Capítulo 20

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— Bien, ya solo falta hora y media, será mejor que me vaya antes de que se me haga tarde. Aunque no tengo ni idea de qué tan lejos queda su casa— dijo el peliverde mientras tomaba su chaqueta y su bolso.

— Ya es hora de irte Damian, llegarás tarde a la Mansión Desmond!— anuncio el rubio.

— Lo sé, ya estoy listo— dijo el peliverde saliendo de su habitación.

— Muy bien, recuerdas la dirección?— preguntó el padre.

— En realidad no, pero son una familia muy conocida, no tendré problemas para encontrala— respondió tranquilamente el peliverde.

— suspiro — Supuse que algo así pasaría, así que me encargué de conseguir la dirección — dijo el mayor sacando un pequeño papel blanco del bolsillo de su camisa— Ten, esta es la dirección, no llegues tarde...— dijo entregándole el papel al menor.

— Gracias padre!— dijo emocionado el peliverde, interrumpiendo las palabras de su padre

— a tu reunión — completó — recuerda portarte bien, y no vuelvas a hacer locuras como la de aquella vez, entendido?— dijo con cara de cansancio.

— Entendido— dijo el peliverde con una sonrisa nerviosa, rascándose la nuca.

— Que tengas una linda tarde Damian! Dale mis saludos a Anya— dijo la pelinegra.

— ok, madre— dijo con una sonrisa.

— No vayas a regresar tarde— dijo el rubio— de todas formas lo seguiré, dudo que sepa llegar bien al lugar, así aprovecho a echar un vistazo a ver si encuentro algo útil para la misión — pensó.

— Esta bien— respondió el peliverde algo serio y con fastidio, después de haber leído la mente de su padre.

El chico salió muy emocionado de su casa, a pesar de que su padre iba detrás de él. Conociendo las intenciones de este, supo subir en el bus y seguir todas las indicaciones del papel perfectamente, claro, como iba leyendo la mente del rubio corregía los errores que estaba a punto de cometer.

En el camino recordó las palabras de la pelirosa cuando le dijo que no era necesario que su padre fuera a acompañarlo y después de pensarlo por varios minutos, se dió cuenta de que la chica tenía razón, se sentiría raro. Así que trató de usar su poder mental para invocar una nueva misión para su padre que lo obligara a dejarlo solo, de todas formas ya el chico estaba grandecito.

— Bien, según este papel es aquella casa— pensó.

— Felicidades Damian, al parecer si eres bueno siguiendo instrucciones— pensó el rubio.

— Muchas gracias— pensó el peliverde con una sonrisa triunfante.

— No me explico por qué entonces no sigue mis instrucciones cuando lo ayudo con matemáticas... O con cualquier cosa— Pensó el rubio— creí que era tonto, pero ya veo que solo presta atención a las cosas que le interesan, ya olvidaba que está entrando a la adolescencia, es algo típico en ellos — pensó con cansancio.

— Eso es otro tema — pensó el peliverde, borrando su sonrisa por una cara de fastidio y molestia.

Cuando llegó a la mansión, aun estando a las afueras de esta, trató de invocar con el pensamiento una llamada de Silvia Sherwood, la jefa de su padre, para que lo mandarán a una misión. Y para sorpresa de todos, funcionó!

— Qué? Ahora? No pueden mandar a otro agente? Estoy en frente de la mansión Desmond, esta podría ser mi oportunidad de conseguir algún tipo de información o algo que nos ayude con la misión... Pero... Está bien, voy en seguida— dijo el rubio colgando la llamada recibida.

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⏰ Última actualización: Feb 21 ⏰

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Yo en tu Lugar (Damianya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora