❝Mine.❞

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Su húmedo músculo bucal saborea fascinado la dulce esencia que yace en el líquido escarlata que con tanto fervor succiona en aquellos momentos. Aquel protuberante par de colmillos brillantes se introduce cada vez más con lujuria creciente en la tersa piel que cubre el cuello ajeno bajo su dominio.

Los jadeos provocados por el cosquilloso dolor instaurado sobre la sensible piel del menor decoran eróticamente el silencio que atesta en la atmósfera personal de ambos seres totalmente diferentes. Humano y vampiro en aquella habitación solitaria, el olor a sudor ante las horas que llevan dentro, cada uno disfrutando de lo que, en bandeja, parece servir el otro.

La mano derecha del mayor apresa una delgada vara de oscura madera con una pequeña tira de cuero en su punta superior. Una fusta es acariciada por sus largos y delgados dedos, movimientos lentos, casi hipnotizantes.

—Esto te va a encantar, JiSung—murmura el más alto, sus ojos brillantes en calor observando el cuerpo contrario.

MinHo eleva su brazo derecho y vuelve a golpear por vigésima tercera vez en aquella erótica noche la desnuda espalda ajena. Un suave y agudo gemido escapa de los labios del menor, el agredido observa al hombre frente a sus ojos mientras camina rodeándolo y percibe un deseo ardiente en los glaucos irises brillantes ante él.

El rubio permanece en una caminata lenta, sacude la fusta en su poder y azota en la parte posterior del muslo izquierdo ajeno.

—¿Te gusta esto, JiSung?—su mano izquierda viaja hasta la barbilla del menor, la cuál se encuentra ligeramente inclinada en dirección al suelo, la eleva y voltea hasta lograr que los oscuros orbes contrarios le observen.

—Sí.

El mayor vuelve a azotar el cuerpo contrario, esta vez en los cubiertos glúteos por la tela oscura de un pantalón. El cuerpo de JiSung comienza a sentir gráciles picaduras.

—Sí, ¿qué?

—Sí, señor.

MinHo sonríe, ambicioso, ante la sumisión del menor. Observa con lujuria la obra de arte frente a él y vuelve a sentir como el deseo llena cada vez más su entrepierna.

JiSung se encuentra recto, elevado por dos resistentes cuerdas que se ciñen fuertemente a sus muñecas, terminando por sostenerse en dos ganchos de acero incrustados en su rojizo techo. Sus pies, descalzos, no alcanzan a tocar el frío suelo por lo que su cuerpo debe rendirse ante la elevación. De sus caderas cuelgan unos apretados pantalones de cuero que enaltecen su figura inferior, mientras que la parte superior de su cuerpo se encuentra totalmente desnuda y sonrojada ante los golpes que ha recibido desde las horas anteriores.

La mano izquierda del mayor extrae un pequeño antifaz del bolsillo izquierdo trasero de sus pantalones de vestir, el objeto posee una suave y acolchada tela.

—Creo que ya has visto bastante—murmura MinHo detrás de JiSung, sus labios húmedos rozando la piel sensible en la oreja ajena.

El antifaz viaja por encima de la cabeza de JiSung hasta cubrir sus ojos. La respiración se acelera en ambos seres mientras el ambiente calienta más sus cuerpos.

—¿Por qué es tan erótico no ver nada?—susurra excitado el de cabellera color azul, sumido en sus pensamientos.

—Porque no sabes que está haciendo la otra persona—las grandes manos del mayor se sitúan en las caderas de JiSung acariciando el borde de sus estrechos pantalones—, no sabes si te observa, no sabes donde está... — sus dedos sujetan con fuerza los pantalones ajenos y comienzan a deslizarlos — Si es quien tú crees. No puedes ver la mirada que dirige hacia a ti — la prenda desciende por los contorneados muslos del menor dejando a la vista su tersa pálida piel descubierta—. La duda provoca excitación en tu cuerpo—murmura de manera sensual. Sus colmillos se muestran ante la nada y mientras su cuerpo se arrodilla para quitar la prenda inferior ajena, los protuberantes caninos rozan la piel expuesta a medida que desciende, erizándola a su paso.

❝Mine❞『•MinSung•』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora