Cuanto llegaron a la feria todo se veía hermoso, el panorama estaba lleno de luces de colores que contrastaban mucho con la oscuridad de la noche, habían varios juegos y puestos en los que vendían varias cosas, algunos de los juegos eran bastante altos, pero ninguno de ellos te daba miedo excepto la rueda de la fortuna, era extraño que te asustara solamente ese juego ya que habían otros que eran más altos y también más rápidos, pero no es tan raro ya que de pequeña una vez te subiste a una rueda de la fortuna.
Esto sólo lograste hacerlo escapandote de tus padres y subiendote a escondidas ya que sabías que ellos nunca te dejarían subirte pero, cuando te subiste, te caiste y mientras estabas en el suelo se cayó la rueda, lo bueno es que tu no estabas tan alto, pero si lo suficientemente alto como para hacerte una herida, también tuviste suerte de que no te aplastara aquel juego, aunque estuvo extremadamente cerca de aplastarte.
Desde ese día le tuviste bastante miedo a las ruedas de la fortuna y nunca más volviste siquiera a acercarte a una.
Warley: ¿a dónde vamos primero?
T/n: emmmm...
Lo último que querías era ir a la rueda de la fortuna así que cualquier otra cosa estaba bien para ti.
T/n: bueno, que te parece... el juego de el mazo.
(Este)
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Warley: ¿no crees que te estás aprovechando demasiado demasiado de tu fuerza?
T/n: no pasa nada, de igual manera los juegos de feria casi siempre están trucados.
Warley: supongo que tienes razón, vamos.
*unos segundos más tarde*
Señor estafador: empiece usted señor *dijo refiriéndose a Warley* al parecer es bastante fuerte (ni en sueños ganarás porque lo que no sabes, es que este juego y todos los de la feria están trucados)
Warley intentó ganar con todas sus fuerzas pero desgraciadamente no tuvo éxito alguno.
Señor estafador: bueno, es su turno señorita (pierde y dame tu dinero de una vez)
Agarraste el mazo, te quedaste por unos segundos pensando en que si golpeabas con demasiada fuerza podrías llegar a romper el juego así que no le pegaste con tanta fuerza, cosa que hizo que perdieras incluso con menos puntaje que Warley.
T/n: (oh no, me pasé con la delicadeza)
Señor estafador: agamos un trato señorita, le daré otra oportunidad, pero si falla tendrá que pagarme el doble.
Tu no eras la que pagaba así que tenías que preguntarle a Warley primero, el te dijo que estaba bien, pues tenía mucha confianza en tu fuerza, antes de que lo intentaras de nuevo, tu y Warley escucharon al estafador susurrar que tu eras muy débil, cosa que hizo enojar a los dos, pero no dijeron nada aunque Warley tenía muchas ganas de repartir algunos golpes.
