- BESOS Y MARIPOSAS -

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Francisco se sienta a mi lado, emana un calor que me esta sofocando, yo hago todo lo que puedo por pegarme más hacia la pared, pero lamentablemente el espacio de este sillón es para dos personas lo que significa que nuestro espacio personal es absurdamente pequeño, ya no me gusta tanto este lugar.

- Hola Any como estas? - le dice a Any sin mirarme.

- Muy bien Francisco que bueno que hayas venido, Ramiro no me había dicho nada! - le dice Any pinchándolo.

- Si, lamento estar arruinando sus planes, la verdad es que debo salir mas, el trabajo me tiene mal - le responde Francisco un poco apenado por cagar nuestros planes, yo se que eso no es tan cierto y que en parte el motivo de que este aquí no es solo ese.

- Descuida, me alegra que salgan más juntos, se han hecho buenos amigos - dice Any viendo a Ramiro que asiente con la cabeza.

- Tengo sed, pedimos lo mismo? - dice Ramiro mirando a Francisco.

- Claro, lo que tu quieras - le contesta.

- Me acompañas a la barra? - le pregunta Ramiro a Any, no no no, no me dejen sola.

- Claro - dice Any ya saliendo de su lugar detrás de Ramiro y se encaminan hacia la barra, hasta ahora me di cuenta que no he dicho nada.

- Hola - dice Francisco.

- Hola - respondo mirando hacia el frente.

- Estas muy linda, me encanta esa blusa - dice medio dado vuelta hacia mi, lo miro y me arrepiento inmediatamente, de cerca realmente dan ganas de llorar, esta recién afeitado, tiene el pelo medio húmedo alborotado.

- Porque haces esto? - digo sin más.

- Porque mi psicóloga me dijo que debo socializar más y resulta que me hice muy amigo de mi empleado, asique bueno estoy aprovechando - dice mintiendo, socializando las pelotas.

- Mira tú - digo suspirando y volviendo de nuevo mi vista al frente, las personas ya han comenzado a bailar y el volumen de la música ha aumentado, siento que Francisco solo me mira.

- Como ha estado tu día? - pregunta sabiendo que se la paso en el.

- Bastante interrumpido - digo todavía con la vista al frente.

- Ha si? yo que creí que había sido de lo más entretenido - me provoca, de seguro se esta riendo el muy idiota.

- La verdad no, cero interesante - lo miro y como pensaba se esta riendo, dios, esto va a ser difícil.

Se acerca hacia mi demasiado - Deberías dejarte llevar hermosa Catalina, no sabes lo bien que puedes pasarla conmigo - me susurra al oído, me muevo en mi asiento y se me corta la respiración, madre mía, su aroma se me sube a la cabeza y me nubla los sentidos.

Any y Ramiro por suerte regresan entre risas y me acomodo como si nada para que no noten mi estado absurdo de nervios.

- Listo, hemos pedido para toda la noche - dice Any con dos botellas de vino en la mano.

- ¿Como para toda la noche? - pregunta Francisco, en eso pasa su mano por mi espalda baja y la coloca en mi cintura en el pequeño pedazo de piel que queda a la vista, nadie se de cuenta, su mano me quema, maldito descarado.

- Claro mira - dice Ramiro, comienza a sacar tickets de sus bolsillos.

- Son consumiciones listas para retirar, si no queremos beber todo pueden guardarse para otro día - agrega, miro a Francisco por un segundo y le hago mi peor cara haber si se da cuenta de que saque la mano, pero hace como si nada.

- Bien pensado amigo, pues a beber entonces - agarra una botella y comienza a servirnos a todos, vuelvo a respirar cuando saca su mano de mi espalda.

Luego de una hora de pasar demasiado calor, al final no hemos hecho otra cosa más que reírnos, Francisco ha hablado de como es trabajar con Ramiro y como lo molesta todo el tiempo haciéndole bromas, durante todo el rato nos ha incluido a los tres dentro de la conversacion, se le da bien hablar con personas cuando está relajado.

UN LATIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora