosidad latente que surgían interrogantes sobre las experiencias que habían dado forma al chico que amaba. Pero solo conocía al chico de después del baño, no antes, dejando un vacío de información que, por respeto, Lawrence nunca forzó.

Un tarde en la que había dejado de trabajar temprano, fue al nuevo apartamento del fotógrafo, y mientras esperaba, Gordon decidió explorar la morada compartida en busca de algunas fotografías para un proyecto personal (el siguiente culpable para los juegos de Jigsaw). Entre los cajones y estanterías, se encontró con una carpeta manila algo estropeada y con un gran escrito en marcador negro que decía "No necesitamos tus degenerados recuerdos". Estaba cuidadosamente guardada en el rincón más alejado de un cajón, no tenía ni idea del contenido pero solo para descartar revisó las fotografías que tenía dentro.

A medida que hojeaba las páginas, su corazón dio un vuelco al encontrarse con imágenes de una persona que nunca había visto, aunque le parecía sorprendentemente familiar. En esas fotografías, Adam no era el chico que Lawrence conocía, sino una joven con una cara seria y triste. El doctor no estaba asombrado por aquella revelación, ya lo sabía. Ha estado con Adam un tiempo más que considerable y por supuesto que ya tuvieron intimidad, era imposible que no se hubiera dado cuenta aunque al final tuvo la necesidad de explicarse y contó la transición. Lo que le sorprende es que Adam jamás habló de esta persona, de esta adolescente que sufría en silencio porque sabía que era diferente. Como si tratara en enterrar o negar su existencia pasada cuando la misma valentía de esa chica es la razón de quien es él ahora.

Cuando Adam volvió a casa, encontró a Lawrence sentado con la evidencia en sus manos. La tensión se apoderó en el momento en que los ojos de Larry se encontraron con los de su novio. Hubo un breve instante de silencio antes de que Adam, con una mezcla de vulnerabilidad y nerviosismo, comenzara a hablar sobre lo que había guardado celosamente.

—Supongo que en cualquier momento iba a pasar.

—Lo siento mucho, solo buscaba las fotografías que tomaste de Allen y Addy.

—No importa. Están aún revelándose.

—...¿Puedo preguntarte algo?

El chico con una pausa reflexiva, asintió lentamente mientras cerraba la puerta tras de sí.

—Sí.

—¿Por qué no compartes esa parte de tu vida conmigo? Sabes que no me importa.

Adam a paso lento se sienta a su lado y suspira para luego apoyar su cabeza en el hombro del doctor. Revelar su pasado se había convertido en un desafío monumental, marcado por años de adversidad y disgusto por parte de su propia familia. Crecer en un entorno hostil, donde la aceptación parecía un sueño lejano, dejó profundas cicatrices emocionales en el corazón del castaño.

—Es complicado. Sabes que mi familia no fue el mejor apoyo y cada vez que recuerdo esa época solo siento odio. Trataron de encerrarme como si fuera una aberración... odiaba tanto a mi padre.

Fotografías [Chainshipping]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora