Capítulo XII.

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Sentí, entre mareos, como Buffy me llevaba casi a rastras hacia su habitación. Yo intentaba impedírselo, intentaba moverme para irme de allí, pero mi cuerpo no respondía a mis órdenes. Tan sólo podía seguirla y ser lo menos estorbo posible.


Mi espalda chocó contra su cama y sentí como el colchón se hundió a mi lado. No podía quedarme allí. No podía volver a dormir en la misma habitación que Buffy. Ella podría recibir mis sentimientos... Si bien el miedo me había invadido, no significaba que siguiera allí toda la noche. Ella se daría cuenta...


Con dificultad, apoyé ambos codos en la cama y me incorporé muy lentamente. Abrí los ojos para intentar volver a mí, pero, otra vez, el rojo comenzó a invadir mi vista.


— ¡Faith! - Buffy gritó susurrando a mi lado y se tiró encima de mí para impedir que me levantara.


Sus manos fueron directas a mis hombros y me volvió a tumbar en su cama. Ella había saltado literalmente encima de mí, quedando a horcajadas encima de mi cuerpo. Podía sentir sus rodillas con las yemas de mis dedos y, mi mente, se perdió en ese detalle. Por el contrario, Buffy estaba totalmente concentrada en mis ojos. Comenzó a hacer presión con lo que suponía que era las mangas de su sudadera. Se concentró tanto en evitar que la hemorragia comenzara de nuevo que no se daba cuenta de los ligeros movimientos que estaba haciendo encima de mi piel.


Un suspiró salió de mis labios y sus manos dejaron de hacer presión. Separó su sudadera de mis ojos muy lentamente para comprobar que no estaba sangrando y se quedó quieta. Yo seguí con los ojos cerrados no sabiendo muy bien qué hacer en esa situación. Era, seguramente, lo más cerca que podría tener a Buffy en algún momento y, algo me decía que, si abría los ojos, ese momento se acabaría.


— No te levantes, Faith. - su tono era serio.

— Tengo que irme, B. No es bueno que esté aquí. - era raro hablarle con los ojos cerrados, pero tenía más miedo a abrirlos.

— No te vas a ir.

— Buffy...

— No te vas a ir, Faith. - sus manos volvieron a mis hombros para hacer presión. - No te dejaré.


Esa última frase había sonado diferente. No parecía que lo estuviera afirmando, como la anterior, sino que, su tono, era más una súplica. Y, en realidad, ella sabía que no podía retenerme allí si yo no quería. Siendo sinceras, para Buffy era mucho mejor que yo no estuviera allí. Ambas lo sabíamos, pero, aún así, ella me estaba pidiendo que me quedara.


Abrí los ojos y la miré. Sus manos seguían aferrándose a mis hombros. Su pelo dorado caía sobre mí, creando un espacio seguro donde solo existíamos nosotras. Pero, lo que se llevó toda mi atención, fueron sus ojos. Su verde estaba comenzando a bañarse de agua queriendo salir de allí. Ella estaba preocupada por mí. No podía sentirlo en mi interior, pero no lo necesitaba.


Así que, no pude negarme a ella. Le asentí y, sin decir ninguna palabra, se tumbó a mi lado. Sus brazos se deslizaron por mis clavículas dejando uno de ellos sobre mi corazón. Su cabeza se colocó a centímetros de la mía y sentí su respiración pausada. Ella estaba preparada para dormir.


Mi corazón comenzó a latir desmesurado y el miedo de que ella pudiera sentirlo contra su mano creció, pero no podía hacer nada, ella me impediría moverme. Levanté mis manos y me observé. Seguía bañada en sangre y, además seguía con mi ropa puesta, la cual también estaba cubierta del líquido escarlata. Le mancharía la cama si no me cambiaba, pero...

I'm Only Your Darkness [Fuffy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora