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-Tu sonrisa me hace querer vivir. Mis arrepentimientos desaparecen cuando estoy a tu lado, me traes la paz que he anhelado por tanto tiempo y no quiero dejarte ir.
Su voz era suave, no sabía que decir al respecto era a...
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|• Pov ____ •|
—Siento tu corazón latir con fuerza. —Me dijo y sentí como una de sus plumas se posaba en mi pecho.
—Late por ti.
Sus ojos amarillos y sus enormes y hermosas alas rojas contrastaban con la tarde del día. El atardecer se reflejaba hermosamente en sus pupilas mientras un ligero brillo irradiaba de ellos con un sutil temblor, Su sonrisa era tierna y se acurrucaba en mi mano que sostenía su mejilla, mientras le sonreía satisfecha y sentía mis alas revolotear lentamente en sincronía con las suyas era algo que amaba más que cualquiera otra cosa.
Tener a aquel rubio de ojos amarillos sostenerme con fuerza se había vuelto una de mis cosas favoritas y lo amaba como nunca creí hacerlo.
—Quisiera quedarme en tu vida el resto de mi vida. —Dejame permanecer a tu lado. Por favor... Pídemelo.
Ya han pasado tantos años y tú sigues aferrando a tu vida a mi, pero yo también estoy aferrada a ti, tu sola existencia trae paz a la mía, eres mi adoración y es lindo tenerte a mi lado protegiéndome y cuidándome todo el tiempo.
Te conocí hace tanto y desde hace tanto te he adorado.
¿Cómo no querría estar a tu lado?
—Takami Keigo... —Le mencioné sonriendo. —¿Cómo podría negarte que te quedes? Quiero que te permanezcas a mi lado por siempre.
—Con todo gusto... Alitas.
Sonreí ante su mención y me abrazo por la cintura pegandome más a su cuerpo mientras sostenía por encima mi mano que reposaba en su rostro sintiendo como el aire que provocaban sus alas chocaba contra mi cara y algunas plumas suyas y mías revoloteaban a nuestro alrededor. Mi corazón se sentía feliz y mis alas flaqueban ante su tacto.
—Tranquila... No te dejare caer.
Estaba feliz de tenerlo a mi lado, vino a poner de cabeza todo lo que conocía como una vida tranquila, Nunca me imaginé que conocerlo me haría feliz, su existencia le dió diversión y calidez a mi vida y si me pusieran a escoger entre conocerlo o no. Definitivamente mi respuesta sería conocerlo.
Cambiaría tantas cosas de mi vida, pero nunca el hecho de haberlo conocido. Si tuviera la oportunidad de pedir un deseo no dudaría en pedir encontrarme con él en cada una de mis vidas.
—Te amo tanto Keigo... Cada vez que te veo mi corazón late tan rápido que siento como si le salieran sus propias alas.
—Tu haces que a mi corazón le salgan alas.
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