Tania despertó aún abrazada de la almohada, sería haber descansado como nunca, deseaba con ansías quedarse ahí, pero la vida debía contó , ellos tenían que asistir a clases.
Escondió su rostro una última vez en la acolchadas almohadas, después de unos minutos se levantó de la cama y entró al baño para darse un baño y cambiarse. Una vez que se encontraba seca y lista, bajo a preparar algo delicioso para Joel, al menos de esa manera se sentía útil, algo en lo que era buena siempre fue preparar platillos exquisitos.
ㅡJou! levántate perezoso, tengo listo el desayuno, debemos llegar tempranoㅡ gritó desde la cocina, pero al no recibir respuesta, apagó todo y subió a quitarle las cobijas a Joel, sonriendo al ver lo mucho que éste se negaba.
ㅡ Cinco minutos más Tani, déjame dormir. ㅡDijo tapándose la cara completamente con la almohada.
ㅡ Hice un rico desayuno solo para ti, no seas malo y ven a comer, se hace tarde.— pidió.
ㅡ Está bien, dame un minuto, en seguida bajo a desayunar contigoㅡdijo y se levantó con pesadez haciendo que Tania sonriera al verle despeinado y con sus ojos aún inundados de sueño, juraría que podría ver eso todos los días, si solo tuviera la oportunidad.
ㅡ Jou, gracias por lo de anoche, de verdad eres como mi ángel guardián. No sé a quién debo agradecer el haberte conocido y tampoco sé si merezco todo esto.—dijo un poco decaída.
Joel miró como la tristeza se asomaba por los ojos de Tania y sintió un vacío inexplicable, verla así le dolió, pues se habia prometido cuidarla y hacerla sonreír siempre, le dolía saber que algo no estaba haciendo bien.
ㅡ Si alguien aquí es un ángel, esa eres tú, bonita, haría esto y mucho más con tal de verte feliz, por favor, jamás lo olvides.
El contacto visual se mantuvo por varios segundos y sonrieron juntos,. Algo que no pasó desapercibido por Joel era que al parecer Tania ya no tenía gripa, pero aquella tos persistía; se escuchaba seca, incluso dolorosa, pero alguna vez pasó por lo mismo, así que confiaba que los medicamentos servirían dentro de poco. Desayunaron deprisa por lo tarde que se les haría, se cambiaron y fueron a clase.
***
El día en la institución fue muy agotador para los dos, tenían muchos trabajos y proyectos por hacer, no se vieron en los recesos por lo que en la salida Joel esperaba a Tania para llevarla a su casa.
Sonrió al ver como ella salía, se veía un poco decaída, llevaba un pañuelo que cubría sus labios cada vez que contraría su torso y alcanzó a darse cuenta de que cada vez encorvaba su pecho unas expresiones de dolor se dibujaban en su rostro.
El tuvo que hacer muchas señas y movimientos medio extraños a la vista de otros para que aquella dulce y linda castaña pudiera verlo de lejos y cuando lo hizo, inevitablemente su rostro se iluminó y corrió a su encuentro.
ㅡTania vamos a casa, hay que terminar los proyectos y después jugar o ver películas con palomitas. ¿Te gusta la idea?ㅡ Preguntó con entusiasmo, mismo que se borró al notar ligeras manchas rojizas en aquel pañuelo y eso lo llenó de preocupación, en definitiva era sangre.
ㅡDios.. ¿Tania estás bien? ¿Por qué hay sangre en ese pañuelo?ㅡ cuestionó, observando detalladamente cada expresión de nerviosismo en ella.
ㅡEsto... bueno estuve mucho tiempo en el sol así sangro mi nariz, pero ya fui a enfermería, estoy bien, no te preocupes. Y sobre lo que dijiste, sabes que me encanta la idea, pero debo ir a mi casa, mis libretas y libros para los proyectos que necesito hacer están ahí, será para otro día. Lo lamento Jou.—dijo entristecida.
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Abrázame
RomanceTania siempre fue una jovencita alegre, inspiraba en los demás amabilidad y respeto. Joel por el contrario era típico muchacho popular y atractivo de la escuela, por azares del destino se conocían desde pequeños y eran los mejores amigos, siempre ha...