Huele a baccarat, fumandose un puro

2 1 0
                                    

Y como si de Dios se tratara, escuché una voz milagrosa.
-Eh tú cabron!!, deja a mi chica-
-Q-que dices, si yo no hacía nada, ya me iba-
-De eso nada monada...-
Dejando todo de lado, no quise hacer nada, simplemente me quede mirando como ese chico pegaba a Gigante.
-Ahora que lo pienso... este chico se parece al que estaba en busca y captura últimamente- pensé
-Hostia, es él-
Dije sin querer, pero como estaban tan entretenidos dándose, no se dio cuenta ninguno, y menos mal, si no hubiera quedado como una ridícula.

Al cabo de un rato Gigante terminó retorciéndose en el suelo de una esquina de aquel callejón, mientras, veía como este chico, del que no me acuerdo el nombre, se acercaba a mi, joder que bueno estaba con esas heridas en la cara.
-Preciosa... estás bien?- me dijo él, se notaba que estaba algo preocupado, aunque lo quiera ocultar.
-S-si, bueno, más o menos-
-Entonces te llevaré a tu casa, ven, súbete a mi kawasaki-
-Oh buenas, digo, claro, con gusto, pero Porfavor no vayas muy rápido que me da miedo-
-Jaja, claro, no te preocupes-

Me subí y me agarré de su cintura, cuando llegamos me acompañó hasta la puerta de mi chalet y puso una mano en mi hombro.

-Bueno, se que ni siquiera sabes mi nombre, pero, aunque no puedo darte mi número, ya que no debo pasarlo... Puedo decirte dónde encontrarme-
-Claro-
-En el campo del Athletic Bullimeiro, de noche, estoy ahí con mis amigos pero no pasa nada, no les importará que vayas, digo, si quieres venir algún día claro-
-Si, un día me pasaré por ahí seguramente, aun que antes que nada, me llamo Zayra Coriya, es que soy gallega-
-Yo soy Nicolás, Nicolás Gómez-
-Bueno, hasta mañana Nico-
-Hasta mañana, Zay, y cuídate-
-Cuídate tu de los mossos ajajaja-
- ajajaja, veo que sabes ehh gatita-

Acto seguido, entre en mi casa, dejé las cosas y me puse mi vestuario pijama que estaba compuesto por una camiseta de manga larga con rayas blancas y rosas que llevaba grabado en la derecha "la caja de Victor", y por mis pantalones que tenían el mismo estampado que la camiseta.
Y como toda chica coreana que soy, me hice mi skincare y me puse a ver la que se avecina ya que, desde pequeña tengo un secreto amor platónico en ese tal Antonio recio...
Pero esta vez no podía fijarme en Antonio, solo podía pensar en la noche que había tenido, había conocido a Nicolás, el maleante que está en busca y captura, cuando le cuente esto a mis amigas no se lo van a creer, normal, nadie se lo esperaría, ni si quiera yo.

Aún me acuerdo de mi primer ex, Antonio, ese chico tan atractivo, Antonio era un gitano rubio, alto, de gafas y con un cuerpo bastante esculpido, pero terminamos por su trágica infidelidad, me fue infiel con un tal Eneko de la cuenca mala, de Langreo, pero no pasa nada, ya que le hice brujería a ese mariquita, no se que será de él.

Simplemente decidí dejar de pensar e irme a dormir, ansiosa de despertar el día de mañana y poder ver a Nicolás.

ChuloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora