Lina mira con detenimiento su reloj, nunca ha sentido que quince minutos tarden tanto.
Hace dos meses había tenido su primera orgia: le había costado asimilarlo al día siguiente, pero la siguiente reunión fue más suelta, y la tercera, dos semanas atrás, todos habían ido a su casa solo para follar, sin la necesidad de un juego previo.
Mira las dos rayitas marcarse en la prueba casera de embarazo.
- voy a tener un bebé.– se dice en voz alta, mirándose al espejo del cuarto de baño.
Un nudo se instala en su garganta y siente que le cuesta respirar.
Apenas ha cumplido 18 años, y va a tener un bebé.Fuera de todo pronóstico, se siente feliz.
Sale del cuarto de baño. Encontrándose a sus padres con una tarta en manos.
- ¡feliz cumpleaños! – le felicitan sus padres.
Lina oculta la prueba de embarazo en la manga de su polera. Y deja que sus padres la abracen.
- ¿no creen que se pasaron un poco con esperarme fuera del baño? –
- no, te tuve en mi vientre nueve meses, no me parece nada extraño.
Lina se queda en silencio, y luego de comer con sus padres, se alista para Salir con sus...amigos.
Toma la prueba de embarazo y lo mete en su bolso.Sale con los nervios a flor de piel y camina unas cuadras, hasta ver a Chan con un oso gigante de un lobo bastante peculiar en sus brazos y una sonrisa en sus labios.
- ¡sorpresa! – grita el castaño, y ella, más rápida, saca la prueba y le responde.
- ¡sorpresa! – Chan suelta al oso y su sonrisa se borra. No era la respuesta que Lina quería.
- ¡voy a ser papá! – grita en media calle.
Los transeúntes miran como la pareja celebra el embarazo de la muchacha, riendo y con él cargándola mientras ríe de alegría.
Por ahora, eso debía quedar solo entre ellos dos.