Oclumancia

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Volvieron a estar en la Biblioteca ya como adultos y Draco giró a la castaña para quedar frente a frente, sabiendo que el problema no era su recuerdo o que sus hijos estuvieran muy cerca. Más bien era un sentimiento que parecía estar creciendo con cada recuerdo, que deseaba ser alimentado con más instancias que habían sido borradas, las que podían provocar algo más que la necesidad de querer tener al otro cerca, el descontrol, todo por una dulce victoria.

Draco se dio cuenta de que el corazón de la castaña latía muy fuerte, como si hubiese corrido una maratón y que lo miraba con un deje de duda. Quizás se había sorprendido de la respuesta que había tenido ella en el recuerdo, tal vez hasta estaba dudando que eso había ocurrido. Notó como Hermione bajaba la mirada, aun con la boca entreabierta, respirando agitada. No podía dejar las cosas como si nada, tomó el rostro de ella entre sus manos exigiendo que lo mirara a los ojos.

-Yo...-comenzó Hermione sin saber muy bien que decir a una acción que había ocurrido hace mucho.

-Tú eras una traviesa Granger-sonrió de manera seductora, acercando sus labios a los de ella, sintiendo aquel tibio aliento.

-Ya...han...pasa...do...muchos-mencionó la castaña cerrando los ojos al sentir el aliento a menta del rubio, que estaba tan cerca.

Ella trató de separarse, girándose para salir del escondite, olvidando que estaba Scorpius cerca. Draco reaccionó rápido, nuevamente tomando su rostro con una mano, mientras la otra rodeaba la cintura de ella, sabiendo que tenía que tener cuidado con cualquier ruido que emitiera, pues su hijo estaba a unos metros.

- ¿Años? – preguntó el rubio susurrando en el oído de la castaña, haciendo que ella tragará en seco- Dime Weasley, ¿qué sientes con cada recuerdo? ¿me crees en que son eso o no? – movió el cabello de Hermione al susurrarle, luego se quedó mirando su perfecto cuello, sin que ella lo notara.

- Granger – le corrigió en primer lugar, pues no le gustaba que él le dijera Weasley, sin entender por qué- cosas...-de pronto sintió los labios del rubio en su cuello y se erizó su piel, mordió su labio inferior estirando más el cuello-No hagas eso Malfoy- le pidió pasando sus manos por sobre las de él, clavando sus uñas.

- ¿Qué tipo de cosas? – preguntó pasando sus labios lentamente por el cuello de ella, notando como le gustaba lo que él hacía- ¿por qué no? ¿qué te hace sentir esto por ejemplo? – mordió suavemente parte de su cuello, haciendo que ella suspirara con los ojos cerrados, siendo escuchada por él, quien la giró estampándola contra el estante de libros, notando que tenía los ojos cerrados y mordía su labio- ¿no quieres averiguar que más pasó? -se acercó lentamente hasta sus labios, con ganas de probarlos.

- ¿QUÉ HACES CON ÉL? – escucharon ambos y se separaron de inmediato, pero luego se dieron cuenta que era Hugo y que le gritaba a su hermana.

- Deberes- respondió rápidamente Rose, haciendo que Draco y Hermione respiraran aliviados-es mi novio hermanito, deberías empezar a acostumbrarte- respondió Rose, notando que el Slytherin ya estaba a su lado y le tomaba la mano.
- ¿Acostumbrarme? - dijo molesto el pelirrojo- es que acaso no entiendes que gracias a él nuestros padres están a punto de separarse.

-No Hugo, están así por culpa del comportamiento de papá y lo sabes- Hermione se liberó rápidamente de Draco y se acercó poco a poco a donde provenían las voces de sus hijos- y antes que empieces a protegerlo, quiero que pienses un poco más-Rose miró unos segundos a Scorpius y luego a su hermano- sé que lo adoras, pero piensa, ¿quién es la que siempre te envía cartas? ¿quién siempre te ayuda para que comprendas mejor las materias que te complican? -Hugo se quedó en silencio- No quería decirlo Hugo, pero papá te usa para tratar de separarme de Scorpius.

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