La cadena le brilló en lo oscuro

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Ahora mismo solo quiero estar en la calle y no estresarme, quizá estando con mi amiga Leyre logro distraerme de todo lo que pasa en mi entorno, tengo decidido que nunca más le voy a dar nada a ningún hombre.

Pensaba que nada más podia molestarme, pero ahí estaba Llara "mi gran amiga", y venía al banco en el que Leyre y yo estábamos sentadas, simplemente me limite a suspirar y sonreirle, con una falsa sonrisa claramente.

-Holaaaa chicaaaas, Dios, no os lo vais a creer, Diego me ha mirado- decía ella, juraría que casi le salen corazones en los ojos mientras decía lo de Diego. -Yo creo que le gusto la verdad, aunque bueno, su hermano, me parece que le caigo algo mal-
-Por que piensas eso ??-
-Bueno chica, a ti q t importa?-
-Pues que lo acabas de decir, para eso no digas nada zorrilla- dije y después de eso me levante decidida a irme, eso si, era algo tarde y estaba anocheciendo, pero cogería el camino más corto.

Iba caminando por las calles, ya era de noche, y vi como me seguía un hombre con un gran parecido a Gigante, en ese momento, desconecté de todo y solo pude pensar en la canción de Gigante "yo soy gigante, el príncipe del barrio".
Gracias a ese gran despiste, terminé en un callejón sin salida, lo peor no fue eso, fue que cuando me giré estaba Gigante, el señor que me seguía, mirándome fijamente.

-No me jodas- dije susurrando para mi, mientras pensaba que esa sería mi ultima noche con vida, o tal vez mi ultima noche con mi zadig.
-Bizcochito de chocolate...- dijo Gigante
-que cojones-
-A ver puta negra, que me des todo lo que tienes, que tú me la sudas si a mi me gusta tu madre, la que trabaja en el mercadona-
-Mi padre es policía-
-Pero que dices ajjaaja, si salió hace poco del calabozo puta-
Estaba muy preocupada por lo que fuera a pasar.
-No me importa, si sigues así también te llevaré a ti, quizá le hagas una buena compañía a mi gran amiga Ivana, podréis jugar juntas a la plei, y conmigo también..., como te llamas?-
-No te lo voy a decir- dije con bastantes aires de confianza
-¡DIME CÓMO TE LLAMAS!-
-Z-Zayraa-
-Zayra la negra ? Dios, me encanta ese apodo..., me pone mucho-
-No me hagas nada, Porfavor-
-eso ya veremos...- me dijo mientras se acercaba a mi lentamente-
Yo simplemente cerraba los ojos esperando que todo fuera un sueño, y pudiera despertar pronto.

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