El fatídico día que anunciaba aquella carta por fin llego, no solo con la premisa de conocer a mi supuesta futura esposa, sino también con la revelación de la fecha para la boda.
Lee Ha-neul, era el nombre de la joven mujer con la que planeaban cansarme, contrario a la mujer odiosa y prepotente que imaginaba, era una joven bastante educada y bien parecida que al igual que yo solo podía escuchar a aquellas dos mujeres mayores alucinando sobre los nietos que según ellas nosotros les daríamos.
Era simplemente nefasto, pero viendo que la joven no intentaba ni dirigirme la palabra, supuse que también estaba siendo obligada a estar aquí para responder por los intereses de su familia.
Mi madre hablaba y planeaba mi futuro como si tuviera derecho a ello, hablaba maravillas de mi ante su amiga sabiendo que hipócritamente siempre me criticaba y aunque yo ya tenía un presente exitoso, el simple echo de mi lejanía y popularidad entre las personas de mi edad para ella era como ser miserable y pedir monedas bajo un puente, porque eso era lo que ella veía en mí; si yo no portaba un maletín y un título de abogado para ella mi existencia perdía valides, mi sueño y mi felicidad no tenían importancia, ya que mis padres querían vivir a través de mí lo que ellos no pudieron por haber sido padres jóvenes. Siento que de alguna manera ellos dan por hecho que yo tengo que pagar por ello y agradecer que tuve padres pubertos que se salieron de la escuela para trabajar y tener como vivir y mantenerme.
Puede que muchos me tachen de desagradecido y desgraciado, pero la verdad es que yo no tuve la culpa de su sufrimiento y no estoy obligado a vivir como ellos quieren que viva, porque no solo soy su hijo, también soy un ser humano con sueños, metas que quiero alcanzar y personas a las que deseo amar; quiero vivir a mi manera y con mis reglas porque así es como soy feliz y no le hago daño a nadie.
Me perdí en mis pensamientos durante toda la cena y una vez finalizada la señorita Lee simplemente se sonrojó, me dedico una sonrisa y salió del restaurante junto a sus padres, era el momento de hablar con los míos
-¿Viste como te miro esa chica? Hijo, la tienes en la palma de tu mano, campeón lo que te espera es grande con una mujer como ella a tu lado.
-Papá, basta no pienso seguir con esto, no dije nada antes por respeto a la familia Lee, pero yo no me voy a casar con ella, ni con nadie que ustedes elijan.
-No es cualquier persona, es la hija del candidato a gobernador y de mí más íntima amiga, Kim Taehyung, no seas tonto, es tu oportunidad, céntrate en algo de verdad, madura de una vez por todas, la música estaba bien como pasatiempo, pero ya es hora de que pongas los pies sobre la tierra.
-Escucha a tu madre, es por tu bien, no seas rebelde, te estamos entregando en bandeja de plata un futuro perfecto, solo un idiota se negaría a tomarlo y la familia Kim no crio a un idiota ¿verdad?
-Por eso mismo me niego a este absurdo matrimonio, no dejaré mis sueños de lado por su capricho.
-¿Qué sueños? Por dios Taehyung, tu padre y yo nos hemos matado durante años en un trabajo asqueroso solo para poder verte siendo un hombre importante.
-Basta mamá, no basaré mi vida en sus desgracias, no me casaré ni dejaré mi carrera como músico, solo porque ustedes arruinaron su vida no quiere decir que yo lo tenga que pagar.
Una bofetada se escuchó en el lugar y los ojos curiosos aparecieron a petición de aquel sonido, revelando el bochornoso momento, el rostro de Taehyung había sido golpeado por la mano de su padre.
-Es tu deber como hijo, no me creas idiota, sé muy bien que estás saliendo con alguien y tomando en cuenta que se maneja por el mismo entorno en el que trabajas, debe ser una oportunista o algo peor, haz lo que te digo o habrá consecuencias y no solo para ti, ¿entiendes?
- Papá¿me estás amenazando?
-Te estoy dando un consejo Taehyung, cuando madurez te darás cuenta de que todo lo hicimos por tu bien.
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¿Qué hago? Maldición... ¿Por qué mi vida amenaza con derrumbarse tan fervientemente? ¡Por favor si hay un dios en este cielo, que me ayude! Por favor mi señor ayuda a esta alma que vive en pecado por estar llena de amor.
¿Qué le diré? ¿Cómo le diré? Ahora mi mente se ahoga en un mar de problemas, no me defraudaré a mí mismo, no le seré infiel a mi sueño ni a mi verdadero amor.
¿En dónde quedo el poema y las suaves aguas de cada verso?
Proteger mi preciado amor es mi prioridad, pero también soy un ser egoísta, no quiero que esté bien si no es a mi lado y juro que intento mantener eso en mi propio ser, pero no puedo, ¿cómo podría hacerle daño a la otra punta del hilo rojo? No quiero ser un mártir, pero el simple hecho de saber que estás en peligro me está helando la sangre.
Dime mi amado lirio, ahora ¿en qué campo puedo acariciar tus petamos si no es en el olvido?
