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Después del torneo, la reina Sindel organizó un banquete al aire libre en los jardines de su reino.
Como "guardiana" del lugar, debías estar en todo momento presente en la cena, tenías derecho a comer, sin embargo esta noche solo decidiste tomar un poco de alcohol, el vino que tenías frente a tí se veía exquisito. Los combatientes, Raiden, Kung Lao y Johnny Cage, junto al general Shao, las princesas, Lord Liu Kang y la reina Sindel, se encontraban sentados en una mesa larga en la cual encima tenía todo un festín servido para deleitarse.
La noche era agradable, había aire fresco y un cielo estrellado. A pesar de haber estado varias horas en ese pequeño "torneo", habían algunos participantes del otro mundo que aún no lograbas ubicar por completo, eran dos ninjas que lucían como hermanos por el gran parecido. Ambos con cabello largo y lacio recogido, sus ropas se diferenciaban por ser de un color azul y amarillo, según el Lord Kang, venían de un clan llamado "Lin Kuei".
Kuai Liang, o como la mayoría le dice, Scorpion, manipulaba el fuego y portaba un kunai atado a una cadena como arma principal, su traje ninja era de un color amarillo con patrones naranjas y negros. Bi-Han, o Sub-Zero, el ninja de azul, era capaz de crear hielo de las palmas de sus manos, era el líder del clan y el más fuerte de los dos hasta el momento.
Los dos se veían bastante fuertes y serios, pero uno de ellos fue el que más llamó tu atención, Bi-Han, o como el se hace llamar, "El gran maestro". Desde el primer momento que hubo contacto visual entre ambos, una ola de escalofríos y sensaciones extrañas te invadió, tu cuerpo temblaba y sentía mariposas cada vez que ponía sus ojos en ti, escuchar su profunda voz tampoco fue la excepción, era un ser de corazón frío como sus poderes.
A pesar de todos esos pensamientos, era mejor guardarse la curiosidad, meterse con alguien del Outworld era lo que menos necesitabas ahora.
Narrador omnisciente:
El alcohol excesivo en la sangre claramente no tardó en llegar, y no era la única.
La sensación de ebriedad se hizo presente, algunos hormigueos recorrían su cuerpo, la piel del cuello se le erizó cuando escuchó los pasos pesados del ninja azul levantarse de la mesa y apartarse de la multitud. Todos reían y hablaban de tema sin importancia para ella.
No afectaría que se fuese un rato..¿o sí?
_______ portaba un arco mágico como arma principal, ahora mismo no había amenazas cerca por lo que era un estorbo tenerlo, así que lo dejó por algún sitio. Buscó con la mirada al ninja frío y no tardó en ver como este se dirigía a un kiosco que estaba algo apartado de los demás, adornado de una única luz amarilla en el techo y escondido entre los arbustos.
Bi-Han cruzó los brazos y recargó su cuerpo en el barandal del pequeño puesto, pensativo.
La fémina se encaminó hacia donde estaba él, ya estando allí, subió con lentitud las escaleras, intentando mantenerse de pie, aquel vino aparte de exquisito y caro era muy, MUY fuerte. El pelinegro no pasó desapercibido la presencia femenina, volteó en dirección a ella, mirándola de arriba a abajo. -¿Necesita algo?- preguntó fríamente, su voz con un tono ronco masculino.
La chica se quedó recargada en el pilar del kiosco unos segundos, sus ojos en ningún momento dejaron a Bi-Han, era imposible no mirarle, él contacto visual de su parte te obligaba a verlo profundamente. Si bien, él también estaba algo afectado por la bebida, pero a diferencia de la guardiana que tenía frente a él, podía manejar mejor el alcohol, aunque no tenía completa consciencia. Movió sus piernas torpemente hasta quedar frente al ninja, sin apartar los ojos de los suyos, esto causó un sentimiento extraño en el gran maestro, sin embargo no hizo algún movimiento en oposición, la dejó acercarse.
La distancia entre ambos era tan escasa, que ella podía sentir el aliento frío del Lin Kuei golpear la piel de su rostro, erizando su piel al mismo tiempo. De cerca era mucho más atractivo, sus rasgos faciales estaban bien definidos e incluso podía jurar ver un par de pestañas largas provenientes de sus ojos cafés.
-Si me permite..Gran maestro- Exclamó ella casi en un susurro. Colocó sus palmas en el pecho del mencionado, de no ser por él traje ninja de tela gruesa, podía jurar que sentía la firmeza de sus pectorales, empezó a deslizarlas con delicadez en este mismo en dirección a su rostro, dando sensuales caricias en el camino. Con lentitud, tocó el borde de la máscara con las yemas de los dedos, como una forma de pedir permiso, al ver que no hubo un movimiento brusco o de negación por parte de él, la tomó y comenzó a bajarla.
Un par de labios carnosos fueron revelados.
Bi-Han algo desconcertado por el atrevimiento de la guardiana se quedó observándola algunos segundos, no estaba molesto, pero ahora debía terminar lo que empezó, y no iba a quedarse atrás. Se atrevió a colocar una mano en la cintura de la fémina, recibiendo un espasmo de su parte.
Demasiado alcohol..
Él tomó un mechón del largo cabello de ella y lo colocó detrás de su oreja, al mismo tiempo que tomaba su mandíbula con firmeza, poniéndola totalmente nerviosa. Estaban a tan solo unos centímetros de tocar sus labios, pero una voz interrumpió..
-¡_______!- era la princesa Kitana, necesitaba algo y al parecer era urgente por su tono de voz.
Ella algo frustrada y con algo de pena se separó de Bi-Han, quien soltó un suspiró con la misma vibra -Yo..tengo que irme..- a paso acelerado abandonó el kiosco, dejando al ninja de corazón frío a mil latidos.
Observó la figura femenina alejarse de él cada vez más, de repitió varias veces mentalmente que había sido un total estúpido, quería besarla, entonces..¿que lo detuvo?