La Gata de la Reina (Ciel y tu)

Capitulo 23

"Estoy trabajando, vete a pasear por el jardín o algo"

"Me estas votando de aquí?!"

"Si, así que vete en paz"

Charlotte se cruzó de brazos y dio la media vuelta con un puchero en su rostro con las últimas palabras de Phantomhive, dando grandes zancadas por los pasillos que seguían más allá del estudio.

Ciel resopló de alivio, pero sintiéndose un poco culpable de haber hechado a Charlotte fuera de la sala. Dirigió su mirada al mayordomo frente suyo. Los ojos carmesí clavados en su azul solitario con extrema severidad y rigidez. Ciel enarcó una ceja, divertido por el rostro del demonio.

"Me hiciste sacarla de aquí, ahora dime que te molesta, me vas a dar un infarto algún día con esas miraditas" dramatizó Ciel, exagerando su expresión, para terminar con una sonrisa traviesa, entrecruzando sus dedos y apoyando su barbilla en ellos.

Ahora era el turno para que el mayordomo enarcara una ceja. "No creo que un infarto sea posible, joven amo, usted..."

"Eso se llama sarcasmo, Sebastian. Pensé que ya lo sabías usar y detectar muy bien" interrumpió Ciel, siguiendo con el juego, su sonrisa nunca desapareciendo y el rostro de impaciencia/neutral de Sebastian tampoco.

"Sugiero que el joven amo se deje de rodeos y preste atención a lo que se encuentra a su alrededor" dijo Sebastian, dirigiéndose a algo mas que a solo la conversación que estaban teniendo ahora, lo que cambió el rostro del noble a travieso a un entrecejo fruncido.

"Sé muy bien lo que hago, Sebastian, creo que ya ha pasado mucho tiempo desde que no hace falta que me recuerdes lo que sucede a mi alrededor." Respondió Ciel, su voz ahora cortante, sin revelar molestia, solo indignación. "No sé en que ves un error, pero eres libre de decirlo." Añadió apartando la mirada. El rostro de Sebastian no cambió ni un centímetro, como una estatua de mármol.

"Joven amo, veo que esta tomando a la ligera este caso últimamente. Le recuerdo que la reina ha pedido el caso resuelto lo antes posible. Pero no se ha hecho ningún progreso durante una semana. Presumo que Lady Charlotte es una de...."

"Vas a culpar a Charlotte ahora?" Preguntó Ciel, mas bien como un tipo de amenaza. Pero una sonrisa se creó en sus labios, terminando como una risa psicópata. "Préstame atención, demonio. La reina Victoria acaba de pedir una cita con ambos al palacio de Buckingham, y tengo muy poca impresión de lo que nos va a decir, pero se que nos va a reprimir por no avanzar nada en el caso, lo sé con claridad. Pero simplemente no puedo resolver nada con pura información en el aire. Tengo muy pocas cosas claves, tal vez simplemente no me estoy aplicando mucho en ellas, pero este caso se va a resolver así lleve 5 meses , es un poco mas complejo de lo que esperábamos... Y lo sabes, Sebastian. Así que no me engañes con tus excusas de que el caso va muy atrasado. Porque a ti ni te importa sobre los cargos que me da la reina, al menos de que te de una orden harías algo, y no estoy diciendo que deberías hacer lo contrario. Simplemente te estoy diciendo que dejes de inventar excusas y que vayas al punto de una vez." Ciel hizo una pausa, probablemente esto había sido la mayor cantidad de palabras que había dicho en años. Al mirar el rostro inexpresivo de Sebastian, frunció el ceño aun más, provocando una pequeña arruga se mostrara en su entrecejo. Profirió una melodiosa carcajada antes de hablar de nuevo, razonando perfectamente en lo que estaba pensando el demonio. "Dime, Sebastian, acaso Charlotte te molesta así tanto?" Preguntó, su voz casi un susurro y suave como una pluma, pero suficientemente alto como para que fuera percibido por el grandioso oído de Sebastian.

El demonio abrió los ojos levemente, haciendo que su rostro cambiara al menos por unos segundos luego de minutos de petrificación.

"Todo esto es sobre mi alma de cualquier modo... Así que ella es solo un obstáculo para ti" susurró de nuevo Ciel. Sebastian sonrió de medio lado por una fracción de segundo, mirando por primera vez en el día con algo de su típica diversión al noble.