Capitulo 3:
Dentro del Nido de las Quimeras, la escena se volvía tensa cuando un hombre de cabello largo y blanco, controlado por los hilos de Neferpitou, atacaba a varias hormigas quimeras. Sus cicatrices marcaban su historia de batallas pasadas, pero ahora era una marioneta en manos de la primera guardia real.
Perplejo, observé la escena sin comprender completamente el propósito de estar allí. Neferpitou, con una sonrisa que no auguraba nada bueno, me explicó con calma:
—Esta es mi marioneta. La utilizo para infiltrarme entre los soldados y hacer que sirvan mejor al rey, nya.
Confundido, le pregunté qué tenía que ver eso con nuestra presencia. Su respuesta resonó con una lógica cruel:
—Para que desarrolles tus habilidades Nen. Aunque superas mi aura, eso no garantiza que seas eficiente en la batalla, nya.
Nervioso, me acerqué a la marioneta, decidido a demostrar de qué era capaz. La marioneta lanzó una patada, que esquivé con éxito, pero mi confianza fue efímera. Al asestarle un golpe en el estómago, la marioneta se lanzó hacia una pared del nido. Neferpitou aplaudió el espectáculo, pero su sonrisa encerraba algo más.
—Impresionante, pero olvidaste un detalle, nya —comentó con sorna.
Con confianza en mi respuesta, le pregunté cuál era ese detalle. Su respuesta fue instantánea y cruel:
—Que nunca bajes la guardia, nya.
Antes de asimilar sus palabras, fui golpeado en el rostro por la marioneta, estrellándome contra la pared del nido. La risa de Neferpitou resonó en el aire mientras se acercaba y se agachaba para mirarme a los ojos.
—Ah, y se me olvidó decirte que mi marioneta tiene varios niveles de ataque que se activan cuando la tocas, nya —añadió con malicia.
En el suelo, aturdido y con la lección aprendida, murmuré:
—Eres realmente malvada, hermana.
Me levanté, recomponiéndome después del golpe. Pitou me miró con una sonrisa, preguntando con escepticismo:
—¿Ahora sí irás en serio, nya?
Con confianza, le respondí:
—No me subestimes, hermana. Además, ya pensé en una habilidad que te dejará con la boca abierta.
Ella, con cierto escepticismo, se alejó y comentó:
—Eso lo veremos, nya.
La marioneta se movía hacia mí con movimientos erráticos, y yo me acercaba con la guardia alta. El aura a mi alrededor cubría todos sus ataques, y Pitou observaba con curiosidad desde un lugar seguro.
Mientras la marioneta lanzaba rápidos golpes, mi aura resistía sus ataques. Pitou, aparentemente desinteresada, pensaba para sí misma:
—Aunque tenga una inmensa aura, parece que no tiene los conocimientos básicos del combate. Creo que me equivoqué y no le será útil al rey.
Sin embargo, se distrajo al ver una luz formándose en el cuerno de mi frente. Grité:
—¡Caparazón Resplandeciente!
Un cuerno de Nen creció y embestí a la marioneta, enviándola hacia arriba. Sin poder reaccionar, la marioneta comenzó a caer hacia mí. Preparado para mi siguiente movimiento, grité:
—¡Hoja Voraz!
Creé una cuchilla de Nen en mi mano y atravesé la marioneta al caer, dejándola fuera de combate. Feliz por haber demostrado mi valía, le sonreí a Pitou.
—Vez, te dije que te sorprendería.
Pitou, expectante, pensó para sí:
—Vaya, sí que es impresionante. Será útil para el rey, nya.
Bajó de donde estaba diciendo:
—Bien hecho, nya. La verdad es que me impresionaste con tus habilidades.
Le sonreí y le dije:
—Te dije que lo haría.
Pero su expresión cambió, con venas en la cara, y me dijo haciendo un puchero:
—Pero no me dijiste que ya tenías dos habilidades. No me gusta que me mientan.
Neferpitou, calmada, mostró su habilidad "Doctor Blythe", curando rápidamente a la marioneta y reparando los daños que le había causado al hacerle un agujero en el pecho. Mi sorpresa se convirtió en reclamo al darme cuenta de su capacidad.
—¿Por qué no me dijiste que tenías otra habilidad? —reclamé.
Con crueldad, respondió:
—A mí no me gusta que me mientan, pero eso no significa que yo no pueda hacerlo.
Mi descontento se transformó en determinación, y decidí vengarme. Me lancé hacia ella y, de manera cómica, la mordí en la cabeza. Con enojo, Pitou exclamó:
—¡Suéltame, nya!
Persistente, le dije:
—Primero, discúlpate.
Ella, con terquedad, respondió:
—Nunca, nya.
Pitou, molesta, me dio un golpe en la cara, pero no le hizo efecto alguno. Sorprendida, intentó quitarme de encima, pero no cedí. Después de un momento, la solté y opté por tocar mi violín, expresando mis sentimientos en una melodía triste y soltando una lágrima.
Canté en la canción:
—Hermana, ¿por qué tienes que ser tan cruel?
Pitou, desinteresada y enojada, salió del nido subiendo hasta la punta para reflexionar. En sus pensamientos, murmuró:
—El rey está a punto de nacer. Espero que él no sea un impedimento para protegerlo.
fin de capitulo.
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Yo en hunter x hunter siendo una hormiga quimera
AdventureEn lo más profundo de el nido de las hormigas quimeras, un diminuto huevo vibraba con una energía inusual de ahí yo nací mostrándome como el segundo guardia real.