04: ¿Alaaaaska?

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—Bien, mmm —Edward comenzó a revisar los documentos—. Les tengo una pregunta: ¿Están cometiendo fraude para evitar la deportación y así conservar su puesto como editor en jefe en Harper Collins?

—Eso es— la palabra "verdad" se le quedó atascada a Jungkook, y las miradas inquietantes de su prometido y del encargado empeoraron la situación— ridí-ridículo.

—¿Dónde escuchó eso?— cuestionó Kim con un ceño fruncido.

—Nos llamó esta mañana un hombre llamado Lucas—contestó Edward.

—¿Puede ser un tal Lucas Johnson? — al recibir una afirmación de Edward, Kim continuó— Lucas, oh pobre Lucas, yo lo lamento. Es solo un amargado ex-empleado y me disculpo por él—hora de su as bajo la manga—sé que está muy ocupado con una larga fila de personas que atender. Si nos diera una siguiente cita, lo dejamos y nos iríamos—señaló hacia la puerta con un gesto educado pero decidido.

—Joven Kim, tome asiento—comentó amablemente el encargado—bueno, les explicaré el proceso que se va a desarrollar—se enderezó en su lugar y continuó—el paso uno es una entrevista programada. Los separaré y les preguntaré todo lo que una pareja debe saber del otro.

Jungkook tragó duro.

—Paso dos—se acercó más a la pareja—indago más, reviso registros telefónicos, hablo con sus vecinos, entrevisto a sus colegas y si las respuestas no son las mismas en cada punto—palmoteó fuerte su escritorio con ambas manos, haciendo estremecer a cierto pelinegro—usted—señaló a Kim—será deportado indefinidamente y tú, jovencito—señaló a Jeon—habrás cometido un delito, con una multa no tan piadosa y una condena de cinco años en una prisión federal.

Y como si el destino amara verlo en esa situación, observó por el ventanal a un policía esposando a una persona y forcejeando a la vez. A Jeon se le bajó la presión.

—Y Jungkook, ¿tienes algo que decirme?—al recibir una negación de cabeza por parte del nombrado—¿No?—luego el mismo asintió con la cabeza, confundiéndolo—¿Sí?

—Lo cierto es—La voz del pelinegro se apagaba. Carraspeó y prosiguió con más seguridad—Señor Edward, lo cierto es que Taehyung y yo somos dos personas que no debían enamorarse jamás—volteó la vista a su prometido, quien tenía una mano en el pecho por la "conmoción"—pero así fue y nos amamos mucho—se tranquilizó al escuchar un suspiro de resignación de Edward—No le dijimos a nadie del trabajo, debido a mi gran ascenso programado.

Una sonrisa se apoderó de sus labios. Él también podía jugar a la actuación.

—¿Ascenso?—inquirió el encargado.

—Tu ¿ascenso?

—Sí, cariño, mi ascenso—le tomó la mano para entrelazarla—los dos sentimos que sería muy inapropiado que fuera promovido a editor—lo miró sonriente.

—¿A editor? Mmm, claro—achinó los ojos y repitió el castaño tratando de asimilar la noticia.

—Sí, a editor, pues ya que somos—no sabía cómo decirlo, pero sus manos actuaron para explicarlo.

—Pareja, cielo, somos pareja—completó Taehyung.

—Eso.

Edward observó la escena con un ligero fruncimiento en el ceño, pero no interrumpió. La tensión en la sala era palpable, y el destino de ambos colgaba de un hilo.

—Lo que estamos tratando de decir es que nuestro amor es real. No es una estrategia, no es un fraude. Es simplemente amor—concluyó Taehyung.

—Bien, ¿les han hablado a sus padres sobre su amor secreto?—inquirió Edward.

La Propuesta ✍︎ |KooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora