—¿Te gusta?
—¿Uhm?
—Todo esto, lo que llevamos, ¿te gusta?
—El sexo es bueno.
Una risa se escapa de entre los labios del mayor, sus dedos escabulléndose por sus hebras rubias para peinarlas hacia atrás—. No pregunté eso exactamente, pero me siento gratificado.
—Ah, ¿no preguntaste por eso, mh? — la voz de JiSung sale en un susurro mientras el silencio atesta la habitación a oscuras, sus labios cereza rozándose con la piel sobre el cuello palido del otro — ¿entonces por qué preguntas?
—Pregunto por muchas cosas — responde MinHo, sus manos deslizándose por el contorno del cuerpo delgado que se encuentra al costado del propio, cada caricia erizando la piel a su paso—, pregunto si te gusta mi tacto... — los labios mandarina del rubio buscan los ajenos, cada uno encajando entre los contrarios en una sutil danza de otoño—, si te gustan mis besos... — musita sobre la boca del castaño, su lengua delineándola entre roces húmedos.
—MinHo...
—De espaldas, JiSung — brama entre tonos roncos, su diestra empujando las caderas del menor—, y en cuatro, mh.
—MinHo, uhm... — las manos del rubio acarician la curva que se desliza desde las caderas de JiSung cuando éste gira su cuerpo ante lo mandado, su espalda arqueándose con el toque sobre su piel sensible. El cuerpo detrás del suyo se mueve entre las sábanas hasta arrodillarse, un par de dedos jugueteando entre sus glúteos hasta separarlos y lo próximo que siente es una lengua escabulléndose sobre su entrada fruncida—. ¡Mgh! ¡Mi−MinHo! — sus dientes muerden su labio inferior mientras intenta comprimir los gemidos que comienzan a escaparse desde sus cuerdas vocales, sus párpados cerrándose con fuerza mientras empuña las sábanas bajo ellos.
—Pregunto si te gusta mi lengua en tu culo — y JiSung siente el aliento caliente del mayor, sus palmas arrastrando la carne bajo ellas para abrirle más y morderle alrededor de su agujero húmedo—. ¿Lo hace, uh? ¿Te gusta que te coma el culo?
—¡Ah!—los gritos del castaño comienzan a escucharse entre las cuatro paredes que les rodean cuando MinHo comienza a simular embestidas con su lengua dentro de él, sus piernas temblando al momento en que una mano se desliza hasta su miembro y comienza a acariciar sus testículos; un largo dedo jugueteando entre ellos, patinando lentamente hasta la carne caliente y erecta en esa misma zona—. MinHo...
—Uhm, Hannie... — susurra MinHo, sus labios pasándose por la piel en los glúteos del otro, deslizándose suavemente mientras traza un sendero húmedo de besos por toda la extensión de su espalda arqueada hasta llegar al cuello. La mano izquierda del rubio tomando de manera firme la cintura ajena, su diestra acariciando su propio miembro y guiándolo hasta el interior palpitante del castaño—. Me enciende que grites mi nombre, ¿puedes hacerlo mientras embisto dentro de ti? Te voy a hacer ver las estrellas, mh — su sólida extensión comienza a adentrarse dentro de las paredes húmedas del otro y algunos jadeos escapan de la garganta de JiSung, sus hebras pegándose a su frente bajo una capa fina de sudor—. Te lo prometo — musita, sus labios pegados a la oreja derecha del menor.
Lo siguiente que se escucha entre ellos es una ola de gemidos roncos, sus bocas unidas mientras de ellas escapan remolinos de jadeos satisfechos ante las caricias dedicadas mutuamente. El miembro de MinHo entrando en el interior estrecho del castaño, sus manos entrelazándose con las otras al momento en que sus caderas comienzan a toparse de manera ruda con los glúteos del otro.
Los labios mandarina del rubio se deslizan por el cuello ajeno, su boca trazando un rastro húmedo entre mordidas y besos, algunos chupetones quedando marcados sobre el lienzo pálido que resulta ser la piel de JiSung en aquellos momentos para los labios del mayor, sus lengua patinando sobre ella cual pincel sobre lo que parecía ser la obra de arte más preciosa ante sus orbes glaucos.
—MinHo... Ah, ¡Mgh!—el glande del mayor alcanza el punto dulce entre las paredes cálidas de JiSung, su abdomen contrayéndose ante la descarga de emociones que parece liberarse dentro de su cuerpo estimulado. Cada estocada se torna más fuerte que la anterior con el paso de los segundos y desde sus pechos vibran suspiros agotados, una capa fina reluciendo sobre sus anatomías y algunas hebras pegándose a sus frentes.
—Uh, vo−voltéate, ¡mh!—la voz ronca de MinHo se escucha entrecortada, la energía de sus cuerpos drenándose con cada acción placentera que llevan a cabo—. Gírate, quiero... quiero verte a los ojos.
Las manos del mayor toman de manera firme las caderas del castaño, su miembro sale del cuerpo de este para voltearle, la espalda de JiSung apoyándose entre las sábanas antes de que sus manos se entrelacen nuevamente y MinHo tire de sus brazos hasta sentarlo sobre su regazo. Los brazos del menor rodean el cuello del otro mientras este vuelve a entrar en él, la carne caliente abriéndose paso por sus paredes húmedas y las embestidas esta vez son más lentas, sus caderas apenas balanceándose con pereza mientras sus labios se deslizan sobre los otros hasta encajar de manera perfecta, sus lenguas danzando junto a la otra como una efímera ventisca de otoño.
—MinHo, mgh... — los labios del rubio descienden hasta el cuello del castaño, sus dientes marcando la piel allí, raspando con sus colmillos antes de hundirlos en aquella fracción del cuerpo sobre el propio, sus pieles rozándose desnudas en la más sublime de las sensaciones que parece ahora envolverles.
El clímax pronto burbujea en sus vientres, los labios de JiSung se lanzan igualmente hasta el cuello del otro para morder allí y succionar la sangre caliente que se desliza de entre la carne. Su interior pronto manchándose de la semilla que drena MinHo mientras su miembro propio expulsa fluidos espesos entre sus anatomías, sus caderas no deteniendo la dulce danza que protagonizan en esos momentos. Ambos paladares explotando entre sabores jugosos, fuegos artificiales desprendiéndose desde sus corazones palpitando.
—JiSung... — musita el mayor entre la nube del silencio que atesta la habitación a oscuras. Sus colmillos ahora alejándose del cuello ajeno para rozarse con este y ascender sobre la mandíbula del castaño que pronto se retira de su propio cuello.
Labios manchados entre tinta roja que pronto se unen una vez más, una vorágine de sentimientos destellando bajo sus pechos, fuego ardiendo entre los huesos de sus cajas torácicas. Sus manos se entrelazan, sus bocas juegan entre ellas y sus lenguas retiran el líquido escarlata en la contraria.
Cuando al fin se separan tan sólo se dedican a observar los irises brillantes del otro, tonalidades fulgurantes entre matices rojizos que se mezclan con sus pupilas dilatas y contrastan con el blanco pálido de sus colmillos escabulléndose bajo sus cortinas labiales hinchadas.
MinHo pronto empuja el cuerpo de JiSung sobre las sábanas y ambos quedan recostados, sus dedos acariciándose tímidamente antes de volver a unir sus labios ansiosos; cereza y mandarina mezclándose entre el fresco del amor que ahora parece inundar en la alcoba.
Y ahora la luna sólo es testigo nuevamente de sus noches, brillos tenues que bañan sus anatomías unidas; pero que ahora se convertían en el escenario etéreo para dos almas que acaban de jurarse amor eterno entre besos y toqueteos lentos. Ambos marcando la piel del otro mientras se admiraban, mientras hacían lo que algunos mortales enamorados llamaban el amor.
O para ellos, unir sus almas hasta el final de los tiempos.
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❝Mine❞『•MinSung•』
Про вампиров❝Nubes rojizas cubriendo su mente, dos colmillos rozando la piel sensible en su cuello mientras de sus labios brotan raíces de gemidos exorbitantes. ¿Tan fácil era entregarse a él? Su cuerpo anhelante se deja hacer, mientras el recuerdo de su primer...