1. Autocontrol (+18)

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Pocos momentos en la vida llegan a definirte como persona, tus valores, creencias, tus límites, en el mayor de los casos se muestran como pruebas de la vida misma para hacerte caer en tentación o reafirmar lo que eres y lo que crees, algunas son más difíciles que otras, por supuesto las morales son más complicadas mientras más público tienes, al fin y al cabo la moral es construida por la sociedad en la que te desarrollas, y en una sociedad dónde existen 3 subgéneros hay más probabilidades de cagarla; pero eso no representaba un problema para el gran Satoru Gojo, heredero del clan Gojo, un Alfa dominante que jamás había cedido ante sus deseos, porque sencillamente no los tenía, no había nada en el mundo que Satoru deseara y no tuviera, su familia se había encargado de inculcarle todas las normas sociales para encajar perfectamente y ser un ejemplo a seguir para cualquiera, bueno eso hasta hace una hora.

Satoru estaba bastante molesto con los ancianos de su clan por haber escogido a un Omega dominante del clan rival para convertirlo en su esposo, no sólo destestaba al heredero de aquel clan, despreciaba completamente a los omegas, a pesar de actuar con gentileza hacia ellos frente a todo el mundo a puerta cerrada era totalmente diferente, habían tantas cosas que le desagradaban de tan débiles criaturas, empezando por su aroma, brindado por la naturaleza para atraer a los alfas y lograr una conexión única con ellos había resultado terrible para Satoru, a lo largo de su vida había olido las feromonas desprendidas descaradamente por los pequeños omegas en busca de su devoción lo cuál sólo había logrado asquearle, a pesar de tratar de siempre mantener su distancia hacía ellos lograba el efecto contrario, lo que nos lleva al segundo factor, manipulación, los omegas eran expertos en manipular a los alfas para cumplir sus caprichos y mimarlos con su comportamiento "tierno y dulce" que no era más que demostrar lo débiles que eran físicamente y rogar para que algún alfa idiota los protegiera y preñara, lo que encadena al tercer punto, el querer embarazarse y ser marcados por un alfa, si el embarazo no representaba un gran problema en las mujeres betas y alfas en sí, en los omegas sí que lo hacía, requerían mucha atención y presencia de feromonas, constantes cambios de humor por las feromonas de otras personas por muy mínimo que fuera, celos obsesivos, además de que su cuerpo se debilitara aún más, la marca era un problema por sí mismo, el atar tu vida en un matrimonio de por vida ya es bastante aterrador a pesar de ser un compromiso personal, pero el atar tu alma a alguien más por medio de una mordida y combinar sus feromonas era algo de locos, era negarse a conocer a nadie más, era una promesa de un supuesto amor que duraría hasta la muerte, una conexión que con la muerte de tu pareja la tuya no tardaba en llegar, simplemente era demasiado.

Y ahora se encontraba en una situación de mierda, tendría que casarse con el hermano de su peor enemigo "Ryomen Sukuna", tendría que ver todos lo días a alguien que se parecía demasiado a él según los rumores, el enlace aún no había sido negociado, por el momento sólo tendría que conocer a su ahora prometido y dar una "buena impresión", lo suficiente buena como para hacer que el chico convenza a su hermano de unificar los clanes y gobernar medio Japón, no había servido de nada discutir con los viejos, hasta él mismo entendía lo beneficioso que sería ese matrimonio, así que se convenció a sí mismo de que sólo tendría que sobrellevar las cosas, tener un cachorro y llegar a un acuerdo donde ambos serían libres y no se involucrarían en la vida del otro, sólo fingirían frente a sus clanes, era un plan perfecto.

Mientras más caminaba y se acercaba a la habitación dónde lo esperaba su futuro esposo más crecían sus ganas por vomitar y salir corriendo, no se imaginaba compartiendo habitación con ningún Omega y menos con uno dominante, había escuchado que eran más tenebrosos que los omegas recesivos, que sus feromonas eran más fuertes y que también podían utilizar "la voz" y que incluso afectaba a algunos alfas dominantes, eran aún más tercos y arrogantes que los otros omegas, un sin fin de rumores, ya que aún no había conocido a ninguno; entró a la habitación y la cabeza le dió vueltas, sus pupilas se dilataron, su piel se erizó, sus colmillos estaban saliendo, tuvo que cubrir su nariz y boca con la mano para detener el frenesí de excitación en el que estaba entrando, el Omega frente a él no sólo era hermoso, era muy sensual, estaba sentado frente a la puerta con las piernas cruzadas, unas piernas tan bien formadas que lo único que quería era sentir sus muslos en sus manos y sus tobillos en cada hombro, una camisa abierta hasta el tercer botón, una cintura delgada pero perteneciente a un cuerpo nada delicado, un cuerpo lleno de curvas y músculos suavemente marcados, un cuello limpio sin marca alguna aún, un rostro fino y con bellas facciones, unos ojos color miel, una mirada desinteresada a su móvil, y finalmente un cabello rosado lo suficientemente largo como para jalarlo mientras lo follaban duro, su cordura estaba tambaleando por el delicioso aroma que llenaba la habitación, era entre dulce y cítrico, le vino a la mente un durazno maduro y jugoso listo para devorar , su saliva empezó a gotear y sus feromonas salieron desmedidas, nunca había liberado feromonas para atraer a un Omega, pero al parecer surtió efecto, el pelirrosa desvío su mirada del teléfono para verlo directamente, sonrió arrogante, se levantó y caminó hacia él

Omegacember GoYuu (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora