Armonía entre Sombras

80 9 1
                                    

Capitulo 2:

Desde el momento en que rompí mi capullo, supe que mi existencia era única. Mis primeras experiencias en el Nido de las Quimeras fueron desconcertantes; mis extremidades recordaban al escarabajo Kabuto, pero mis rasgos eran extrañamente humanizados. Entre la amalgama de criaturas que poblaba el nido, me encontré como una quimera singular, destinado a un destino incierto.

Mi afán de descubrir mi verdadera identidad me impulsó a explorar más allá del nido. Salí a la parte exterior, enfrentándome al vasto y desconocido mundo. Escalé las paredes del nido, buscando respuestas en cada rincón. Fue durante mi ascenso que noté a una figura en la distancia.


Una joven con apariencia de gato, sentada con gracia, observaba la danza de conejos de humo. Su presencia irradiaba una fuerza indescriptible. A medida que me acercaba, reconocí a la primera guardia real, mi hermana Neferpitou. Sus ojos ámbar se posaron en mí, revelando una mezcla de sorpresa y reconocimiento.

—¿Quién eres tú? —inquirió Neferpitou, sus orejas felinas moviéndose ligeramente.

Titubeé antes de responder, explicándole mi origen y mi búsqueda de identidad.

Neferpitou, con sus ojos ámbar fijos en mí, me examinó con curiosidad. La brisa traía consigo el susurro de los conejos de humo que danzaban a nuestro alrededor. Entonces, con voz calmada pero inquisitiva, mi hermana preguntó:

—¿Cuál es tu nombre?

La pregunta resonó en mi mente, pero una extraña confusión nubló mis pensamientos. No tenía un nombre humano que pudiera recordar. Miré a Neferpitou con ojos inseguros, y la verdad incierta de mi identidad se reflejó en mi respuesta:

—No lo sé. No tengo un nombre humano. Soy... soy el segundo guardia real.

La mirada de mi hermana se intensificó, como si buscara algo más allá de mis palabras. Mi corazón latía con rapidez ante la inseguridad de mi propia existencia. ¿Quién era yo en este mundo de quimeras y sombras?

Neferpitou, con su perspicacia felina, asintió comprensiva. Sin juzgarme, aceptó mi respuesta. Entendí que mi papel como el segundo guardia real traía consigo responsabilidades y deberes que aún no comprendía del todo.

El aire se volvió denso cuando Neferpitou, la primera guardia real, comenzó a irradiar una intensa aura de color rojo oscuro. Sus ojos, normalmente serenos, centelleaban con una chispa de desafío. Los conejos de humo, que anteriormente danzaban con gracia, ahora se dispersaban ante la imponente presencia de mi hermana.

Inconscientemente, mi propia aura, de un azul brillante, comenzó a emerger exponencialmente, superando en magnitud la oscura esencia que envolvía a Neferpitou. Aunque me sentía abrumado por la fuerza que emanaba de mí, mi mentalidad de guardia real tomó el control, recordándome mi deber de proteger al Rey Quimera.

—Neferpitou, detente. Si te enfrentas a esa amenaza, dejarías al rey desprotegido —le dije entre titubeos, tratando de mantener la calma.

Su aura roja parpadeó por un momento, y ella me miró con escepticismo, pero también con sorpresa ante la magnitud de mi propia esencia. A pesar de su instinto de pelea, mi argumento la hizo reflexionar sobre las implicaciones de su elección.

—¿De verdad crees que puedes detenerme? —preguntó, desafiante.

Con una determinación que sorprendió incluso a Neferpitou, le recordé la importancia de mantener la seguridad del Rey. Poco a poco, la intensidad de su aura disminuyó, cediendo ante mi insistencia. Aunque la tensión persistía, el conflicto inminente se desvaneció momentáneamente.

Así, entre auras vibrantes y tensiones silenciosas, mi papel como el segundo guardia real se afianzaba, y la relación con mi hermana se teñía de una dinámica única.

fin de capitulo.

Yo en hunter x hunter siendo una hormiga quimeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora