El voluntario

La Importancia De Escuchar

–Carajo Adam esto se nos salió de las manos — James se acerca con la adrenalina a tope —de esta forma no lograremos nada —James se enfurece confrontado a Adam
—Deja de bromear —interviene Jason con una furia implacable desatascando el rifle —esto se lo han buscado ellos al atacarnos y capturar a nuestros compañeros
—Son Hombres, como nosotros, seres humanos ¿Cuándo carajos se te olvidó? —alega James tratando de controlar la adrenalina de Jason
— ¿Qué hemos hecho? —Adam reacciona observando con detenimiento el lugar, los cuerpos de los que asegura son sus enemigos y trata de convencerse aún de que no había otra opción
— Hicimos lo que teníamos que hacer —Jason revisa su rifle —no olvides que esto es lo que hacemos. Es nuestro trabajo
— Eso te dejará dormir tranquilo esta noche ¿no es así? —James no estaba de acuerdo
— Somos herramientas no olvides eso James — Jason responde con firmeza como si hubiese olvidado que era igual de humano
— ¿En que nos hemos convertido?.

Adam reflexiona nuevamente y centra su mirada en uno de los hombres en el suelo que aún respiraba con dificultad, le había dado un tiro cerca a la garganta y estaba ahogandose en su sangre, permanece estático ante la escena mientras un leve temblor en la mano que sostenía el rifle cerca del gatillo que aún estaba lleno de salpicaduras de sangre.
!Pum¡. El sonido de un disparo que acabó con la vida del hombre interrumpe y Adam despierta temblando y con la respiración agitada, estaba en su habitación a oscuras apenas se adaptaba con la poca luz que entraba por una de las ventanas, gira su rostro viendo su reloj del nochero 6:30 de la mañana estaba seguro de que no habían pasado ni 3 horas desde que había logrado conciliar el sueño la alarma que tenía para las 8 ni había sonado. Pone su mano en su cara pasándola por todo su rostro para limpiar lo que creía era sangre, aun podía oler ese aroma y su mano derecha temblaba como si aún cargará ese rifle en sus manos y tuviese el gatillo cerca. Su respiración se normaliza poco a poco y se mueve para quedarse en el borde de la cama, vuelve a tapar su rostro y mueve su cuello para aliviar la tensión que tenía, saca del nochero cercano un tarro de pastillas que servían para su dolor crónico y toma un par así seco luego suelta un suspiro corto y se debate entre levantarse o intentar dormir de nuevo.

Sale de su habitación después de un rato llegando a la cocina comienza a prepararse un café y algo para comer, mira la gabeta dudando de si siquiera merecía comer, el rostro de aquel hombre agonizando aún estaba fresco haciéndolo sentir culpable, ¿acaso el pudo disfrutar de un último desayuno? El rostro apagado de Adam se tornaba más oscuro cada vez volvió a suspirar tratando de ignorar esos pensamientos nuevamente y procede a terminar de preparar su café, un sonido cercano le alerta lo cual no era extraño por su tiempo en servicio, cualquier cosa perturbaba su concentración había desarrollado un sexto sentido para todo, sin embargo no reaccionó y se limitó a terminar ya sabía de quien se trataba.

—Buenos días Adam  —la voz dulce no provoca una reacción y se limita a responder entre dientes —¿no deberías seguir dormido cariño?
—Buenos días madre —responde cortes —¿qué tal tu noche? —Adam por fin se gira viendo a su madre acercase para darle un beso en el hombro y acariciando su cuello con suavidad
—Bastante tranquila —le observa con duda —veo que la tuya fue ajetreada… te ves cansado
—Estoy bien mama estoy entrenado recuerdas
—Y recuerda que yo soy tu madre — responde severamente ante el comentario —no eres  un superhombre hijo no deberías trabajar tanto y menos de noche
—Es lo que mejor se me da —Adam vuelve su mirada con algo de culpa
—Tu trabajo en el hospital es lo que se te da —alega —deberías hablar para que te pagarán
—Es voluntariado mama —Adam quería evitar discutir no se sentía con deseos de lidiar aquella situación
—No me mientas Adam —su madre le reprocha con firmeza
—Lo siento… —Adam reacciona y se lleva su café para sentarse en el comedor
—Ayudas a las personas —su madre insiste y se acerca sentándose frente a él —no es malo que te recompensen por ser buena persona
—No soy una buena persona… — responde con decepción — además si cobrará por eso no lo estaría haciendo por ellos…
—No eres mala persona hijo… —la madre suelta un suspiro corto y se levanta —te prepare algo para que comas ¿podrías al menos comerlo?
—Sabes que no tienes Hacer eso —Adam termina su café
—Tengo que hacer una diligencias tu padre me ayudará, que tal si vienes el fin de semana
—Tengo trabajo
—No te pido que renuncies solo que vayas a casa
—Esta bien
—Debes cuidarte más —ella pone su mano en su mejilla levantando su rostro y mirándole con compasión —come algo y luego hablamos, te amo hijo.